Victoria Franco, con "Doce lunas" en Huelva: "En el rodaje a algunos hombres les molestaba que una mujer les diera órdenes"
- por © Jon Apaolaza (Huelva)-NOTICINE.com
Victoria Franco es hermana menor del reconocido cineasta mexicano Michel Franco, del que ha sido y es cómplice, consejero y admiradora. Años después de haber codirigido con él, ahora vuela en solitario de la mano de "Doce lunas", el drama de un descenso a los infiernos de una mujer aparentemente feliz y exitosa, que es incapaz de superar una crisis. En entrevista exclusiva con NOTICINE.com, la cineasta de raíces sefarditas habla de sus dificultades, el empeño, el orgullo... y la discriminación que en ocasiones ha vivido en esta profesión.
- ¿Cómo lleva esto de viajar de un festival a otro?
Pues muy feliz, sobre todo de poder estar aquí en Andalucía, que es un privilegio. Yo quiero muchísimo este país, así que no se siente como un trabajo, sino como un placer.
- ¿Y por qué cree que le gusta esta tierra?
Me encanta porque, bueno, yo tengo raíces sefardíes y me encanta el flamenco, me encantan los toros, Federico García Lorca, Luis Buñuel... Tengo muchos referentes españoles: Lope de Vega, Calderón de la Barca... Me encantan.
- ¿La vocación suya y la de su hermano nacieron, se puede decir, simultáneamente?
Sí, Michel es cuatro años mayor que yo. Sentimos la atracción por el cine en la adolescencia. Michel tenía mucho más claro que quería hacer cine. Yo estaba un poco entre, peculiarmente, entre escribir nada más, estudiar literatura, pero el tema del cine, que abarca todo, me pareció muy interesante porque tiene imagen, sonido y es una exploración más audiovisual. Entonces me gustó, y fue en la adolescencia que los dos lo decidimos juntos.
- ¿Qué películas veían juntos?
Muchas. Veíamos películas de Truffaut, muchas películas francesas y americanas también, películas hollywoodenses como "Volver al Futuro", "Querida, encogí a los niños"... Yo veía esos efectos y decía: "¿Cómo hacen esto?". Me encantaba.
- ¿Qué gustos comunes y opuestos tenían?
Muchos. Creo que yo soy más cursi que él, más femenina obviamente por ser mujer, pero sobre todo compartimos muchísimos gustos musicales, cinematográficos, literarios. Y en las cosas que no compartimos, nos complementamos muy bien. Michel es una influencia muy grande para mí y alguien de quien he aprendido mucho, entonces estoy muy agradecida de tenerlo como hermano.
- Sí, me imagino que también usted habrá influido en él. ¿En qué cree que lo ha hecho?
Por ejemplo, todos sus guiones me los da a mí a leer de primero. Creo que escucha opiniones mías. Muchas las descarta, pero otras sí las toma en el proceso de edición de las películas. Me escucha. Somos muy parecidos y afines, entonces creo que nos sirve tenernos de ayuda en nuestro trabajo. Él es el primero en escucharme y yo soy la primera en escucharlo, siempre, en opiniones de guion, de edición, de elegir actores... Bueno, él ya tiene tiempo trabajando con su mismo fotógrafo, pero me ayudó a elegir a Sergio Armstrong en mi película.
- Y, por ejemplo, en esta última, ¿de qué manera más ha intervenido?
Como productor nada más. Michel decidió no estar en el rodaje, muy poco, y dejarme a mí. Me dijo: "Yo no quiero tener nada que ver", porque quería que encontrara yo mi propia voz y no tener una autoridad sobre mí. Entonces, me ayudó en el guion, me ayudó en la edición, poco, pero no mucho, la verdad. Y me alegro, porque siento que es una película muy mía.
- ¿Cuando escribía la historia, ya pensaba en la actriz?
Sí, siempre tenía a Ana (De la Reguera) en mente. No sabía si iba a querer el papel, porque ella hace papeles diferentes, muchas comedias y cosas más comerciales. Entonces no estaba segura, pero siempre pensaba en ella como una posibilidad, porque me encanta cómo retrata, me encanta su cara y tiene una frescura muy especial.
- ¿Qué diferencias cree usted que existen entre hombres y mujeres a la hora de encarar los problemas que, por ejemplo, tiene su protagonista?
Todas, todas. Creo que es otra experiencia en la vida ser hombre, ser mujer. Para mí, como mujer, fue difícil en el rodaje, por ejemplo, dirigir la película, porque sí encontré temas de machismo: que les molestaba, tal vez, que una mujer les diera órdenes y tal. Y lo comparto con otras personas que han trabajado en el cine y me dicen: "Es que como mujer sí te va peor". Y por otro lado, cómo sentimos las mujeres, el tema de la maternidad, de vivir un embarazo, de poder traer al mundo un ser vivo. Por un lado es un goce, es un privilegio, pero por otro lado también es una exigencia que nos dicen a las mujeres: "No estás completa si no eres madre, no estás completa si no tienes familia". Y eso lo encuentro un poco...
- La presión es mayor...
Claro, sin sentido, porque el hombre puede realizarse profesionalmente, ser más independiente, pero la mujer necesita además ser madre para estar completa, según muchas convenciones.
- ¿Y no está de acuerdo completamente con ese concepto?
No, para nada, no. Creo que las mujeres podemos elegir no ser madres y de igual forma ser mujeres completas y mujeres con una proyección y una voz y una experiencia en la vida que nos hace igual o más.
- Lo que ha sido la respuesta del público y de la crítica respecto de su película, ¿entraba dentro de lo que usted esperaba o ha tenido algún tipo de sorpresa al respecto?
Me parece que hoy en día, en general, la gente quiere ver historias más fáciles de masticar. En general, creo que, por ejemplo, las plataformas hacen un poco de daño en cuanto a que la gente ya le da un poco más de pereza pensar o ver historias que los confronten. Me molesta mucho luego ver comentarios de gente que diga: "Yo no voy al cine a deprimirme, yo voy a entretenerme", y para mí es más que un entretenimiento. Entonces, por ese lado, creo que el cine no está viviendo su mejor momento. En general, la gente ya no va mucho al cine y mi película es muy autoral. Pero, por ejemplo, en la proyección aquí fue muy especial porque la gente se quedó. Yo tenía miedo, dije: "A ver si no se sale la mitad de la gente". La gente se quedó hasta el final, apreció mucho el blanco y negro, apreció la historia. Me dijeron: "A pesar de ser una historia dura, difícil, me quedé, y a pesar de que abordaste temas que no me gustan como las adicciones y tal, me quedé". Entonces, para mí eso es muy significativo: que la gente sí se quede sentada sin estar mirando el móvil y que esté viendo la película.
- Michel es un director entre cuyas características destacadas está ser muy prolífico. No es su caso.
No, para nada.
- ¿Por qué cree que hay esa diferencia?
Por cómo estamos hechos estructuralmente, químicamente, mentalmente. Michel tiene una capacidad y un hambre. Yo soy una persona que me cuesta más, me cuestiono más, busco más el absurdo perfeccionismo que no tiene sentido. Entonces, soy más decidiosa, más perezosa. Me toma más tiempo hacer las cosas. Me gustaría mucho ser más como él en ese sentido.
- ¿Y qué le parece el hecho de que él no se haya conformado de alguna manera con ser simplemente un cineasta, hacer sus películas, escribir sus películas, sino que también ha sido productor no solo de sus propias películas, sino de las de otros cineastas? Esa parte digamos más industrial del cine, ¿a usted no le seduce tanto?
Sí, claro, por supuesto, porque además el cine es un medio de ganarse la vida. Entonces, como profesión, es un privilegio poder dedicarse al cine como una parte industrial desde un punto de vista económico y ganar por ahí dinero, cosa que no es nuestro caso porque nuestras películas no hacen dinero, tristemente. Pero sí, sí me atrae el cine comercial.
- ¿En el momento en que siguen haciendo las películas, será porque por lo menos les da suficiente como para hacer la siguiente?
No crea, no, no,para nada. Hasta salimos perdiendo. Pero también en México se están recortando muchos fondos. Está el Eficine, que en mi caso no me lo dieron, entonces no fue fácil. Y no, no crea que tenemos una vida así de cine de Hollywood, no para nada.
- La gente puede pensar eso porque Michel se codea con estrellas de Hollywood, tiene una serie de actores que además le siguen siendo fieles de alguna forma, repiten con él...
Le respetan mucho, le admiran mucho. Los actores gozan mucho al trabajar con él. Y a mí eso me llama mucho la atención: cómo Michel tiene una línea autoral muy de él y no se parece a nadie. Entonces me encanta vwe cómo actores como Tim Roth o Jessica Chastain mueren por trabajar con él nuevamente. Me encanta.
- ¿Le gustaría imitarle en eso?
Sí, claro, sí, sí, sí. Todas las cosas grandes que él tiene me gustaría imitarlas, por supuesto. Lo admiro mucho.
- Por ejemplo, ¿a qué actriz o actor le gustaría dirigir?
Bueno, alguien que ya se murió, que me hubiera encantado dirigir, es a Gena Rowlands, me encanta. Todo el cine de Cassavetes, todo lo que hicieron juntos me parece increíble, o lo que hizo Bergman con Liv Ullmann, o lo que hizo Luis Buñuel con Silvia Pinal. Y Silvia Pinal es una actriz mexicana que no tuvo el reconocimiento que debió tener porque fue enorme.
- ¿Y, por ejemplo, le gustaría hacer más películas con Ana de la Reguera?
Me encantaría, sí. Podría hacer una trilogía con Ana de la Reguera.
- ¿Ya ha empezado a escribirla?
Más o menos sí. No es la que sigue, pero la siguiente sí. Ya le conté un poquito y me dijo que se apunta. Sí, muy linda Ana, la verdad. Tiene una personalidad muy especial, es muy maja y tiene mucha profundidad. Yo la quiero mucho.
- ¿Fue más complicado preparar la película, los ensayos, o fue más complicado rodar?
Rodar. Preparar la película fue cómodo a pesar de que fue mucho tiempo, pero estar con Ana en casa y riéndonos fue mucho tiempo, pero no se sentía como trabajo. El rodaje, que fueron seis semanas, costó mucho trabajo. Fue agotador. Yo sentí que me tomó un año estar rodando y muchas veces llegaba al set confundida, sin saber lo que quería, sin saber lo que iba a filmar. Me costaba trabajo levantarme de la cama por el agotamiento, pero hubo magia. Creo que hubo un toque, hubo, como decía Lorca, un duende que me acompañó, nos acompañó. Y no estoy al cien por cien satisfecha con la película porque creo que ningún director puede estar al cien por cien satisfecho, pero estoy orgullosa de mi trabajo.
- ¿Ahora mismo cambiaría algo?
Sí, claro, cosas de la puesta en escena, de ritmo, sobre todo de ritmo, pero que ya no se pueden corregir en la edición, sino de movimiento, sí. Pero bueno, por eso voy a hacer otra película, para hacerlo mejor.
- Bueno, o sea que a partir de ahora ya va a imitar más a su hermano en hacer más películas, ¿no? En menos tiempo.
¡Ojalá! ¡Ojalá que Dios le escuche! Sí.
- Pero bueno, es lo primero, la voluntad la tiene.
Tengo toda la voluntad.
- Lo que no tiene es la lana, ¿no?
No tengo la lana y soy perezosa, soy bastante perezosa. Me gusta perder el tiempo.
- Y por ejemplo, esto de hacer promoción de las películas, venir a los festivales, ¿eso acaba cansando?
Pues por ahora no ha sido tanto. Mi fama no es tan grande aún, así que lo gozo, porque me gusta sobre todo hablar de mi trabajo y de mi película y sobre todo que pueda llegar a más gente y que la puedan ver.
-Antes me ha hablado de que la siguiente no sería otra con Ana. Me imagino que sí que tiene algo claro sobre cómo será la siguiente.
Sí, la verdad es que es un personaje masculino. Quiero explorar la temática de la adolescencia y la fragilidad que hay en los adolescentes hombres.
- ¿Hay más fragilidad en los adolescentes hombres que en las adolescentes mujeres?
Puede que sí. No sé si más, pero es diferente. Creo que son propensos a caer en diferentes temas de inestabilidad mental y tal, que las mujeres. Simplemente creo que es diferente, y en la adolescencia todas las emociones están a flor de piel.
- ¿Cómo lleva esto de viajar de un festival a otro?
Pues muy feliz, sobre todo de poder estar aquí en Andalucía, que es un privilegio. Yo quiero muchísimo este país, así que no se siente como un trabajo, sino como un placer.
- ¿Y por qué cree que le gusta esta tierra?
Me encanta porque, bueno, yo tengo raíces sefardíes y me encanta el flamenco, me encantan los toros, Federico García Lorca, Luis Buñuel... Tengo muchos referentes españoles: Lope de Vega, Calderón de la Barca... Me encantan.
- ¿La vocación suya y la de su hermano nacieron, se puede decir, simultáneamente?
Sí, Michel es cuatro años mayor que yo. Sentimos la atracción por el cine en la adolescencia. Michel tenía mucho más claro que quería hacer cine. Yo estaba un poco entre, peculiarmente, entre escribir nada más, estudiar literatura, pero el tema del cine, que abarca todo, me pareció muy interesante porque tiene imagen, sonido y es una exploración más audiovisual. Entonces me gustó, y fue en la adolescencia que los dos lo decidimos juntos.
- ¿Qué películas veían juntos?
Muchas. Veíamos películas de Truffaut, muchas películas francesas y americanas también, películas hollywoodenses como "Volver al Futuro", "Querida, encogí a los niños"... Yo veía esos efectos y decía: "¿Cómo hacen esto?". Me encantaba.
- ¿Qué gustos comunes y opuestos tenían?
Muchos. Creo que yo soy más cursi que él, más femenina obviamente por ser mujer, pero sobre todo compartimos muchísimos gustos musicales, cinematográficos, literarios. Y en las cosas que no compartimos, nos complementamos muy bien. Michel es una influencia muy grande para mí y alguien de quien he aprendido mucho, entonces estoy muy agradecida de tenerlo como hermano.
- Sí, me imagino que también usted habrá influido en él. ¿En qué cree que lo ha hecho?
Por ejemplo, todos sus guiones me los da a mí a leer de primero. Creo que escucha opiniones mías. Muchas las descarta, pero otras sí las toma en el proceso de edición de las películas. Me escucha. Somos muy parecidos y afines, entonces creo que nos sirve tenernos de ayuda en nuestro trabajo. Él es el primero en escucharme y yo soy la primera en escucharlo, siempre, en opiniones de guion, de edición, de elegir actores... Bueno, él ya tiene tiempo trabajando con su mismo fotógrafo, pero me ayudó a elegir a Sergio Armstrong en mi película.
- Y, por ejemplo, en esta última, ¿de qué manera más ha intervenido?
Como productor nada más. Michel decidió no estar en el rodaje, muy poco, y dejarme a mí. Me dijo: "Yo no quiero tener nada que ver", porque quería que encontrara yo mi propia voz y no tener una autoridad sobre mí. Entonces, me ayudó en el guion, me ayudó en la edición, poco, pero no mucho, la verdad. Y me alegro, porque siento que es una película muy mía.
- ¿Cuando escribía la historia, ya pensaba en la actriz?
Sí, siempre tenía a Ana (De la Reguera) en mente. No sabía si iba a querer el papel, porque ella hace papeles diferentes, muchas comedias y cosas más comerciales. Entonces no estaba segura, pero siempre pensaba en ella como una posibilidad, porque me encanta cómo retrata, me encanta su cara y tiene una frescura muy especial.
- ¿Qué diferencias cree usted que existen entre hombres y mujeres a la hora de encarar los problemas que, por ejemplo, tiene su protagonista?
Todas, todas. Creo que es otra experiencia en la vida ser hombre, ser mujer. Para mí, como mujer, fue difícil en el rodaje, por ejemplo, dirigir la película, porque sí encontré temas de machismo: que les molestaba, tal vez, que una mujer les diera órdenes y tal. Y lo comparto con otras personas que han trabajado en el cine y me dicen: "Es que como mujer sí te va peor". Y por otro lado, cómo sentimos las mujeres, el tema de la maternidad, de vivir un embarazo, de poder traer al mundo un ser vivo. Por un lado es un goce, es un privilegio, pero por otro lado también es una exigencia que nos dicen a las mujeres: "No estás completa si no eres madre, no estás completa si no tienes familia". Y eso lo encuentro un poco...
- La presión es mayor...
Claro, sin sentido, porque el hombre puede realizarse profesionalmente, ser más independiente, pero la mujer necesita además ser madre para estar completa, según muchas convenciones.
- ¿Y no está de acuerdo completamente con ese concepto?
No, para nada, no. Creo que las mujeres podemos elegir no ser madres y de igual forma ser mujeres completas y mujeres con una proyección y una voz y una experiencia en la vida que nos hace igual o más.
- Lo que ha sido la respuesta del público y de la crítica respecto de su película, ¿entraba dentro de lo que usted esperaba o ha tenido algún tipo de sorpresa al respecto?
Me parece que hoy en día, en general, la gente quiere ver historias más fáciles de masticar. En general, creo que, por ejemplo, las plataformas hacen un poco de daño en cuanto a que la gente ya le da un poco más de pereza pensar o ver historias que los confronten. Me molesta mucho luego ver comentarios de gente que diga: "Yo no voy al cine a deprimirme, yo voy a entretenerme", y para mí es más que un entretenimiento. Entonces, por ese lado, creo que el cine no está viviendo su mejor momento. En general, la gente ya no va mucho al cine y mi película es muy autoral. Pero, por ejemplo, en la proyección aquí fue muy especial porque la gente se quedó. Yo tenía miedo, dije: "A ver si no se sale la mitad de la gente". La gente se quedó hasta el final, apreció mucho el blanco y negro, apreció la historia. Me dijeron: "A pesar de ser una historia dura, difícil, me quedé, y a pesar de que abordaste temas que no me gustan como las adicciones y tal, me quedé". Entonces, para mí eso es muy significativo: que la gente sí se quede sentada sin estar mirando el móvil y que esté viendo la película.
- Michel es un director entre cuyas características destacadas está ser muy prolífico. No es su caso.
No, para nada.
- ¿Por qué cree que hay esa diferencia?
Por cómo estamos hechos estructuralmente, químicamente, mentalmente. Michel tiene una capacidad y un hambre. Yo soy una persona que me cuesta más, me cuestiono más, busco más el absurdo perfeccionismo que no tiene sentido. Entonces, soy más decidiosa, más perezosa. Me toma más tiempo hacer las cosas. Me gustaría mucho ser más como él en ese sentido.
- ¿Y qué le parece el hecho de que él no se haya conformado de alguna manera con ser simplemente un cineasta, hacer sus películas, escribir sus películas, sino que también ha sido productor no solo de sus propias películas, sino de las de otros cineastas? Esa parte digamos más industrial del cine, ¿a usted no le seduce tanto?
Sí, claro, por supuesto, porque además el cine es un medio de ganarse la vida. Entonces, como profesión, es un privilegio poder dedicarse al cine como una parte industrial desde un punto de vista económico y ganar por ahí dinero, cosa que no es nuestro caso porque nuestras películas no hacen dinero, tristemente. Pero sí, sí me atrae el cine comercial.
- ¿En el momento en que siguen haciendo las películas, será porque por lo menos les da suficiente como para hacer la siguiente?
No crea, no, no,para nada. Hasta salimos perdiendo. Pero también en México se están recortando muchos fondos. Está el Eficine, que en mi caso no me lo dieron, entonces no fue fácil. Y no, no crea que tenemos una vida así de cine de Hollywood, no para nada.
- La gente puede pensar eso porque Michel se codea con estrellas de Hollywood, tiene una serie de actores que además le siguen siendo fieles de alguna forma, repiten con él...
Le respetan mucho, le admiran mucho. Los actores gozan mucho al trabajar con él. Y a mí eso me llama mucho la atención: cómo Michel tiene una línea autoral muy de él y no se parece a nadie. Entonces me encanta vwe cómo actores como Tim Roth o Jessica Chastain mueren por trabajar con él nuevamente. Me encanta.
- ¿Le gustaría imitarle en eso?
Sí, claro, sí, sí, sí. Todas las cosas grandes que él tiene me gustaría imitarlas, por supuesto. Lo admiro mucho.
- Por ejemplo, ¿a qué actriz o actor le gustaría dirigir?
Bueno, alguien que ya se murió, que me hubiera encantado dirigir, es a Gena Rowlands, me encanta. Todo el cine de Cassavetes, todo lo que hicieron juntos me parece increíble, o lo que hizo Bergman con Liv Ullmann, o lo que hizo Luis Buñuel con Silvia Pinal. Y Silvia Pinal es una actriz mexicana que no tuvo el reconocimiento que debió tener porque fue enorme.
- ¿Y, por ejemplo, le gustaría hacer más películas con Ana de la Reguera?
Me encantaría, sí. Podría hacer una trilogía con Ana de la Reguera.
- ¿Ya ha empezado a escribirla?
Más o menos sí. No es la que sigue, pero la siguiente sí. Ya le conté un poquito y me dijo que se apunta. Sí, muy linda Ana, la verdad. Tiene una personalidad muy especial, es muy maja y tiene mucha profundidad. Yo la quiero mucho.
- ¿Fue más complicado preparar la película, los ensayos, o fue más complicado rodar?
Rodar. Preparar la película fue cómodo a pesar de que fue mucho tiempo, pero estar con Ana en casa y riéndonos fue mucho tiempo, pero no se sentía como trabajo. El rodaje, que fueron seis semanas, costó mucho trabajo. Fue agotador. Yo sentí que me tomó un año estar rodando y muchas veces llegaba al set confundida, sin saber lo que quería, sin saber lo que iba a filmar. Me costaba trabajo levantarme de la cama por el agotamiento, pero hubo magia. Creo que hubo un toque, hubo, como decía Lorca, un duende que me acompañó, nos acompañó. Y no estoy al cien por cien satisfecha con la película porque creo que ningún director puede estar al cien por cien satisfecho, pero estoy orgullosa de mi trabajo.
- ¿Ahora mismo cambiaría algo?
Sí, claro, cosas de la puesta en escena, de ritmo, sobre todo de ritmo, pero que ya no se pueden corregir en la edición, sino de movimiento, sí. Pero bueno, por eso voy a hacer otra película, para hacerlo mejor.
- Bueno, o sea que a partir de ahora ya va a imitar más a su hermano en hacer más películas, ¿no? En menos tiempo.
¡Ojalá! ¡Ojalá que Dios le escuche! Sí.
- Pero bueno, es lo primero, la voluntad la tiene.
Tengo toda la voluntad.
- Lo que no tiene es la lana, ¿no?
No tengo la lana y soy perezosa, soy bastante perezosa. Me gusta perder el tiempo.
- Y por ejemplo, esto de hacer promoción de las películas, venir a los festivales, ¿eso acaba cansando?
Pues por ahora no ha sido tanto. Mi fama no es tan grande aún, así que lo gozo, porque me gusta sobre todo hablar de mi trabajo y de mi película y sobre todo que pueda llegar a más gente y que la puedan ver.
-Antes me ha hablado de que la siguiente no sería otra con Ana. Me imagino que sí que tiene algo claro sobre cómo será la siguiente.
Sí, la verdad es que es un personaje masculino. Quiero explorar la temática de la adolescencia y la fragilidad que hay en los adolescentes hombres.
- ¿Hay más fragilidad en los adolescentes hombres que en las adolescentes mujeres?
Puede que sí. No sé si más, pero es diferente. Creo que son propensos a caer en diferentes temas de inestabilidad mental y tal, que las mujeres. Simplemente creo que es diferente, y en la adolescencia todas las emociones están a flor de piel.
