Entrevista Huelva: Laura Donoso afirma que "cuando escribo me cuesta mucho crear personajes masculinos"
- por © Jon Apaolaza (Huelva)-NOTICINE.com
La chilena Laura Donoso coronó sus estudios cinematográficos con un largometraje, "Sariri", en el que trabajaron numerosos compañeros. Este drama femenino y rural, que se vio en el CineLatino de Toulouse, concursa ahora por los Colones en el 50 Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. NOTICINE.com habló en exclusiva con la joven cineasta y su clara voluntad de hacer solo cine sobre mujeres.
- ¿Cuál es el punto de partida de "Sariri"?
Todo comenzó porque la mía propia es una familia con muchas mujeres y una familia muy feminista. Sin embargo, no fue hasta los veintitrés años cuando me di cuenta de que en mi casa, cuando una está menstruando se le dice que está "enferma". Entonces, siempre escuché frases como “no, yo estoy enferma” o “no, me voy a enfermar” como sinónimo de menstruar. Cuando fui consciente de eso, pensé en cómo la menstruación es algo bueno, es algo que nos viene a avisar una vez al mes de que estamos sanas, de que está todo bien. Empecé a investigar mucho sobre la cultura de la menstruación en diferentes partes del mundo para ver qué otros sinónimos se podían encontrar. Fue leyendo un libro de un ilustrador español, que retrata diferentes periferias del mundo, donde leí sobre las mujeres Kadugolla. Ellas son mujeres de una de las castas más bajas en la India, Cuando están con la menstruación o acaban de parir, tienen que irse de sus casas porque la menstruación es tóxica para el hombre, es mala.
- ...Y trasladó ese tipo de tradiciones a Chile...
Sí, cuando leí eso, empecé a pensar en qué pasaría si esto ocurriera en Chile, y mi imaginario inmediatamente siempre va hacia el norte de Chile. Creé esta hipótesis, porque no es una tradición real, preguntándome qué pasaría si en Chile las mujeres tuviéramos que irnos al desierto más árido del mundo, donde no hay donde esconderse, no hay nada. La respuesta a esta pregunta fue la película. Obviamente, mientras iba escribiendo la historia y el guion, diferentes temáticas fueron surgiendo y quisimos traer diferentes tradiciones que sí hay en Chile. Por ejemplo, hasta hace muy poco la mujer no podía entrar a una mina a trabajar, porque se decía que traía mala suerte. Se fueron integrando diferentes elementos para crear este mundo donde, a través de micromachismos, se grafica la violencia de género hacia la mujer desde temas pequeños como la menstruación a temas más grandes como el derecho reproductivo de la mujer, la violencia intrafamiliar y diferentes temáticas que me llaman mucho la atención.
- "Sariri" apenas tiene personajes masculinos....
La verdad es que no, porque cuando escribo me cuesta mucho escribir personajes masculinos. En mi familia hay tantas mujeres que ni siquiera me imagino cómo pensaría un personaje masculino o cómo actuaría. Me cuesta mucho ponerme en su lugar y me pongo en el lugar de la mujer. Mi instinto siempre va a escribir sobre la mujer o con la mujer. Algo que quise tratar de hacer en "Sariri" fue mostrar que no es necesario ver violencia para entender que los personajes están viviendo en un ambiente violento. Por ejemplo, en el caso del personaje de Dina, su marido no la tiene que pegar, golpear ni tratar mal para que ella no quiera estar casada con él ni vivir una vida de ama de casa. No solo por que te golpeen te tienes que ir. Si alguien simplemente no quiere hacer algo ya es suficiente. No quise usar una violencia tan visual para tener que justificar por qué la mujer no quiere hacer ciertas cosas. Basta con decir “no quiero” para no tener que hacer algo. Creo que por eso también decidí dejar más al margen la figura masculina porque, si es que se integraban, sentí que iba a ser como una herramienta para graficar la violencia. Para mí la violencia también puede no verse, puede ser una violencia que va en secreto.
- ¿Cómo es ahora mismo la situación de la mujer y las luchas feministas e Chile?
Creo que en mi país existe una buena mirada sobre el avance del feminismo. Hemos tenido una ola grande en los últimos años donde las mujeres hemos compartido muchas experiencias, nos hemos escuchado. Estamos empezando a entender cuál es nuestro poder, si bien queda muchísimo por avanzar en temas de derechos de reproducción, temas de derechos económicos y de violencia de género. Nos queda muchísimo todavía en Chile. Por ejemplo el aborto es ilegal, es penado.
- Aún con un gobierno de izquierdas, ¿por qué no se ha revertido esa prohibición?
No solo está en las manos del gobierno, sino también en el Congreso. En Chile están muy marcados a nivel político cada uno de los bandos. Creo que es algo que a nivel país general, mandado por hombres, no está en la agenda como algo urgente. Creo que ahí hay un retraso, pero es un tema que se habla y que se está buscando. Vamos a lograrlo eventualmente, no con temas como el aborto pero sí con la igualdad económica, igualdad de oportunidades… Pienso que ahí sí estamos avanzando bastante. Queda mucho todavía por recorrer, mucho que aguantar, pero no me siento tan desesperanzada. No retrocedemos como otros países que han ido sufriendo, por temas políticos, algunas reversiones en torno a los derechos de la mujer y de la persona menstruante.
- ¿Cuestión de género o cuestión de ideología?
Creo que van de la mano, pero un gobierno de mujeres de derechas jamás aprobaría el aborto. Es un tema que tiene diferentes factores. Uno es el género, el otro es un tema de ideología política y el otro es un tema de ideología social, aunque también religiosa. En Latinoamérica hay países como Chile, que tienen la religión católica muy integrada. Son varios factores los que hacen que estos tipos de violencia de género todavía estén arraigados en nuestro día a día.
- Han estado en Toulouse y en otros eventos antes de llegar a Huelva, hábleme de esa trayectoria...
Ha sido muy buena. Tuvimos en marzo nuestro estreno internacional en Francia, luego tuvimos el estreno norteamericano y así hemos ido completando pequeños festivales. También hicimos el estreno en Santiago, en SANFIC, estuvimos en Brasil, ahora en España, estuvimos también en Berlín... Hemos desbloqueado grandes espacios que pensé que nos iban a costar más. De momento vamos bien encaminados y estamos muy felices de las oportunidades que hemos tenido para ir mostrando la película.
-¿Y cómo ha sentido la acogida en Huelva?
Bien, muy bien. Me emocioné porque había mucha gente en la sala. El Gran Teatro es un lugar muy lindo y es emocionante ver la película rodeada de este espacio tan bello. Al salir tuvimos muy buenos comentarios y hablamos con las personas de fuera. Es entretenido, porque por lo general, luego de ver la película, llegan personas a contarnos sus propias experiencias. Esto también me hace entender un poco más cómo se vive esto a lo largo del mundo.
- No hay muchas películas sobre la menstruación.
Claro, no hay muchas. No se habla mucho del tema porque se siente algo como tan banal, tan del día a día, pero por lo mismo se deja en el olvido. Es algo de lo que no se habla, y todo se tiene que conversar.
-¿Tiene ideas para futuros proyectos?
Actualmente estoy comenzando a trabajar en dos proyectos en paralelo. Uno es más grande y más ambicioso, entonces entendí que tenía que tener un segundo proyecto un poco más pequeño y más realizable a corto plazo. Estoy recién comenzando y empezando a escribir buenas ideas y viendo cómo se logra.
- ¿Otra historia de mujeres?
Sí, son historias de mujeres. Una es en Centroamérica, porque mi madre vive allá desde hace mucho tiempo y me gustaría poder retratar ciertos aspectos de ser mujer en Centroamérica. La otra es en Chile, pero también de mujeres.
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- ¿Cuál es el punto de partida de "Sariri"?
Todo comenzó porque la mía propia es una familia con muchas mujeres y una familia muy feminista. Sin embargo, no fue hasta los veintitrés años cuando me di cuenta de que en mi casa, cuando una está menstruando se le dice que está "enferma". Entonces, siempre escuché frases como “no, yo estoy enferma” o “no, me voy a enfermar” como sinónimo de menstruar. Cuando fui consciente de eso, pensé en cómo la menstruación es algo bueno, es algo que nos viene a avisar una vez al mes de que estamos sanas, de que está todo bien. Empecé a investigar mucho sobre la cultura de la menstruación en diferentes partes del mundo para ver qué otros sinónimos se podían encontrar. Fue leyendo un libro de un ilustrador español, que retrata diferentes periferias del mundo, donde leí sobre las mujeres Kadugolla. Ellas son mujeres de una de las castas más bajas en la India, Cuando están con la menstruación o acaban de parir, tienen que irse de sus casas porque la menstruación es tóxica para el hombre, es mala.
- ...Y trasladó ese tipo de tradiciones a Chile...
Sí, cuando leí eso, empecé a pensar en qué pasaría si esto ocurriera en Chile, y mi imaginario inmediatamente siempre va hacia el norte de Chile. Creé esta hipótesis, porque no es una tradición real, preguntándome qué pasaría si en Chile las mujeres tuviéramos que irnos al desierto más árido del mundo, donde no hay donde esconderse, no hay nada. La respuesta a esta pregunta fue la película. Obviamente, mientras iba escribiendo la historia y el guion, diferentes temáticas fueron surgiendo y quisimos traer diferentes tradiciones que sí hay en Chile. Por ejemplo, hasta hace muy poco la mujer no podía entrar a una mina a trabajar, porque se decía que traía mala suerte. Se fueron integrando diferentes elementos para crear este mundo donde, a través de micromachismos, se grafica la violencia de género hacia la mujer desde temas pequeños como la menstruación a temas más grandes como el derecho reproductivo de la mujer, la violencia intrafamiliar y diferentes temáticas que me llaman mucho la atención.
- "Sariri" apenas tiene personajes masculinos....
La verdad es que no, porque cuando escribo me cuesta mucho escribir personajes masculinos. En mi familia hay tantas mujeres que ni siquiera me imagino cómo pensaría un personaje masculino o cómo actuaría. Me cuesta mucho ponerme en su lugar y me pongo en el lugar de la mujer. Mi instinto siempre va a escribir sobre la mujer o con la mujer. Algo que quise tratar de hacer en "Sariri" fue mostrar que no es necesario ver violencia para entender que los personajes están viviendo en un ambiente violento. Por ejemplo, en el caso del personaje de Dina, su marido no la tiene que pegar, golpear ni tratar mal para que ella no quiera estar casada con él ni vivir una vida de ama de casa. No solo por que te golpeen te tienes que ir. Si alguien simplemente no quiere hacer algo ya es suficiente. No quise usar una violencia tan visual para tener que justificar por qué la mujer no quiere hacer ciertas cosas. Basta con decir “no quiero” para no tener que hacer algo. Creo que por eso también decidí dejar más al margen la figura masculina porque, si es que se integraban, sentí que iba a ser como una herramienta para graficar la violencia. Para mí la violencia también puede no verse, puede ser una violencia que va en secreto.
- ¿Cómo es ahora mismo la situación de la mujer y las luchas feministas e Chile?
Creo que en mi país existe una buena mirada sobre el avance del feminismo. Hemos tenido una ola grande en los últimos años donde las mujeres hemos compartido muchas experiencias, nos hemos escuchado. Estamos empezando a entender cuál es nuestro poder, si bien queda muchísimo por avanzar en temas de derechos de reproducción, temas de derechos económicos y de violencia de género. Nos queda muchísimo todavía en Chile. Por ejemplo el aborto es ilegal, es penado.
- Aún con un gobierno de izquierdas, ¿por qué no se ha revertido esa prohibición?
No solo está en las manos del gobierno, sino también en el Congreso. En Chile están muy marcados a nivel político cada uno de los bandos. Creo que es algo que a nivel país general, mandado por hombres, no está en la agenda como algo urgente. Creo que ahí hay un retraso, pero es un tema que se habla y que se está buscando. Vamos a lograrlo eventualmente, no con temas como el aborto pero sí con la igualdad económica, igualdad de oportunidades… Pienso que ahí sí estamos avanzando bastante. Queda mucho todavía por recorrer, mucho que aguantar, pero no me siento tan desesperanzada. No retrocedemos como otros países que han ido sufriendo, por temas políticos, algunas reversiones en torno a los derechos de la mujer y de la persona menstruante.
- ¿Cuestión de género o cuestión de ideología?
Creo que van de la mano, pero un gobierno de mujeres de derechas jamás aprobaría el aborto. Es un tema que tiene diferentes factores. Uno es el género, el otro es un tema de ideología política y el otro es un tema de ideología social, aunque también religiosa. En Latinoamérica hay países como Chile, que tienen la religión católica muy integrada. Son varios factores los que hacen que estos tipos de violencia de género todavía estén arraigados en nuestro día a día.
- Han estado en Toulouse y en otros eventos antes de llegar a Huelva, hábleme de esa trayectoria...
Ha sido muy buena. Tuvimos en marzo nuestro estreno internacional en Francia, luego tuvimos el estreno norteamericano y así hemos ido completando pequeños festivales. También hicimos el estreno en Santiago, en SANFIC, estuvimos en Brasil, ahora en España, estuvimos también en Berlín... Hemos desbloqueado grandes espacios que pensé que nos iban a costar más. De momento vamos bien encaminados y estamos muy felices de las oportunidades que hemos tenido para ir mostrando la película.
-¿Y cómo ha sentido la acogida en Huelva?
Bien, muy bien. Me emocioné porque había mucha gente en la sala. El Gran Teatro es un lugar muy lindo y es emocionante ver la película rodeada de este espacio tan bello. Al salir tuvimos muy buenos comentarios y hablamos con las personas de fuera. Es entretenido, porque por lo general, luego de ver la película, llegan personas a contarnos sus propias experiencias. Esto también me hace entender un poco más cómo se vive esto a lo largo del mundo.
- No hay muchas películas sobre la menstruación.
Claro, no hay muchas. No se habla mucho del tema porque se siente algo como tan banal, tan del día a día, pero por lo mismo se deja en el olvido. Es algo de lo que no se habla, y todo se tiene que conversar.
-¿Tiene ideas para futuros proyectos?
Actualmente estoy comenzando a trabajar en dos proyectos en paralelo. Uno es más grande y más ambicioso, entonces entendí que tenía que tener un segundo proyecto un poco más pequeño y más realizable a corto plazo. Estoy recién comenzando y empezando a escribir buenas ideas y viendo cómo se logra.
- ¿Otra historia de mujeres?
Sí, son historias de mujeres. Una es en Centroamérica, porque mi madre vive allá desde hace mucho tiempo y me gustaría poder retratar ciertos aspectos de ser mujer en Centroamérica. La otra es en Chile, pero también de mujeres.
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