La revisión colonialista de "The New Boy" triunfó en el Festival de la Presencia Autóctona de Montreal

por © María Gómez Bravo (Montreal)-NOTICINE.com
"The New Boy"
"The New Boy"
La revisión del colonialismo, cada vez más protagonista en el debate sociopolítico y cultural de nuestros días, se traslada también a la gran pantalla, tintado por la creatividad, impregnando muchas de las historias proyectadas en el marco del 34 Festival Internacional de la Presencia Autóctona de Montreal (Canadá) que destacó, en su última edición, el trabajo de Warwick Thornton en "The New Boy" para explorar las heridas colonialistas, otorgándole el Primer Premio Creativo Teueikan, el máximo galardón del certamen.

La cinta australiana, protagonizada por Cate Blanchett y con la fuerza interpretativa del joven Aswan Reid, se traslada a la década de 1940 para presentar, con una mezcla de realismo histórico y misticismo, una fábula muy arraigada en la historia australiana, contraponiendo dos formas de espiritualidad: la de los primeros pueblos, representada en el aborigen huérfano que llega al remoto monasterio dirigido por la Hermana Eileen (Blanchett), y el cristianismo.

Estas contradicciones también subyacen en "Frybread Face & Me" (EE. UU.) de Billy Luther, que se ha hecho con el Segundo Premio Creativo Teueikan, galardones que destacan, precisamente, la originalidad en el tema a la par que los enfoques cinematográficos. Un viaje, el que propone Luther, que coloca encima de la mesa las experiencias tempranas de unos niños que enfrentan las diferencias culturales a las que se exponen, entre la tradición y la modernidad, para reencontrar la esencia propia en esas raíces que autodeterminan para darse el permiso de convivir con ellas.



Esas luchas internas trascienden en la cinta "Eallogierdu - The Tundra Within Me" (Noruega), dirigida por Sara Margrethe Oskal, que ha recibido la mención honorífica, en esa exploración de la conexión entre los pueblos indígenas y su entorno natural, así como los desafíos de mantener vivas las tradiciones ancestrales en un mundo moderno en constante cambio.

Dos mundos que parecen antagónicos pero que, como dejan claro las cintas que se han mostrado en el Festival, pueden convivir como fuerza motriz del resurgir de las Primeras Naciones. Un diálogo que está también en la base de los premios otorgados por la Fundación Rigoberta Menchú Tum a las producciones indígenas y que, en esta 34 edición, ha destacado en primer lugar la cinta "Boil Alert" de James Burns y Stevie Salas (Canadá / EE. UU) y "This is our Everything" de Frederik Subei (Alemania) en segundo.

El documental "Boil Alert" pone el foco en la crisis del agua potable, en este caso de las comunidades indígenas de Canadá, destacando su lucha por obtener acceso a un recurso básico. Una pugna que se entiende también fuera del ámbito de los primeros pueblos pero que en estos está mucho más arraigada, poniendo de manifiesto la injusticia y el abandono que habitualmente sufren estas comunidades por parte de las clases dirigentes, amplificando las voces de los líderes indígenas que luchan por sus derechos y la preservación de su tierra y cultura. Esta necesidad de cuidar del legado cultural, en peligro por la industralización y el cambio climático, es el que prevalece en el documental alemán de Frederik Subei, que se lleva, además, uno de los ex aequo del Premio al Mejor Documental Les Films du 3 Mars junto con la estadounidense "Without Arrows" de Jonathan Olshefski y Elizabeth Day, filmada durante 13 años para narrar la lucha de una familia Lakȟóta en su viaje fuera y de regreso a la reserva para continuar el legado de su thiyóšpaye (familia extendida).

El documental ha sido, y es, el género rey de esta cita anual canadiense y así queda reflejado en el palmarés que, en esta ocasión, también hace un guiño especial al trabajo del cineasta Roberto Bertolino otorgándole la Beca Les Films du 3 Mars por su proyecto "Amazonia: an Encounter with the Guardians of the Rainforest", un apasionante viaje por la ribera amazónica que expone las amenazas y también los potenciales beneficios que enfrentan las comunidades indígenas.

En esta edición del FIPA (Festival Internacional de la Presencia Autóctona), el Premio APTN al cineasta indígena más sobresaliente del año ha ido para Neil Diamond y Catherine Bainbridge, por la cinta canadiense "Rougemania", el documental que explora la fascinación y el impacto cultural del personaje de cómic canadiense Rouge (también conocida como Red en su versión internacional), adentrándose en las raíces históricas y culturales que inspiraron su creación, destacando su importancia como un símbolo de identidad y resistencia para muchas personas, especialmente dentro de la comunidad indígena de Canadá. La mención honorífica del APTN se la lleva "Gespe’gewa’gi: The Last Land, Temporada 2 Episodio 3 – BEVERLEY: The Captain of a Fishing Boat" de Ernest Webb, Greg Lawrence y Courtney Montour.

En el propósito de servir de plataforma para dar visibilidad al talento emergente, el FIPA otorga el premio Main Film para Artistas Indígenas Emergentes a la cinta "Entropy" de Inuk Jørgensen (Groenlandia), un corto evocador que explora la fragilidad de la cultura inuit frente a los desafíos del cambio climático; con una mención especial para el cortometraje estadounidense "Headdress" de Tai Leclaire, que aborda con humor y crítica el tema de la apropiación cultural. Buscando, precisamente, esa visibilidad, el Premio Air Canada – Matera para cineastas indígenas radicados en Canadá que hayan realizado una película con potencial de distribución internacional reconoce el trabajo de "Café Daughter" de Shelley Niro (Canadá), que se proyectará en el próximo Festival de Cine de Matera en Italia (noviembre de 2024).

Cierran el palmarés los cortometrajes galardonados en esta 34 edición. Por un lado, con el Premio Espaces Autochtones / SRC al Mejor Cortometraje Canadiense, para "Future ready: cusp" de KJ Edwards. Y el Premio al Mejor Cortometraje Internacional ex aequo para "To Be Silent" de Tace Stevens (Australia), y "Gath & K’iyh: Listen to Heal" de Princess Daazhraii Johnson (EEUU).

La cita internacional principal para la creatividad indígena ha dejado claro, en esta edición, que otro camino es posible para la revitalización de la tradición y la cultura nativas, que va de la mano con la modernidad, pero que sirve de sostén y de guardián, también, para establecer los límites que permitan una convivencia con la tierra que nos sostiene. En este año, el foco ha sido más interno, con esos premios que reconocen el talento principalmente de las producciones canadienses y estadounidenses, pero que abren la puerta, siempre, a otras miradas, como las europeas, las iberoamericanas o las de Oceanía. Ahora nos queda esperar el reto que nos presente el FIPA en su 35 aniversario.

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