Hablamos en Huelva con Santiago Esteves sobre "Los renacidos", el cine argentino y sus proyectos

por © Jon Apaolaza (Huelva)-NOTICINE.com
Santiago Esteves
Santiago Esteves
En la última jornada de la competencia del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, el argentino Santiago Esteves presentó su segundo largo, "Los renacidos", un thriller fronterizo que convierte un drama entre hermanos en un viaje de redención y violencia en que algunos muertos están demasiado vivos. NOTICINE.com habló con Esteves en exclusiva.

- "Los renacidos" se estrenó el mes pasado en la Argentina. ¿Qué tal le ha ido?
Le ha ido muy bien en términos de crítica y, bueno, en términos de público, la situación es difícil, como ocurre con todo el cine nacional. Tuvo un estreno en salas comerciales. Salvo en una sala en Mendoza, donde lleva ya cinco semanas, en el resto de los cines ha bajado rápidamente. Esto se debe a la dificultad que estamos teniendo, que es global, pero que en Argentina se siente más todavía.

- Es muy difícil para ustedes estrenar en salas convencionales en Argentina...
Totalmente, y más tratándose, como es nuestro caso, de una película que es independiente, digamos. Es una coproducción entre Argentina, Chile y España y se financió con ayudas del INCAA más inversiones privadas.

- ¿Y cómo llegó usted a esta historia? Me imagino que hay una base real, ¿o se trata de imaginación al cien por cien?
No es imaginación al cien por cien, pero sí el negocio que estos personajes realizan lo es, de alguna manera. Me basé básicamente en dos cosas. En la Argentina existe, como creo que en otros países también, esta idea del mito urbano de que es posible fingir una muerte, ¿no? Por un lado, tomé esa idea, que es como una leyenda de alguna forma. Y por otro lado, la pregunta de cómo se puede fingir una muerte. La pregunta del 'cómo' me sirvió de apoyo. Yo vengo de una familia de médicos, desde mis abuelos; hay toda una tradición. Los médicos son aquellos que certifican las muertes, y son la clase que tiene acceso al manejo de las sustancias en nuestra sociedad, ¿no? Son los que le recetan lo que sea. Con esa idea, me parecía interesante: ¿Qué tal si en lugar de curar, digamos, o de usar ese conocimiento para curar, se usara para fines menos santos...

- Y más lucrativos, claro.
Exacto. Esa idea de usar el conocimiento para generar una ilusión, que es la de un cuerpo que parece muerto pero no lo está, fue el otro elemento en el que me basé. Entonces, gracias a un hermano mío que es cirujano y otros médicos de la familia, fui recolectando información para ver cómo se podría armar esta farsa, no en términos reales, pero sí verosímiles, al menos.



- Y elige usted una mezcla entre drama familiar y thriller, ¿no?
Sí, las dos cosas. A ver, el thriller me interesa en la medida en que nos permite contar otras cosas, ¿no?, o intentar de alguna forma introducir otros relatos. Hay algo en esta familia, digamos, en estos dos hermanos que no eligieron dedicarse a lo que se dedican, y finalmente llegan a una crisis que los obliga a decidir. Eso me parecía muy interesante para trabajar en una situación de supervivencia, ¿no? Entonces, esa idea del cambio de vida, de llegar a un límite para tener que empezar de vuelta, es algo que trabaja la película en distintos personajes, ¿no? Todos esos temas estaban puestos y jugados de alguna forma en el guion, y hacen de la película, para mí, un plato que busca ser lo más completo posible como experiencia.

- Y si usted tuviera que cambiar de vida, ¿cuál sería la nueva?
Mire, hoy hacer cine está muy difícil, por lo que uno está obligado a pensar en un cambio de vida constantemente, más en este momento en Argentina. No, eso creo que no lo cambiaría, pero bueno, todos llegamos en un momento a cierto hartazgo de levantarnos todos los días y ser la misma persona, ¿no?, en determinados momentos de la vida. Creo que hay algo de eso que está puesto en juego, ¿no? ¿Qué pasaría si yo fuera otro?

- Su película ha estado en varios festivales, ahora está en Huelva. ¿Cómo ha sentido la repercusión que ha tenido en estos lugares?
Yo creo que es una película que está hecha para la sala de cine y que, de alguna manera, allí es donde es posible atraer al espectador. Es una película que, al trabajar mucho con el silencio, al ser muy escueta en la información que da, es una película que el espectador de cine agradece mucho porque, de alguna manera, nunca lo subestima. Con lo cual, en ese sentido, es muy bien recibida y las personas salen con la sensación de haberse visto alguna película que los mantuvo en un estado de intranquilidad e intensidad desde que empieza hasta que termina. Con lo cual, esa es un poco la sensación que tengo.

- ¿Y esa sensación se replica en cada país o en cada festival?
En general, sí. Hasta ahora ha sido una respuesta muy similar. Obviamente, la película se estrenó en el Festival de Shanghái, en China, para darle una idea, ¿no? Es muy difícil acceder de primera mano a las opiniones de la gente por el problema del idioma. Pero la sensación de tensión dentro de la sala creo que se replica de una manera más o menos similar, ¿no? Que es lo bueno para mí de trabajar con los géneros: existe una necesidad de que la película funcione de una determinada manera y eso ocurre, digamos.

- ¿Cómo se ve desde un creador de historias lo que pasa actualmente en Argentina, y se me apura hasta en muchos otros lugares del mundo? Se diría que cualquier fantasía distópica puede hacerse realidad...
Bueno, es un desafío para quienes hacemos ficción, porque la realidad política es mucho más vertiginosa, es mucho más exuberante, digamos. Son personajes... Uno haciendo una ficción, ¿cómo compite contra eso? Es muy complejo, ¿no? A mí me preocupa sobre todo cómo la ficción política se está tragando toda la atención de la gente, porque, en definitiva, todos los días uno despierta con una noticia nueva y un exabrupto cada vez mayor.

- Con lo cual la sorpresa de hoy es superada por la de mañana, ¿no?
Totalmente, sí, es vivir en una montaña rusa. Y bueno, yo que lo vivo como algo que me toca personalmente, creo que es un muy buen momento para verlo desde afuera, como cuando estaba Bolsonaro, que lo mirábamos desde otro lado y decíamos: "Guau, qué tipo, está loco este tipo". Ahora nos tocó a nosotros. Es así, creo que es algo que va a ir rotando en el mundo, esta idea. Ojalá se quedara solo en Milei y no siguiera, pero bueno, en Chile va a ganar la ultraderecha también. Va a empezar a expandirse el fenómeno.

- ¿Y cómo cree que va a terminar?
Muy mal. No, a ver, uno podría decir que es algo cíclico. Yo creo que la ilusión que venden termina siendo tan falsa que tarde o temprano eso se cae, ¿no? Es como esta idea del espectáculo, es algo que no puede durar para siempre porque le hace mucho daño a mucha gente en términos concretos. Lo mismo en Estados Unidos que en los países donde ya ha ganado, siempre hay una vuelta a pensar políticas un poco más solidarias, si se quiere, que esta especie de libertad absoluta del mercado, ¿no? Por lo tanto, yo creo que va a haber avances y retrocesos. El tema es el daño que se produce... Por el camino.

- Últimamente hay quien opina que han sido un poco las plataformas las que han salvado en parte la debacle de la creación de ficción argentina, ¿no? ¿Cree que también puede haber un espacio en este campo para ustedes, los que no hacen un cine, digamos, convencional?
Creo que si algo tienen las plataformas es la estandarización de los contenidos, ¿no? Es como aplicar formatos con una especie de lógica más puramente comercial. Creo que quizá hay algunos espacios o algunos lugares donde puedan aceptar ideas nuevas, pero la lógica es un poco la de un negocio muy mercantil, ¿no? Las cosas que funcionan se replican y se tratan de alguna forma, No sé. Si bien creo que hay un espacio para cierta originalidad, me parece muy pequeño. Por lo tanto, las plataformas están muy bien porque dan trabajo y porque la gente... Pero nada, se han vuelto de alguna manera el lugar predominante, ¿no?, y están ligados a lógicas muy empresariales, a mi gusto.

- ¿Tiene algún proyecto en ciernes?
Mire, en este momento yo trabajo como montador de películas y series. Hace mucho que no trabajo para la Argentina, con lo cual tengo un proyecto de serie y uno de película que, por el contexto argentino actual, están siendo bastante complejos. Por lo tanto, no sé cuándo van a poder realizarse. Serían proyectos míos como director y guionista.

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