Hablamos con la chilena Antonia Zegers sobre "Los Tortuga": "Tengo goce en encarnar fragilidad"
- por © Angela Pérez Torres-NOTICINE.com

Antonia Zegers es una de las actrices más versátiles y reconocidas de Chile, con una trayectoria internacional que abarca desde el teatro hasta el cine y la televisión. A lo largo de su carrera, ha trabajado con algunos de los directores más influyentes de su país, como Pablo Larraín, Sebastián Lelio o Matías Bize. Hoy, su nombre resuena con especial intensidad tras su trabajo en proyectos como "El Club", "El Castigo" o "Secretos en el jardín". En una conversación exclusiva con NOTICINE.com, Zegers habla sobre su papel en "Los Tortuga", de Belén Funes, coproducción con España que gira en torno a la emigración, la pérdida y la relación materno-filial, y acaba de presentarse en Málaga tras pasar por Toronto y Tesalónica. La actriz reflexiona también sobre su carrera, su relación con la industria cinematográfica y su profunda conexión con los personajes que interpreta, dejando claro que su trabajo es un espacio para explorar la fragilidad humana, la emoción y la tragedia.
- En "Los Tortuga" interpreta a Delia, una mujer que enfrenta el duelo y la pérdida, ¿cómo ha sido la preparación para ese personaje? ¿Qué aspectos de Delia han sido los que más han resonado en usted?
Es como que sentí una capacidad de sentir a esa mujer muy... Como que me dan ganas de abrazar a Delia. Hay algo de ella tan inoperante, tan incapaz y tan rota. Que, no sé, la sentí. Fue muy bonito hacerlo y yo creo que la construcción de ese personaje la hicimos en conjunto con Elvira Lara, la que iba a ser mi hija. Le dije: "Aquí tenemos que hacer este trabajo entre las dos porque son dos mujeres muy simbióticas y sin un abecedario común". Yo sentía que la manera más bonita de trabajar a Delia era en relación a su hija. Y entonces hicimos un trabajo conjunto de un correlato corporal también de esta madre y esta hija, porque creo que las relaciones filiales siempre tienen un correlato en el cuerpo. Hay madres con hijas que no se tocan, madres con hijas que se tocan, madres que están todo el tiempo corrigiendo a las hijas en su cuerpo, madres que... ¿Me entiendes? Hijas que están buscando siempre un abrazo que no encuentran. Hay todo un correlato. Siempre que uno ve una relación filial, uno podría sacar muchas conclusiones por cómo se mueven esos cuerpos. Hicimos un trabajo muy potente con Elvira de encontrar ese cuerpo que se atrae y se rechaza de manera tan instintiva y brutal como pasa con Delia y Anabel.
- La película también aborda temas como la fragilidad económica y los desafíos de la vida cotidiana. ¿Cómo contribuyen estos elementos a la historia de Delia y su hija? ¿Cómo influyen las circunstancias externas en la privada? Es que la película tiene esas dos dimensiones y se hace muy real.
Tu contexto social y político tiene mucho que ver con cómo tú vives tu vida íntima. Con cuán estresado estás para vivir un amor o para vivir un duelo o para vivir... Por supuesto que tu condición político-social te determina cómo vives tus procesos personales. Y en eso la película es muy aguda, creo yo. Porque están en un contexto de asfixia económica y social con respecto a la vivienda. Una mujer inmigrante, sin nómina, que se queda sola con una hija que está tratando de sacar adelante la universidad. Y que ella es taxista, y se rompe el lomo trabajando y no le alcanza. Además está todo el tema habitacional que ocurre en Barcelona, que es muy brutal. Que la gente no puede pagar un espacio para vivir en Barcelona. Hay todo un negocio inmobiliario vinculado al turismo que destruyó una economía a escala humana con respecto a la vivienda. Y así ella tiene que además supuestamente poder sentir un duelo. O sea, está totalmente sobrepasada esa mujer.
- ¿Y qué diría que fue lo más desafiante de interpretar a esa mujer que tiene que mantenerse firme y fuerte por su hija?
Lo más desafiante para mí de hacer esta película fue moverme con mis hijos como una tortuga a Cataluña para filmar. Yo pensaba que no podía filmar fuera hasta que mis hijos no fueran grandes y ahí ya no sabía tampoco si iba a ocurrir. Y de repente ocurre esto, me tenía que venir tres meses a Barcelona y hacer una película que tenía muchas ganas de hacer y trabajar con la directora, que también deseaba. De repente me aventuré y dije: "Ya, me voy a tirar al vacío y voy a irme con mis hijos, y los voy a meter a un colegio y voy a hacer ese esfuerzo, y ellos van a hacer ese esfuerzo también para hacerlo conmigo". Y eso fue lo más desafiante de hacer esta película, te diría yo. El resto, como tengo una sintonía muy fina y muy deliciosa con Belén, creo que fue un personaje que... Yo no considero difícil hacer algo duro. Si es que yo sé dónde está el... Digo, no le tengo miedo a eso, no es a la dificultad. Yo tengo goce con eso, en encarnar fragilidad, con encarnar historias que puedan ser duras. Yo creo que es bonito. Es como esto que viene desde la tragedia griega. Como la tragedia griega, se montaba para que los espectadores tuvieran terror y compasión, para que experimentaran esas dos emociones. Y en mi trabajo me ha tocado mucho contar historias que generan terror y compasión también. Y es condición humana mirarnos en eso. Eso no es lo que a mí me da miedo en general, lo contrario, me encanta.
- ¿Diría que se siente más cómoda en ese tipo de papel trágico?
No, no, también me encanta hacer comedia. La encuentro súper difícil, de hecho. Súper difícil.
- ¿Y cómo llegó a este proyecto de "Los Tortuga"?
Belén me conocía, conocía mi trabajo y quiso trabajar conmigo. Me escribió este personaje, para mí. Y me llamó en 2020. En mitad de la pandemia me invitó a ser parte de este proyecto.
- La película ahora se ha presentado en el Festival de Málaga. ¿Qué ha significado para usted mostrarla a un público español?
Bueno, nosotras estrenamos el año pasado en Toronto, en septiembre. Y ahora estrenamos en Málaga, que yo creo que es un estreno muy importante porque la película conversa muy profundamente con España. Y fue una pasada preciosa. Súper linda, súper emocionante, la verdad.
- ¿Qué mensaje espera que el público se lleve después de ver "Los Tortuga"?
Es un espacio para sentir. Yo creo que "Los Tortuga" tiene tantas capas abiertas que la experiencia de verla es muy personal. Pero lo que es unánime es la emoción que provoca. Entonces es una experiencia... No sé, yo invitaría a la gente a ir a verla al cine, como con ese nivel de atención y de entrega, como en ese silencio que da el cine. Porque es una película que te lleva a sentir, a emocionarte. Y eso es muy lindo.
- A lo largo de su carrera ha hecho trabajos muy distintos, desde teatro, cine, televisión... ¿Diría que esta diversidad es algo que le ha dictado el destino, algo que ha ido buscando?
Siempre la vida de uno es una mezcla de destino y deseo, ¿no? Y como el deseo articula un destino, o el destino satisface un deseo, siempre es un misterio. Para mí, por lo menos, es un misterio. Pero esto ha sido, se puede decir, la trenza entre el teatro, el cine y la televisión, y poder estar activa en esos tres planos de mi profesión, una mezcla de deseo y destino.
- Y ahora, con perspectiva, ¿cree que su trayectoria ha sido la que soñaba cuando empezó a actuar? ¿O no se imaginaba a dónde llegaría?
No, no me lo imaginaba para nada. Estudié en una escuela de teatro. Me acuerdo que cuando salí de allí lo primero en que pensaba era hacer teatro. Y luego se amplió a la televisión y ya, y en ese tiempo no había mucho cine en mi país, de hecho. Y así que el cine no estaba para nada dentro de mis sueños, fue desvelándose después.
- Y hablando de su país, aunque la industria y el mercado chileno se podría decir que está más limitado por la población y la cantidad de recursos públicos que se destinan, ¿cree que la llegada de las plataformas ha beneficiado en ese sentido a los actores y a la industria en general?
Yo creo que sí, primero que nada porque ha globalizado las producciones. Me refiero, hay muchas producciones que tienen actores de distintos lugares de Latinoamérica y España y estamos más mezclados. Y eso yo siempre he creído que es sano, es sano ideológicamente, es sano los contenidos, como la mezcla, ¿no? Como derribar fronteras también y límites y generar colaboraciones. Y las plataformas han cambiado muchas cosas, o sea, claro vienen a producir cine, pero también es medio complicado por el tema de las salas, porque ahora las películas están poco tiempo en sala. Entonces tiene como de dulce y de grasa, entiendo yo.
- A lo largo de su trayectoria también ha trabajado con tres de los directores chilenos más reconocidos, como Pablo Larraín, Matías Bize y Sebastián Lelio. ¿Diría que tienen algo en común o son muy diferentes a la hora de trabajar?
Son muy diferentes, tienen en común que son de la misma generación y que empezamos a trabajar todos juntos, ¿no? Pero son muy diferentes, creo que basta ver sus películas para saber que son muy diferentes. Las películas de Matías, de Pablo y de Lelio son miradas de la vida muy distintas, como óptica y al mismo tiempo se colaboran y se conocen y se ven las películas y todo. De hecho, a Lelio su última, de "Una Mujer Fantástica" en adelante, creo, o no sé si de "Gloria", las produce Fábula, que es la productora de Pablo Larraín y bueno, hay mucha colaboración por lo mismo. Pero la gracia es que son autores distintos y que ponen algo distinto sobre la mesa.
- Estuvo casada con Pablo Larraín, pero pese a que se separaron hace casi más de una década han seguido trabajando juntos. ¿Cree que para usted es importante mantener esa complicidad casi familiar a la hora de trabajar?
No, no, yo no trabajo solo con familia. No, no, esto se da porque tenemos buena onda y nos interesamos artísticamente y somos familia, pero no es necesario para trabajar.
- ¿Hay algún proyecto o papel en su carrera que considera que fue un punto de inflexión?
Yo creo que "El club" fue ese punto de inflexión para todos los que participamos en esa película. También para Pablo, digamos, que le abrió muchas posibilidades, pero a mí también. "El club" es un punto de inflexión y después me han pasado cosas muy buenas.
- ¿Está trabajando en algún proyecto?
Sí, sí. Vuelvo a filmar con Marcela Said, con una directora con la que hice una película anterior que se llama "Los Perros". Y ahora vamos a hacer una titulada "Los Pumas".
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- En "Los Tortuga" interpreta a Delia, una mujer que enfrenta el duelo y la pérdida, ¿cómo ha sido la preparación para ese personaje? ¿Qué aspectos de Delia han sido los que más han resonado en usted?
Es como que sentí una capacidad de sentir a esa mujer muy... Como que me dan ganas de abrazar a Delia. Hay algo de ella tan inoperante, tan incapaz y tan rota. Que, no sé, la sentí. Fue muy bonito hacerlo y yo creo que la construcción de ese personaje la hicimos en conjunto con Elvira Lara, la que iba a ser mi hija. Le dije: "Aquí tenemos que hacer este trabajo entre las dos porque son dos mujeres muy simbióticas y sin un abecedario común". Yo sentía que la manera más bonita de trabajar a Delia era en relación a su hija. Y entonces hicimos un trabajo conjunto de un correlato corporal también de esta madre y esta hija, porque creo que las relaciones filiales siempre tienen un correlato en el cuerpo. Hay madres con hijas que no se tocan, madres con hijas que se tocan, madres que están todo el tiempo corrigiendo a las hijas en su cuerpo, madres que... ¿Me entiendes? Hijas que están buscando siempre un abrazo que no encuentran. Hay todo un correlato. Siempre que uno ve una relación filial, uno podría sacar muchas conclusiones por cómo se mueven esos cuerpos. Hicimos un trabajo muy potente con Elvira de encontrar ese cuerpo que se atrae y se rechaza de manera tan instintiva y brutal como pasa con Delia y Anabel.
- La película también aborda temas como la fragilidad económica y los desafíos de la vida cotidiana. ¿Cómo contribuyen estos elementos a la historia de Delia y su hija? ¿Cómo influyen las circunstancias externas en la privada? Es que la película tiene esas dos dimensiones y se hace muy real.
Tu contexto social y político tiene mucho que ver con cómo tú vives tu vida íntima. Con cuán estresado estás para vivir un amor o para vivir un duelo o para vivir... Por supuesto que tu condición político-social te determina cómo vives tus procesos personales. Y en eso la película es muy aguda, creo yo. Porque están en un contexto de asfixia económica y social con respecto a la vivienda. Una mujer inmigrante, sin nómina, que se queda sola con una hija que está tratando de sacar adelante la universidad. Y que ella es taxista, y se rompe el lomo trabajando y no le alcanza. Además está todo el tema habitacional que ocurre en Barcelona, que es muy brutal. Que la gente no puede pagar un espacio para vivir en Barcelona. Hay todo un negocio inmobiliario vinculado al turismo que destruyó una economía a escala humana con respecto a la vivienda. Y así ella tiene que además supuestamente poder sentir un duelo. O sea, está totalmente sobrepasada esa mujer.
- ¿Y qué diría que fue lo más desafiante de interpretar a esa mujer que tiene que mantenerse firme y fuerte por su hija?
Lo más desafiante para mí de hacer esta película fue moverme con mis hijos como una tortuga a Cataluña para filmar. Yo pensaba que no podía filmar fuera hasta que mis hijos no fueran grandes y ahí ya no sabía tampoco si iba a ocurrir. Y de repente ocurre esto, me tenía que venir tres meses a Barcelona y hacer una película que tenía muchas ganas de hacer y trabajar con la directora, que también deseaba. De repente me aventuré y dije: "Ya, me voy a tirar al vacío y voy a irme con mis hijos, y los voy a meter a un colegio y voy a hacer ese esfuerzo, y ellos van a hacer ese esfuerzo también para hacerlo conmigo". Y eso fue lo más desafiante de hacer esta película, te diría yo. El resto, como tengo una sintonía muy fina y muy deliciosa con Belén, creo que fue un personaje que... Yo no considero difícil hacer algo duro. Si es que yo sé dónde está el... Digo, no le tengo miedo a eso, no es a la dificultad. Yo tengo goce con eso, en encarnar fragilidad, con encarnar historias que puedan ser duras. Yo creo que es bonito. Es como esto que viene desde la tragedia griega. Como la tragedia griega, se montaba para que los espectadores tuvieran terror y compasión, para que experimentaran esas dos emociones. Y en mi trabajo me ha tocado mucho contar historias que generan terror y compasión también. Y es condición humana mirarnos en eso. Eso no es lo que a mí me da miedo en general, lo contrario, me encanta.
- ¿Diría que se siente más cómoda en ese tipo de papel trágico?
No, no, también me encanta hacer comedia. La encuentro súper difícil, de hecho. Súper difícil.
- ¿Y cómo llegó a este proyecto de "Los Tortuga"?
Belén me conocía, conocía mi trabajo y quiso trabajar conmigo. Me escribió este personaje, para mí. Y me llamó en 2020. En mitad de la pandemia me invitó a ser parte de este proyecto.
- La película ahora se ha presentado en el Festival de Málaga. ¿Qué ha significado para usted mostrarla a un público español?
Bueno, nosotras estrenamos el año pasado en Toronto, en septiembre. Y ahora estrenamos en Málaga, que yo creo que es un estreno muy importante porque la película conversa muy profundamente con España. Y fue una pasada preciosa. Súper linda, súper emocionante, la verdad.
- ¿Qué mensaje espera que el público se lleve después de ver "Los Tortuga"?
Es un espacio para sentir. Yo creo que "Los Tortuga" tiene tantas capas abiertas que la experiencia de verla es muy personal. Pero lo que es unánime es la emoción que provoca. Entonces es una experiencia... No sé, yo invitaría a la gente a ir a verla al cine, como con ese nivel de atención y de entrega, como en ese silencio que da el cine. Porque es una película que te lleva a sentir, a emocionarte. Y eso es muy lindo.
- A lo largo de su carrera ha hecho trabajos muy distintos, desde teatro, cine, televisión... ¿Diría que esta diversidad es algo que le ha dictado el destino, algo que ha ido buscando?
Siempre la vida de uno es una mezcla de destino y deseo, ¿no? Y como el deseo articula un destino, o el destino satisface un deseo, siempre es un misterio. Para mí, por lo menos, es un misterio. Pero esto ha sido, se puede decir, la trenza entre el teatro, el cine y la televisión, y poder estar activa en esos tres planos de mi profesión, una mezcla de deseo y destino.
- Y ahora, con perspectiva, ¿cree que su trayectoria ha sido la que soñaba cuando empezó a actuar? ¿O no se imaginaba a dónde llegaría?
No, no me lo imaginaba para nada. Estudié en una escuela de teatro. Me acuerdo que cuando salí de allí lo primero en que pensaba era hacer teatro. Y luego se amplió a la televisión y ya, y en ese tiempo no había mucho cine en mi país, de hecho. Y así que el cine no estaba para nada dentro de mis sueños, fue desvelándose después.
- Y hablando de su país, aunque la industria y el mercado chileno se podría decir que está más limitado por la población y la cantidad de recursos públicos que se destinan, ¿cree que la llegada de las plataformas ha beneficiado en ese sentido a los actores y a la industria en general?
Yo creo que sí, primero que nada porque ha globalizado las producciones. Me refiero, hay muchas producciones que tienen actores de distintos lugares de Latinoamérica y España y estamos más mezclados. Y eso yo siempre he creído que es sano, es sano ideológicamente, es sano los contenidos, como la mezcla, ¿no? Como derribar fronteras también y límites y generar colaboraciones. Y las plataformas han cambiado muchas cosas, o sea, claro vienen a producir cine, pero también es medio complicado por el tema de las salas, porque ahora las películas están poco tiempo en sala. Entonces tiene como de dulce y de grasa, entiendo yo.
- A lo largo de su trayectoria también ha trabajado con tres de los directores chilenos más reconocidos, como Pablo Larraín, Matías Bize y Sebastián Lelio. ¿Diría que tienen algo en común o son muy diferentes a la hora de trabajar?
Son muy diferentes, tienen en común que son de la misma generación y que empezamos a trabajar todos juntos, ¿no? Pero son muy diferentes, creo que basta ver sus películas para saber que son muy diferentes. Las películas de Matías, de Pablo y de Lelio son miradas de la vida muy distintas, como óptica y al mismo tiempo se colaboran y se conocen y se ven las películas y todo. De hecho, a Lelio su última, de "Una Mujer Fantástica" en adelante, creo, o no sé si de "Gloria", las produce Fábula, que es la productora de Pablo Larraín y bueno, hay mucha colaboración por lo mismo. Pero la gracia es que son autores distintos y que ponen algo distinto sobre la mesa.
- Estuvo casada con Pablo Larraín, pero pese a que se separaron hace casi más de una década han seguido trabajando juntos. ¿Cree que para usted es importante mantener esa complicidad casi familiar a la hora de trabajar?
No, no, yo no trabajo solo con familia. No, no, esto se da porque tenemos buena onda y nos interesamos artísticamente y somos familia, pero no es necesario para trabajar.
- ¿Hay algún proyecto o papel en su carrera que considera que fue un punto de inflexión?
Yo creo que "El club" fue ese punto de inflexión para todos los que participamos en esa película. También para Pablo, digamos, que le abrió muchas posibilidades, pero a mí también. "El club" es un punto de inflexión y después me han pasado cosas muy buenas.
- ¿Está trabajando en algún proyecto?
Sí, sí. Vuelvo a filmar con Marcela Said, con una directora con la que hice una película anterior que se llama "Los Perros". Y ahora vamos a hacer una titulada "Los Pumas".
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