Festival de Cine Francés: Arropados por Deneuve, Leconte y Costa-Gavras
- por © Alberto Duque López (Colombia)-NOTICINE.com
19-IX-07
Cuarenta y tres años después, joven, delgada, rubia, inocente y sensual, Catherine Deneuve camina por las estrechas calles de una pequeña ciudad mientras sueña con su enamorado sobre un futuro rosa, complaciente y tranquilo, hasta cuando la situación argelina los aparta, él tiene que marcharse sin saber que ella está embarazada y durante largos meses el destino de ambos se amarga, se enrarece, se llena de canciones y bailes nostálgicos que culminan con esa cámara que sube lentamente por encima de la gasolinera, propiedad del antiguo novio, que ella, Genevieve, visita por simple azar una noche bajo la lluvia con la pequeña hija de ambos.
Deneuve bajo la lluvia goza y sufre en una pequeña sala, porque al lado, en otra, la historia es contemporánea, sin romanticismo ni besos apasionados ni ilusiones ni bailes ni canciones porque el héroe, Bruno Davert, luego de dedicar los mejores años de su vida y su carrera como especialista en fabricación de papel, es arrojado a la calle con otros empleados y durante tres años alimenta la ilusión de recuperar sus ingresos, hasta cuando descubre la fórmula salvaje, prohibida y secreta para solucionar la crisis que ha erosionado lo más sagrado que tiene, su mujer y sus dos hijos. Entonces, de una manera fría, solitaria y sangrienta ejecuta su plan en medio de sustos, sorpresas y crisis. Hasta esa última escena, cruel y sarcástica.
Catherine Deneuve en “Los paraguas de Cherburgo”, además de “Piel de asno” y “Las señoritas de Rochefort”, dirigidas por Jacques Demy, y el actor José García en “Arcadia / El Cuchillo” de Costa-Gavras, son algunos de los personajes inolvidables que forman parte del actual Festival de Cine Francés que, por sexta vez consecutiva, se realiza en cuatro ciudades colombianas (Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla), antes y después de ser presentado en otras capitales latinoamericanas. Una programación que se extiende hasta mediados de octubre y ha contado en sus primeros días en Bogotá con una asistencia masiva en las seis salas dedicadas al evento.
Organizado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, con el apoyo de embajadas francesas y entidades privadas y oficiales en los distintos países donde se celebra (México, Perú, Colombia y otros), el festival abarca 41 títulos repartidos en el homenaje a Jacques Demy (además de los títulos citados se hallan “Lola”, “La bahía de los ángeles” y “Jacquot de Nantes” con guión de Agnés Varda); la presencia de Patrice Leconte (con “Mi mejor amigo” y “Ridículo”), el guionista Miguel Machalski y el historiador Jean-Pierre García; películas inéditas en este mercado (“Amantes Habituales” de Philippe Garrel, homenajeado ahora en San Sebastián, “Blend, number one” de Rabah Ameur-Zaimeche, “Duchas frías” de Anthony Cordier, “Flandres” de Bruno Dumont, “No estoy hecho para ser amado” de Stephane Brizé, “Mi vida en el aire” de Remi Bezancon, “Mi dedo meñique me dijo”, Pascal Thomas, “El pequeño teniente” de Xavier Beauvois, “Cómo casarse y mantenerse soltero” de Eric Lartigau, “La profecía de las ranas” de Jacques-Remy Girerd, “Samia” de Philipe Faucon, “Su hermano” de Patrice Chereau, “Transilvania” de Tony Gatlif y “Un hombre de verdad” de Arnaud y Jean-Marie Larieu); películas clásicas como “El cuervo” Henri-Georges Clouzot, “La boda de chiffon” y “Douce” de Claude Autant-Lara, “Los niños del paraíso” de Marcel Carné, “Nosotros los Goupi” de Jacques Becker, “Salvoconducto” de Bertrand Tavernier y “La noche fantástica” de Marcel L'Herbier, además de un paquete de documentales sobre conflictos y situaciones actuales, incluido el formidable “Modovino”.
Una de las mejores sorpresas de este festival de cine francés ha sido la exhibición de “Arcadia” y comprobar que Costa-Gavras a los 74 años y una de las carreras más polémicas por sus rasgos políticos, sigue haciendo un cine fresco, agresivo, joven, lleno de entusiasmo y vigor que se demuestra con esta historia policíaca que puede ser aplicada a cualquier trabajador de 40 años que, después de 15 en una multinacional, es despedido. El ritmo, las situaciones, el vigor de los diálogos, las sorpresas de la historia y sobre todo, el desenlace, distinguen esta película del realizador griego (12 de febrero de 1933), quien pasó hace rato a la leyenda con obras maestras como “Amén” (prohibida en varios países por su denuncia de la complicidad de la Iglesia Católica con los gobernantes nazis); “La caja de música” (sobre la hija abogada que debe defender al padre por crímenes de guerra); “Desaparecido” (el caso real del periodista norteamericano asesinado durante el golpe de Pinochet); “Sección Especial” (sobre el régimen de Petain y los colaboracionistas con los nazis); “Estado de Sitio” (el asesinato de Philip Michael Santore a manos de los Tupamaros, en Uruguay); “Z” (quizás su obra maestra, sobre el asesinato del diputado griego a manos de los coroneles golpistas), entre otras películas, en muchas de las cuales contó con la colaboración del guionista Jorge Semprún, el compositor Mikis Theodorakis y el actor Yves Montand. “Arcadia” se nutre de esa rabia y esa agresividad para denunciar situaciones individuales y colectivas.
En medio de tanta basura estrenada por las casas norteamericanas en Colombia y Latinoamérica, esta es una bocanada de aire fresco enviado por los franceses (comercialmente serán estrenadas en pocas semanas “Transilvania”, “Mi mejor amigo”, “Cómo casarse y mantenerse soltero”, y de lo mejor de este año, una dura, amarga, compasiva, tierna y manipuladora película de Francois Ozon, “Tiempo de vivir” o “Le temps que reste” con una escena demoledora con Jeanne Moreau, dialogando con el nieto que habrá de morir en los próximos minutos de película). Así sea.
Cuarenta y tres años después, joven, delgada, rubia, inocente y sensual, Catherine Deneuve camina por las estrechas calles de una pequeña ciudad mientras sueña con su enamorado sobre un futuro rosa, complaciente y tranquilo, hasta cuando la situación argelina los aparta, él tiene que marcharse sin saber que ella está embarazada y durante largos meses el destino de ambos se amarga, se enrarece, se llena de canciones y bailes nostálgicos que culminan con esa cámara que sube lentamente por encima de la gasolinera, propiedad del antiguo novio, que ella, Genevieve, visita por simple azar una noche bajo la lluvia con la pequeña hija de ambos.
Deneuve bajo la lluvia goza y sufre en una pequeña sala, porque al lado, en otra, la historia es contemporánea, sin romanticismo ni besos apasionados ni ilusiones ni bailes ni canciones porque el héroe, Bruno Davert, luego de dedicar los mejores años de su vida y su carrera como especialista en fabricación de papel, es arrojado a la calle con otros empleados y durante tres años alimenta la ilusión de recuperar sus ingresos, hasta cuando descubre la fórmula salvaje, prohibida y secreta para solucionar la crisis que ha erosionado lo más sagrado que tiene, su mujer y sus dos hijos. Entonces, de una manera fría, solitaria y sangrienta ejecuta su plan en medio de sustos, sorpresas y crisis. Hasta esa última escena, cruel y sarcástica.
Catherine Deneuve en “Los paraguas de Cherburgo”, además de “Piel de asno” y “Las señoritas de Rochefort”, dirigidas por Jacques Demy, y el actor José García en “Arcadia / El Cuchillo” de Costa-Gavras, son algunos de los personajes inolvidables que forman parte del actual Festival de Cine Francés que, por sexta vez consecutiva, se realiza en cuatro ciudades colombianas (Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla), antes y después de ser presentado en otras capitales latinoamericanas. Una programación que se extiende hasta mediados de octubre y ha contado en sus primeros días en Bogotá con una asistencia masiva en las seis salas dedicadas al evento.
Organizado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, con el apoyo de embajadas francesas y entidades privadas y oficiales en los distintos países donde se celebra (México, Perú, Colombia y otros), el festival abarca 41 títulos repartidos en el homenaje a Jacques Demy (además de los títulos citados se hallan “Lola”, “La bahía de los ángeles” y “Jacquot de Nantes” con guión de Agnés Varda); la presencia de Patrice Leconte (con “Mi mejor amigo” y “Ridículo”), el guionista Miguel Machalski y el historiador Jean-Pierre García; películas inéditas en este mercado (“Amantes Habituales” de Philippe Garrel, homenajeado ahora en San Sebastián, “Blend, number one” de Rabah Ameur-Zaimeche, “Duchas frías” de Anthony Cordier, “Flandres” de Bruno Dumont, “No estoy hecho para ser amado” de Stephane Brizé, “Mi vida en el aire” de Remi Bezancon, “Mi dedo meñique me dijo”, Pascal Thomas, “El pequeño teniente” de Xavier Beauvois, “Cómo casarse y mantenerse soltero” de Eric Lartigau, “La profecía de las ranas” de Jacques-Remy Girerd, “Samia” de Philipe Faucon, “Su hermano” de Patrice Chereau, “Transilvania” de Tony Gatlif y “Un hombre de verdad” de Arnaud y Jean-Marie Larieu); películas clásicas como “El cuervo” Henri-Georges Clouzot, “La boda de chiffon” y “Douce” de Claude Autant-Lara, “Los niños del paraíso” de Marcel Carné, “Nosotros los Goupi” de Jacques Becker, “Salvoconducto” de Bertrand Tavernier y “La noche fantástica” de Marcel L'Herbier, además de un paquete de documentales sobre conflictos y situaciones actuales, incluido el formidable “Modovino”.
Una de las mejores sorpresas de este festival de cine francés ha sido la exhibición de “Arcadia” y comprobar que Costa-Gavras a los 74 años y una de las carreras más polémicas por sus rasgos políticos, sigue haciendo un cine fresco, agresivo, joven, lleno de entusiasmo y vigor que se demuestra con esta historia policíaca que puede ser aplicada a cualquier trabajador de 40 años que, después de 15 en una multinacional, es despedido. El ritmo, las situaciones, el vigor de los diálogos, las sorpresas de la historia y sobre todo, el desenlace, distinguen esta película del realizador griego (12 de febrero de 1933), quien pasó hace rato a la leyenda con obras maestras como “Amén” (prohibida en varios países por su denuncia de la complicidad de la Iglesia Católica con los gobernantes nazis); “La caja de música” (sobre la hija abogada que debe defender al padre por crímenes de guerra); “Desaparecido” (el caso real del periodista norteamericano asesinado durante el golpe de Pinochet); “Sección Especial” (sobre el régimen de Petain y los colaboracionistas con los nazis); “Estado de Sitio” (el asesinato de Philip Michael Santore a manos de los Tupamaros, en Uruguay); “Z” (quizás su obra maestra, sobre el asesinato del diputado griego a manos de los coroneles golpistas), entre otras películas, en muchas de las cuales contó con la colaboración del guionista Jorge Semprún, el compositor Mikis Theodorakis y el actor Yves Montand. “Arcadia” se nutre de esa rabia y esa agresividad para denunciar situaciones individuales y colectivas.
En medio de tanta basura estrenada por las casas norteamericanas en Colombia y Latinoamérica, esta es una bocanada de aire fresco enviado por los franceses (comercialmente serán estrenadas en pocas semanas “Transilvania”, “Mi mejor amigo”, “Cómo casarse y mantenerse soltero”, y de lo mejor de este año, una dura, amarga, compasiva, tierna y manipuladora película de Francois Ozon, “Tiempo de vivir” o “Le temps que reste” con una escena demoledora con Jeanne Moreau, dialogando con el nieto que habrá de morir en los próximos minutos de película). Así sea.