Huelva: Hablamos con Marcelo Botta sobre "Betânia"
- por © Jon Apaolaza (Huelva)-NOTICINE.com
En la nutrida representación brasileña de la 50 edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva se sitúa "Betânia", primera película de Marcelo Botta, que mezclando ficción y documental nos lleva a una bella zona del nordeste de Brasil, los "ençóis maranhenses" donde se mezclan las culturas y el paisaje juega con dunas del desierto. NOTICINE.com habló en exclusiva con su director.
- ¿Cuál fue su relación con el escenario geográfico donde se desarrolla la película? ¿Cómo llegó a esta zona de Brasil? ¿La conocía de antes?
Sí, hicimos un documental allí de 35 minutos en 2018 sobre una mujer muy inspiradora que se llama Doña María. Me quedé durante más de una semana caminando y haciendo filmaciones con la gente. Después una travesía de 100 kilómetros en cinco días, durmiendo en diferentes pueblos y escuchando las historias de la cultura de las personas que viven allí. De esa forma, en 2021 tuve la idea de hacer una ficción mezclada con documental. Todo el guion fue hecho dentro de la casa de la persona de la que estaba haciendo la historia, todo al mismo tiempo. Fue un proceso muy rico porque la gente que vive allí participo mucho en el proceso creativo. Era muy importante que esa gente se sintiera representada. Fue un proceso muy investigativo, muy especial.
- ¿Por qué elige esta mezcla entre momentos documentales y momentos de ficción? ¿Por qué no se decantó por una de las dos cosas para toda la película?
Me encanta mezclar las dos lenguas. Me encantan las películas que hacen eso. Todo fue pensado para que la gente que viera la película tuviese la sensación de estar en ese pueblo. El lenguaje documental pone al espectador dentro de la historia y no como en una ventana mirando. Esa mezcla deja el espectador como entrar en la pantalla, que no se quede fuera de la ventana mirando y que forme parte de esa familia.
- ¿Por qué elige unos personajes fundamentalmente femeninos?
Porque la sociedad allí tiene muchos pueblos que son matriarcales. La mujer allí es la fortaleza y la líder comunitaria en este momento complejo para la humanidad por el cambio climático, la postpandemia, la guerra… Creo que la mujer tiene mucho que enseñar por su sensibilidad, y la humanidad está en busca de una representación de mujeres fuertes.
- La película también tiene un trabajo muy importante de musicalización, de postproducción musical, ¿verdad?
Para mí la música es una parte fundamental de la película. Hay una gran manifestación cultural por parte de la cultura indígena y afro. Para mí era muy importante que la peli tuviese una atmósfera que representase ese estado en todas sus complejidades. Queríamos que la música también fuese la protagonista y que no solamente sonase de fondo.
- ¿Cómo ha sentido la acogida del público aquí en Huelva?
Fue una acogida muy calurosa. La gente de acá se quedó muy emocionada. Había mucha gente llorando por la película y con una sonrisa al mismo tiempo. Eso es lo que la película realmente busca, que llores, pero con una sonrisa con alegría y esperanza. Sobre todo por los tiempos difíciles que estamos viviendo como humanidad, es una peli que sirve como una fuerza para seguir luchando. Buscamos una mezcla de emociones, no solo contar una historia. Tiene momentos de comedia y momentos de drama, y todo eso se fusionó. Al final estaban todos muy contentos. Hacer cine en América Latina no es muy fácil, pero al final cobra todo el sentido al ver a la gente emocionada con la película.
- ¿Tiene nuevos proyectos ahora?
Tengo una película sobre Brasil y Jamaica, que habla de una mujer brasileña que se va a Jamaica en búsqueda de un disco que busca desde hace mucho tiempo. Es una relación que va más allá de la música, pues también tendrá relaciones sociales. Hay pobrezas y gestiones sociales muy duras y difíciles pero una riqueza cultural muy grande en ambos sitios. Nos hará reflexionar sobre el modo en el que vivimos y las contradicciones que nos acercan a ambos países.
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- ¿Cuál fue su relación con el escenario geográfico donde se desarrolla la película? ¿Cómo llegó a esta zona de Brasil? ¿La conocía de antes?
Sí, hicimos un documental allí de 35 minutos en 2018 sobre una mujer muy inspiradora que se llama Doña María. Me quedé durante más de una semana caminando y haciendo filmaciones con la gente. Después una travesía de 100 kilómetros en cinco días, durmiendo en diferentes pueblos y escuchando las historias de la cultura de las personas que viven allí. De esa forma, en 2021 tuve la idea de hacer una ficción mezclada con documental. Todo el guion fue hecho dentro de la casa de la persona de la que estaba haciendo la historia, todo al mismo tiempo. Fue un proceso muy rico porque la gente que vive allí participo mucho en el proceso creativo. Era muy importante que esa gente se sintiera representada. Fue un proceso muy investigativo, muy especial.
- ¿Por qué elige esta mezcla entre momentos documentales y momentos de ficción? ¿Por qué no se decantó por una de las dos cosas para toda la película?
Me encanta mezclar las dos lenguas. Me encantan las películas que hacen eso. Todo fue pensado para que la gente que viera la película tuviese la sensación de estar en ese pueblo. El lenguaje documental pone al espectador dentro de la historia y no como en una ventana mirando. Esa mezcla deja el espectador como entrar en la pantalla, que no se quede fuera de la ventana mirando y que forme parte de esa familia.
- ¿Por qué elige unos personajes fundamentalmente femeninos?
Porque la sociedad allí tiene muchos pueblos que son matriarcales. La mujer allí es la fortaleza y la líder comunitaria en este momento complejo para la humanidad por el cambio climático, la postpandemia, la guerra… Creo que la mujer tiene mucho que enseñar por su sensibilidad, y la humanidad está en busca de una representación de mujeres fuertes.
- La película también tiene un trabajo muy importante de musicalización, de postproducción musical, ¿verdad?
Para mí la música es una parte fundamental de la película. Hay una gran manifestación cultural por parte de la cultura indígena y afro. Para mí era muy importante que la peli tuviese una atmósfera que representase ese estado en todas sus complejidades. Queríamos que la música también fuese la protagonista y que no solamente sonase de fondo.
- ¿Cómo ha sentido la acogida del público aquí en Huelva?
Fue una acogida muy calurosa. La gente de acá se quedó muy emocionada. Había mucha gente llorando por la película y con una sonrisa al mismo tiempo. Eso es lo que la película realmente busca, que llores, pero con una sonrisa con alegría y esperanza. Sobre todo por los tiempos difíciles que estamos viviendo como humanidad, es una peli que sirve como una fuerza para seguir luchando. Buscamos una mezcla de emociones, no solo contar una historia. Tiene momentos de comedia y momentos de drama, y todo eso se fusionó. Al final estaban todos muy contentos. Hacer cine en América Latina no es muy fácil, pero al final cobra todo el sentido al ver a la gente emocionada con la película.
- ¿Tiene nuevos proyectos ahora?
Tengo una película sobre Brasil y Jamaica, que habla de una mujer brasileña que se va a Jamaica en búsqueda de un disco que busca desde hace mucho tiempo. Es una relación que va más allá de la música, pues también tendrá relaciones sociales. Hay pobrezas y gestiones sociales muy duras y difíciles pero una riqueza cultural muy grande en ambos sitios. Nos hará reflexionar sobre el modo en el que vivimos y las contradicciones que nos acercan a ambos países.
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