Tradición y actualidad indígenas en el Festival Présence Autochtone de Montreal
- por © María G. Bravo (Montreal)-NOTICINE.com
29-V-06
Desde hace 260 años, los Mohawk han estado reclamando una tierra que incluía un cementerio y árboles sagrados cerca de Kanehsatake, donde hoy se encuentra una de las principales reservas de esta nación.
En 1990 estalló uno de los episodios más emblemáticos de las reivindicaciones indígenas, la crisis de Oka, un conflicto que enfrentó a los Mohawk con las autoridades de la ciudad, que querían extender un campo de golf a estos territorios sagrados con los consiguientes beneficios económicos que les reportaría. La confrontación se extendió durante 78 días y movilizó no sólo a los Mohawk sino que concitó el apoyo de otras naciones amerindias de Canadá y Estados Unidos. Estos hechos son los que se reproducen en la producción "Indian summer, The Oka Crisis", que se estrenó en la reserva india Kanehsatake.
La importancia de la exhibición de este film es especialmente significativa en dos sentidos. Por un lado, supone un especial esfuerzo de conciliación de la fundación Terre en vues que, por vez primera, lleva fuera de la ciudad de Montreal el festival, precisamente a una reserva india, protagonista de esta obra; iniciativa que ha sido interpretada como un gesto de respeto y, paralelamente, como parte del objetivo de enseñar a las comunidades su historia desde la perspectiva de los propios protagonistas y de los realizadores.
Pero la exhibición de la película de supone además llevar a la actualidad uno de los problemas de las naciones amerindias, la lucha por el territorio. El esfuerzo por ilustrar, desarrollar y filmar la historia reciente de las naciones autóctonas de canadá, promocionada por la televisión canadiense, resulta de vital importancia en el contexto de este conflicto que se extiende a otras comunidades y que aún está por resolver.
Visto desde dentro de la comunidad, interpretado por los propios protagonistas del conflicto, esta dramatización de cuatro horas, concebida como una miniserie para televisión, supone un punto de inflexión en el tratamiento de las reivindicaiones indígenas.
La película, que supone la gran apuesta del Festival, contó en su presentación con la participación no sólo de los actores, sino también de su director y la organización de este certamen.
Desde fuera, el conocimiento de la realidad indígena de la mano de estas producciones precisamente en el contexto de la propia reserva india, entre los miembros de la comunidad, lleva a formular una multitud de preguntas: cuál será la repercusión de este filme, cuál la importancia para los propios Mohawk de ver reflejada su historia. De cualquier forma, este testimonio debe considerarse un paso más para contribuir al análisis y la reflexión sobre la realidad actual y el pasado reciente de estos pueblos.
Ritmo de tambor
La piel, la madera, los golpes que llaman a una cultura, una tradición que se aferra a las raices de los pueblos aborígenes. El ritmo del tambor que une a los pueblos, que habla de su historia, que reclama el presente y sobre todo el futuro.
La supervivencia de los rituales hoy día, cuál es el sentido de la visión cósmica tradicional y la espiritualidad de los pueblos indígenas centraron la temática de las tres producciones audiovisuales proyectadas en la inauguración oficial de la 16 edición del Festival de la Presencia Autóctona.
La importancia de dar cabida a la expresión audiovisual indígena, vital para la continuación del imaginario colectivo, la permanencia de las tradiciones y, especialmente, el conocimiento no sólo hacia el resto de la población, sino, muy especialmente, de las comunidades indígenas de su propia historia, son prioridades esenciales no sólo de estas producciones, sino del trabajo que se lleva a cabo desde Terre en vues, tal y como subrayó ayer la nueva directora de la Fundación, la cineasta Alanis Obomsawin.
La vibración en la piel, la comunidad en un círculo que entona cánticos, voces que unen a distintas naciones bajo un símbolo común, el tambor. En "Le drum", un cortometraje dirigido por jóvenes indígenas que viven en Montreal, se habla de la presencia y el significado del tambor, bajo la perspectiva de los propios protagonistas.
Este documental, rodado en betacam por el Équipe Vidéo Paradiso con el patrocinio del Montreal Native Friendship Centre y Terre en vues, hace un recorrido cultural e histórico a través de entrevistas y con el marco sonoro de los Tiotiake Singers.
Resulta estremecedor escuchar cómo el sonido de los golpes y los cánticos son algo más que una expresión musical; son, en palabras de uno de los protagonistas, una forma de canalizar de manera creativa toda la rabia y el dolor que sienten estas comunidades.
También el tambor es, en cierta medida, el eje conductor del documental "Le monde du rêve" a través de esas enseñanzas de la espiritualidad inuit.
La presencia de este instrumento en las comunidades esquimales, el proceso de creación, la importancia del caribú, el significado del proceso artesanal en la cultura y tradiciones de estos indígenas consiguió arrancar un emotivo aplauso a la finalización de la proyección de este testimonio audiovisual.
De la mano de Alanis Obomsawin, el cortometraje "Sigwan" ofrece, a través de una sencilla alegoría, una lección sobre la vida y la tolerancia desde la perspectiva del pueblo Abenaki.
Este cuento, en que una niña es adoptada por los osos se convierte, con un lenguaje infantil y una inconografía simple, en una profunda reflexión sobre el respecto, sobre la necesidad de preservar la espiritualidad y la cultura ancestral en esas nuevas generaciones que viven en el mundo moderno.
Desde hace 260 años, los Mohawk han estado reclamando una tierra que incluía un cementerio y árboles sagrados cerca de Kanehsatake, donde hoy se encuentra una de las principales reservas de esta nación.
En 1990 estalló uno de los episodios más emblemáticos de las reivindicaciones indígenas, la crisis de Oka, un conflicto que enfrentó a los Mohawk con las autoridades de la ciudad, que querían extender un campo de golf a estos territorios sagrados con los consiguientes beneficios económicos que les reportaría. La confrontación se extendió durante 78 días y movilizó no sólo a los Mohawk sino que concitó el apoyo de otras naciones amerindias de Canadá y Estados Unidos. Estos hechos son los que se reproducen en la producción "Indian summer, The Oka Crisis", que se estrenó en la reserva india Kanehsatake.
La importancia de la exhibición de este film es especialmente significativa en dos sentidos. Por un lado, supone un especial esfuerzo de conciliación de la fundación Terre en vues que, por vez primera, lleva fuera de la ciudad de Montreal el festival, precisamente a una reserva india, protagonista de esta obra; iniciativa que ha sido interpretada como un gesto de respeto y, paralelamente, como parte del objetivo de enseñar a las comunidades su historia desde la perspectiva de los propios protagonistas y de los realizadores.
Pero la exhibición de la película de supone además llevar a la actualidad uno de los problemas de las naciones amerindias, la lucha por el territorio. El esfuerzo por ilustrar, desarrollar y filmar la historia reciente de las naciones autóctonas de canadá, promocionada por la televisión canadiense, resulta de vital importancia en el contexto de este conflicto que se extiende a otras comunidades y que aún está por resolver.
Visto desde dentro de la comunidad, interpretado por los propios protagonistas del conflicto, esta dramatización de cuatro horas, concebida como una miniserie para televisión, supone un punto de inflexión en el tratamiento de las reivindicaiones indígenas.
La película, que supone la gran apuesta del Festival, contó en su presentación con la participación no sólo de los actores, sino también de su director y la organización de este certamen.
Desde fuera, el conocimiento de la realidad indígena de la mano de estas producciones precisamente en el contexto de la propia reserva india, entre los miembros de la comunidad, lleva a formular una multitud de preguntas: cuál será la repercusión de este filme, cuál la importancia para los propios Mohawk de ver reflejada su historia. De cualquier forma, este testimonio debe considerarse un paso más para contribuir al análisis y la reflexión sobre la realidad actual y el pasado reciente de estos pueblos.
Ritmo de tambor
La piel, la madera, los golpes que llaman a una cultura, una tradición que se aferra a las raices de los pueblos aborígenes. El ritmo del tambor que une a los pueblos, que habla de su historia, que reclama el presente y sobre todo el futuro.
La supervivencia de los rituales hoy día, cuál es el sentido de la visión cósmica tradicional y la espiritualidad de los pueblos indígenas centraron la temática de las tres producciones audiovisuales proyectadas en la inauguración oficial de la 16 edición del Festival de la Presencia Autóctona.
La importancia de dar cabida a la expresión audiovisual indígena, vital para la continuación del imaginario colectivo, la permanencia de las tradiciones y, especialmente, el conocimiento no sólo hacia el resto de la población, sino, muy especialmente, de las comunidades indígenas de su propia historia, son prioridades esenciales no sólo de estas producciones, sino del trabajo que se lleva a cabo desde Terre en vues, tal y como subrayó ayer la nueva directora de la Fundación, la cineasta Alanis Obomsawin.
La vibración en la piel, la comunidad en un círculo que entona cánticos, voces que unen a distintas naciones bajo un símbolo común, el tambor. En "Le drum", un cortometraje dirigido por jóvenes indígenas que viven en Montreal, se habla de la presencia y el significado del tambor, bajo la perspectiva de los propios protagonistas.
Este documental, rodado en betacam por el Équipe Vidéo Paradiso con el patrocinio del Montreal Native Friendship Centre y Terre en vues, hace un recorrido cultural e histórico a través de entrevistas y con el marco sonoro de los Tiotiake Singers.
Resulta estremecedor escuchar cómo el sonido de los golpes y los cánticos son algo más que una expresión musical; son, en palabras de uno de los protagonistas, una forma de canalizar de manera creativa toda la rabia y el dolor que sienten estas comunidades.
También el tambor es, en cierta medida, el eje conductor del documental "Le monde du rêve" a través de esas enseñanzas de la espiritualidad inuit.
La presencia de este instrumento en las comunidades esquimales, el proceso de creación, la importancia del caribú, el significado del proceso artesanal en la cultura y tradiciones de estos indígenas consiguió arrancar un emotivo aplauso a la finalización de la proyección de este testimonio audiovisual.
De la mano de Alanis Obomsawin, el cortometraje "Sigwan" ofrece, a través de una sencilla alegoría, una lección sobre la vida y la tolerancia desde la perspectiva del pueblo Abenaki.
Este cuento, en que una niña es adoptada por los osos se convierte, con un lenguaje infantil y una inconografía simple, en una profunda reflexión sobre el respecto, sobre la necesidad de preservar la espiritualidad y la cultura ancestral en esas nuevas generaciones que viven en el mundo moderno.