Entrevista Berlinale: Ivan Fund afirma que el cine y la cultura en Argentina "están siendo desmantelados y atacados"
- por © Jon Apaolaza (Berlín)-NOTICINE.com
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Para el argentino Ivan Fund, que compite por el Oso de oro este año en Berlín con "El mensaje", la capacidad de resiliencia de los argentinos en general y de sus personajes en particular, tiene que ver con la del propio cine del país, ahora "desmantelado y atacado". No obstante, en charla con NOTICINE.com, el también autor de "Piedra Noche" y "Los labios", no es pesimista y considera que "el cine argentino, desde sus creadores, siempre tiene una vitalidad, una garra, una capacidad de adaptación y de supervivencia" que casi no tiene parangón a nivel mundial. Así lo conto Fund a NOTICINE.com en el certamen germano.
- ¿Hubo algún hecho determinado que encendió la mecha de este proyecto, o sea, la idea primigenia?
Bueno, yo un poco siempre siento que las películas no se originan en un lugar concreto. Sí tienen un fin concreto. El inicio es más nebuloso y es siempre la sumatoria de muchas ideas, imágenes, gestos que uno va como recopilando, como poniendo en la bolsa de relatos, dirían. Y en el caso del mensaje, primero tenía ganas de seguir explorando un poco el universo de la infancia. Este momento donde la infancia, o sea, donde esa magia de cómo un niño percibe el mundo también, empieza como a mixturarse y a mezclarse un poco con la textura de la realidad, de la realidad más mundana, por decirlo de alguna forma. Y particularmente, algo que ordenó la idea fue las ganas de retratar ese momento donde un niño se siente parte de una historicidad, de una historia, donde uno como niño empieza a reconocer, claro, que es parte de su familia, que es parte de una historia y que puede tener una voz en eso, y que puede tomar la determinación de actuar. En este caso, en el caso de la película, el personaje de Anika decide intervenir intentando sanar un poco, o reconfortar la historia de su familia. Creo que esa fue una de las imágenes que más me conmovió para empezar a desarrollar el proyecto, que era el niño reconfortando a un adulto.
- ¿Conoció algún caso concreto de niña o persona con capacidad de comunicarse con los animales?
Yo creo que en un poco todos nosotros, es como una fantasía de la infancia bastante recurrente. Creo que todos de niños siempre sentimos, que eso es algo que también me interesaba para empezar a desarrollar la historia. Uno de niño siente que es parte del mundo y que está conectado con todos los seres y con el mundo. Desde que sentís que podés tener telepatía y mover objetos hasta que esa vez sentís que escuchas lo que dice tu perro. Había algo de esa fantasía recurrente en la infancia que también me interesaba y que a la vez el mundo ese de la infancia para mí es indiscernible del mundo del cine. Este recupera para mí esa idea de comunión y de celebración del mundo y de fantasía y de asombro, como esa curiosidad y esa mirada en la infancia que por lo menos en mi caso es lo que a mí me da ganas de hacer cine. Como diría yo en las mecas, estar ahí para celebrar la creación, para celebrar el mundo.Entonces había un poco de todas esas ganas y eso que dio origen a la idea.
- Pero seguramente casos similares o fingidos de comunicación con los animales deben existir...
Después pasó eso, que es muy loco, porque después, cuando empiezo a investigar un poco, que ya aparece la idea de eso, hay un montón. O sea las redes están plagadas de medium de mascotas y medium de animales, y hay un espectro gigante de gente que lo hace de una manera más así, no sé, espiritual y relacionada con algo más existencial y otra gente que lo hace absolutamente mercantilizado, que está muy relacionada esta cosa de las redes y medio new age y demás. Entonces ahí adentro hay un espectro gigante de ese mercado y de gente que habla con los animales. De hecho en un momento cuando empezamos a escribir la historia pensamos incluir o no algo más extremo de lo que pasa ahí. De esta cosa de las redes sociales y de cómo la gente se vende y vive de sus servicios ahí. Pero decidimos que la película tiene un trazo más minimalista y no podía contener eso. Y a mí personalmente no me gustan las redes sociales ni mucho de todo lo que pasa en internet. Entonces preferimos reducirlo a que esté indicado y evidenciado solamente en la película, pero que no sea una parte concreta de cómo ellos ofrecen esos servicios online.
- Sí, me da la sensación de que también ha sido un poco voluntad en mantener ciertos conceptos en la duda. Es decir, yo no acabé de tener claro hasta qué punto, sí, parece que la niña puede tener ese don, pero tampoco estás seguro o de que su abuela no esté manipulando o inventándose cosas que ella no dice. Las película se mueve en esa ambigüedad...
Es exactamente lo que decís. Lo pusiste muy claro, porque para mí la ficción no es lo contrario a la realidad. La ficción para mí es una forma de entender el mundo en sus contradicciones, en sus complejidades, en su expansión, y entonces hay algo de esa indeterminación que para mí era fundamental y que era de alguna forma la propuesta de la película. De que eso, las cosas, valga el chiste con la película, las cosas no son blanco y negro, sino que está todo junto ahí adentro. Y así como en la vida las certezas siempre son un poco inventadas, porque hay tantos puntos de vista de abordar las cosas, para mí dentro de la historia de la mecánica de esos vínculos y de los personajes tenía que ser así también. Como una experiencia en la cual cada uno pueda adivinar o percibir un poco parte de lo que está pasando. Cuando yo escribo los personajes, esos no son un personaje cerrado. No son una tesis, en ese sentido, de que este es bueno, este es malo, son padres o no. Yo tengo mi versión de eso, pero sí a la hora de mostrarlo me interesa articularlo de una manera para que se puedan expresar cada personaje en su esencia, pero no definirlos, no clausurarlos, y que uno pueda también, como digo siempre, como con las personas que uno conoce, uno tiene sus mejores amigos, incluso su familia, y a veces realmente no sabés en qué están sintiendo o cuáles son sus motivaciones. Entonces hay como un halo de misterio que para mí era muy importante que se traduzca en la película.
- ¿Está tan mal el cine argentino como parece?
Ahí creo que habría que reformular un poco la pregunta, porque para mí el cine argentino siempre está bien. Desde sus creadores, siempre hay una vitalidad, una garra, una capacidad de adaptación y de supervivencia que creo que poca cinematografía a nivel mundial, verdaderamente, y con toda la humildad le digo, lo tienen. Pero desde el punto de vista del apoyo estatal, está siendo absolutamente desmantelado y atacado. Y no solo el cine en particular, pero la cultura en general, y tantas otras cosas. Pero acá, hablando del cine, sí, realmente es un desmantelamiento del apoyo, del fomento al cine y a la difusión, acompañado también un poco de eso, de una idea de que las películas no son relevantes. Como si hubiera algo que, como que el cine ocupa otro lugar, no de importancia en la existencia de las personas. Y como si en las películas no le hicieran personas, como si atrás de una película no hubieran miles de personas y familias y gente que le dedica la vida y que trabaja de eso. Así que eso por un lado, y sin embargo, como te digo, yo creo que en lo que va del año, en los tres festivales más importantes del comienzo del año, hubo películas argentinas ocupando lugares de relevancia: la película de Albertina Carri en Rotterdam, la de Laura Casabé en Sundance, y nosotros ahora acá. Entonces como, bueno, viste, por más de lo triste y complicado la situación, las películas van a seguir existiendo, y la diferencia está para mí radicalmente en que, no sé, yo ya hace casi 20 años que hago películas y que filmo y de alguna manera yo tengo mañas, herramientas como para hacerlas igual, pero yo me eduqué viendo películas que decían INCAA (El instituto del cine argentino) adelante y toda mi formación tiene que ver con películas y de hecho con cursos y talleres que estaban fomentados desde el Estado. Y entender que la película no es un evento aislado, nosotros somos parte de una historia del cine argentino y que está constituido también eso, desde culturas de apoyo y fomento.
- ¿Habrá consecuencias al actual desierto inversor del estado argentino?
Yo creo que las consecuencias ya están a la vista de todos. Ya desde este último año no se filmó prácticamente nada, si es que se filmó algo. Eso me parece que está clarísimo, las consecuencias creo que ya están. En cuanto a repercusiones de futuro en os creadores... para mí es un debate diferente. Yo creo que el cine siempre termina siendo como algo que convoca a la gente de una manera que no tiene una opción de hacerlo, hay una pasión, está directamente relacionado con una vocación. Y como cualquier vocación va encontrando la vuelta y se adapta al camino, que eso no quiere decir que el camino pueda ser más o menos amable. Como decía un gran cineasta holandés, "el cine no es la vida pero tiene que tocarla". Él dice, "el cine es una segunda vida, lo difícil es poner en marcha la primera". Entonces acá creo que hay que poner en marcha la primera. Creo que el apoyo a la cultura y al cine es fundamental para poder poner en marcha la vida, para que todas las personas que tengan esa vocación y eso puedan acceder, no solo a estudiar cine, sino a verlo. El cine es una parte constitutiva de nosotros, es una de las pocas cosas que tenemos que nos permiten mirar para arriba, como que nos permiten sentarte y mirar algo grande y entregarle tu atención y tu tiempo. A mí me formó el cine, creo que es una manera también de educarnos.
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- ¿Hubo algún hecho determinado que encendió la mecha de este proyecto, o sea, la idea primigenia?
Bueno, yo un poco siempre siento que las películas no se originan en un lugar concreto. Sí tienen un fin concreto. El inicio es más nebuloso y es siempre la sumatoria de muchas ideas, imágenes, gestos que uno va como recopilando, como poniendo en la bolsa de relatos, dirían. Y en el caso del mensaje, primero tenía ganas de seguir explorando un poco el universo de la infancia. Este momento donde la infancia, o sea, donde esa magia de cómo un niño percibe el mundo también, empieza como a mixturarse y a mezclarse un poco con la textura de la realidad, de la realidad más mundana, por decirlo de alguna forma. Y particularmente, algo que ordenó la idea fue las ganas de retratar ese momento donde un niño se siente parte de una historicidad, de una historia, donde uno como niño empieza a reconocer, claro, que es parte de su familia, que es parte de una historia y que puede tener una voz en eso, y que puede tomar la determinación de actuar. En este caso, en el caso de la película, el personaje de Anika decide intervenir intentando sanar un poco, o reconfortar la historia de su familia. Creo que esa fue una de las imágenes que más me conmovió para empezar a desarrollar el proyecto, que era el niño reconfortando a un adulto.
- ¿Conoció algún caso concreto de niña o persona con capacidad de comunicarse con los animales?
Yo creo que en un poco todos nosotros, es como una fantasía de la infancia bastante recurrente. Creo que todos de niños siempre sentimos, que eso es algo que también me interesaba para empezar a desarrollar la historia. Uno de niño siente que es parte del mundo y que está conectado con todos los seres y con el mundo. Desde que sentís que podés tener telepatía y mover objetos hasta que esa vez sentís que escuchas lo que dice tu perro. Había algo de esa fantasía recurrente en la infancia que también me interesaba y que a la vez el mundo ese de la infancia para mí es indiscernible del mundo del cine. Este recupera para mí esa idea de comunión y de celebración del mundo y de fantasía y de asombro, como esa curiosidad y esa mirada en la infancia que por lo menos en mi caso es lo que a mí me da ganas de hacer cine. Como diría yo en las mecas, estar ahí para celebrar la creación, para celebrar el mundo.Entonces había un poco de todas esas ganas y eso que dio origen a la idea.
- Pero seguramente casos similares o fingidos de comunicación con los animales deben existir...
Después pasó eso, que es muy loco, porque después, cuando empiezo a investigar un poco, que ya aparece la idea de eso, hay un montón. O sea las redes están plagadas de medium de mascotas y medium de animales, y hay un espectro gigante de gente que lo hace de una manera más así, no sé, espiritual y relacionada con algo más existencial y otra gente que lo hace absolutamente mercantilizado, que está muy relacionada esta cosa de las redes y medio new age y demás. Entonces ahí adentro hay un espectro gigante de ese mercado y de gente que habla con los animales. De hecho en un momento cuando empezamos a escribir la historia pensamos incluir o no algo más extremo de lo que pasa ahí. De esta cosa de las redes sociales y de cómo la gente se vende y vive de sus servicios ahí. Pero decidimos que la película tiene un trazo más minimalista y no podía contener eso. Y a mí personalmente no me gustan las redes sociales ni mucho de todo lo que pasa en internet. Entonces preferimos reducirlo a que esté indicado y evidenciado solamente en la película, pero que no sea una parte concreta de cómo ellos ofrecen esos servicios online.
- Sí, me da la sensación de que también ha sido un poco voluntad en mantener ciertos conceptos en la duda. Es decir, yo no acabé de tener claro hasta qué punto, sí, parece que la niña puede tener ese don, pero tampoco estás seguro o de que su abuela no esté manipulando o inventándose cosas que ella no dice. Las película se mueve en esa ambigüedad...
Es exactamente lo que decís. Lo pusiste muy claro, porque para mí la ficción no es lo contrario a la realidad. La ficción para mí es una forma de entender el mundo en sus contradicciones, en sus complejidades, en su expansión, y entonces hay algo de esa indeterminación que para mí era fundamental y que era de alguna forma la propuesta de la película. De que eso, las cosas, valga el chiste con la película, las cosas no son blanco y negro, sino que está todo junto ahí adentro. Y así como en la vida las certezas siempre son un poco inventadas, porque hay tantos puntos de vista de abordar las cosas, para mí dentro de la historia de la mecánica de esos vínculos y de los personajes tenía que ser así también. Como una experiencia en la cual cada uno pueda adivinar o percibir un poco parte de lo que está pasando. Cuando yo escribo los personajes, esos no son un personaje cerrado. No son una tesis, en ese sentido, de que este es bueno, este es malo, son padres o no. Yo tengo mi versión de eso, pero sí a la hora de mostrarlo me interesa articularlo de una manera para que se puedan expresar cada personaje en su esencia, pero no definirlos, no clausurarlos, y que uno pueda también, como digo siempre, como con las personas que uno conoce, uno tiene sus mejores amigos, incluso su familia, y a veces realmente no sabés en qué están sintiendo o cuáles son sus motivaciones. Entonces hay como un halo de misterio que para mí era muy importante que se traduzca en la película.
- ¿Está tan mal el cine argentino como parece?
Ahí creo que habría que reformular un poco la pregunta, porque para mí el cine argentino siempre está bien. Desde sus creadores, siempre hay una vitalidad, una garra, una capacidad de adaptación y de supervivencia que creo que poca cinematografía a nivel mundial, verdaderamente, y con toda la humildad le digo, lo tienen. Pero desde el punto de vista del apoyo estatal, está siendo absolutamente desmantelado y atacado. Y no solo el cine en particular, pero la cultura en general, y tantas otras cosas. Pero acá, hablando del cine, sí, realmente es un desmantelamiento del apoyo, del fomento al cine y a la difusión, acompañado también un poco de eso, de una idea de que las películas no son relevantes. Como si hubiera algo que, como que el cine ocupa otro lugar, no de importancia en la existencia de las personas. Y como si en las películas no le hicieran personas, como si atrás de una película no hubieran miles de personas y familias y gente que le dedica la vida y que trabaja de eso. Así que eso por un lado, y sin embargo, como te digo, yo creo que en lo que va del año, en los tres festivales más importantes del comienzo del año, hubo películas argentinas ocupando lugares de relevancia: la película de Albertina Carri en Rotterdam, la de Laura Casabé en Sundance, y nosotros ahora acá. Entonces como, bueno, viste, por más de lo triste y complicado la situación, las películas van a seguir existiendo, y la diferencia está para mí radicalmente en que, no sé, yo ya hace casi 20 años que hago películas y que filmo y de alguna manera yo tengo mañas, herramientas como para hacerlas igual, pero yo me eduqué viendo películas que decían INCAA (El instituto del cine argentino) adelante y toda mi formación tiene que ver con películas y de hecho con cursos y talleres que estaban fomentados desde el Estado. Y entender que la película no es un evento aislado, nosotros somos parte de una historia del cine argentino y que está constituido también eso, desde culturas de apoyo y fomento.
- ¿Habrá consecuencias al actual desierto inversor del estado argentino?
Yo creo que las consecuencias ya están a la vista de todos. Ya desde este último año no se filmó prácticamente nada, si es que se filmó algo. Eso me parece que está clarísimo, las consecuencias creo que ya están. En cuanto a repercusiones de futuro en os creadores... para mí es un debate diferente. Yo creo que el cine siempre termina siendo como algo que convoca a la gente de una manera que no tiene una opción de hacerlo, hay una pasión, está directamente relacionado con una vocación. Y como cualquier vocación va encontrando la vuelta y se adapta al camino, que eso no quiere decir que el camino pueda ser más o menos amable. Como decía un gran cineasta holandés, "el cine no es la vida pero tiene que tocarla". Él dice, "el cine es una segunda vida, lo difícil es poner en marcha la primera". Entonces acá creo que hay que poner en marcha la primera. Creo que el apoyo a la cultura y al cine es fundamental para poder poner en marcha la vida, para que todas las personas que tengan esa vocación y eso puedan acceder, no solo a estudiar cine, sino a verlo. El cine es una parte constitutiva de nosotros, es una de las pocas cosas que tenemos que nos permiten mirar para arriba, como que nos permiten sentarte y mirar algo grande y entregarle tu atención y tu tiempo. A mí me formó el cine, creo que es una manera también de educarnos.
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