Estudian en Isla Margarita la distribución como desafío pendiente del cine iberoamericano
- por © Redacción-NOTICINE.com
20-XI-07
Lograr que las películas lleguen a los espectadores nacionales e internacionales, particularmente de los países iberoamericanos, ha sido tema de debate este fin de semana en el marco del I Festival de Cine de los Pueblos del Sur en Isla Margarita (Venezuela), certamen que organiza la distribuidora del Ministerio de Cultura Amazonia Films. Un grupo de cineastas de Venezuela, Chile, España y Puerto Rico, moderados por Erasmo Ramírez, director del certamen, ha expuesto sus realidades propias y apuntado soluciones. La experiencia actual en Venezuela, único país del área en contar con una distribuidora estatal de vocación regional fue especialmente valorada.
El presidente del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía y responsable de Amazonia Films, Juan Carlos Lossada, glosó la experiencia venezolana que ha significado no sólo un aumento espectacular de la producción fílmica, tanto gestionada por el Estado Bolivariano como por la independiente de productores privados, sino nuevas posibilidades de distribuir esos films. Lossada anunció la próxima puesta en marcha de una editora digital que permitirá fabricar y comercializar DVDs con películas nacionales e internacionales a precios incluso más bajos que los ofrecidos por la piratería en las calles de nuestras ciudades.
Y es que para todos los participantes, el gran desafío del cine iberoamericano independiente a la hora de competir con el gigante norteamericano, que controla el 80% de las programaciones y salas del mundo, es lograr llevar sus obras ante el espectador, ya sea en cines, formatos domésticos o a través de internet.
Lossada explicó las nuevas experiencias venezolanas en el terreno de la formación, ayuda financiera, creación de los estudios estatales "Villa del Cine" o la expansión de las sedes de la Cinemateca Nacional a las capitales de todos los estados del país, con modernas salas de cine y vídeo digital, y se mostró abierto a colaborar con los países de la región.
El guionista chileno Matías Cornejo, coautor de "Lo bueno de llorar", de Matías Bize, participante en la sección competitiva de este festival de Margarita, apuntó las dificultades de recuperar lo invertido con un mercado tan reducido como el de Chile, donde cualquier presupuesto por encima de los 200.000 dólares es inviable en términos comerciales, sin la ayuda de la coproducción o de las ventas al exterior. "A diferencia de otros países como México, Brasil o Argentina, nuestra población es reducida, apenas 16 millones de personas", dijo.
El concepto de la coproducción fue repetido en varias ocasiones durante las exposiciones, y especialmente por el cineasta puertorriqueño Diego de la Texera, cuyo film "Meteoro", a concurso en el I Festival de Cine de los Pueblos del Sur, es una coproducción entre Brasil, Venezuela y Puerto Rico. De la Texera, un veterano del cine y las luchas sociales en Centroamérica y el Caribe, se quejó de la visión "neocolonialista" que tienen algunos festivales internacionales, los cuales prefieren films latinoamericanos "casi amateurs, que se ven y oyen mal", y muestran situaciones de violencia o marginación, a cintas como la suya "con una factura que nada tiene que envidiar a la del cine norteamericano o europeo. Es una forma de etiquetarnos como tercermundistas".
Por su parte, el director Sergio Candel, autor de "Dos miradas", una de las seis producciones españolas en competencia, narró su experiencia como cineasta "ultraindependiente" (su primer film, en 2005, costó poco más de 2.000 dólares), no por vocación sino ante la imposibilidad de lograr ayudas oficiales por las trabas burocráticas. "Exigen unos avales para adelantarte el dinero que yo no puedo cubrir", aseguró. Según Candel, que acaba de terminar su primera cinta en 35 mm con una cámara prestada, la tercera que rueda -siempre con amigos y sin que nadie cobre por su trabajo-, los productores españoles afianzados cubren con frecuencia sus costos antes de llegar a las salas y por tanto no tienen la necesidad de estrenar o no invierten lo suficiente para lanzar sus obras.
Lograr que las películas lleguen a los espectadores nacionales e internacionales, particularmente de los países iberoamericanos, ha sido tema de debate este fin de semana en el marco del I Festival de Cine de los Pueblos del Sur en Isla Margarita (Venezuela), certamen que organiza la distribuidora del Ministerio de Cultura Amazonia Films. Un grupo de cineastas de Venezuela, Chile, España y Puerto Rico, moderados por Erasmo Ramírez, director del certamen, ha expuesto sus realidades propias y apuntado soluciones. La experiencia actual en Venezuela, único país del área en contar con una distribuidora estatal de vocación regional fue especialmente valorada.
El presidente del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía y responsable de Amazonia Films, Juan Carlos Lossada, glosó la experiencia venezolana que ha significado no sólo un aumento espectacular de la producción fílmica, tanto gestionada por el Estado Bolivariano como por la independiente de productores privados, sino nuevas posibilidades de distribuir esos films. Lossada anunció la próxima puesta en marcha de una editora digital que permitirá fabricar y comercializar DVDs con películas nacionales e internacionales a precios incluso más bajos que los ofrecidos por la piratería en las calles de nuestras ciudades.
Y es que para todos los participantes, el gran desafío del cine iberoamericano independiente a la hora de competir con el gigante norteamericano, que controla el 80% de las programaciones y salas del mundo, es lograr llevar sus obras ante el espectador, ya sea en cines, formatos domésticos o a través de internet.
Lossada explicó las nuevas experiencias venezolanas en el terreno de la formación, ayuda financiera, creación de los estudios estatales "Villa del Cine" o la expansión de las sedes de la Cinemateca Nacional a las capitales de todos los estados del país, con modernas salas de cine y vídeo digital, y se mostró abierto a colaborar con los países de la región.
El guionista chileno Matías Cornejo, coautor de "Lo bueno de llorar", de Matías Bize, participante en la sección competitiva de este festival de Margarita, apuntó las dificultades de recuperar lo invertido con un mercado tan reducido como el de Chile, donde cualquier presupuesto por encima de los 200.000 dólares es inviable en términos comerciales, sin la ayuda de la coproducción o de las ventas al exterior. "A diferencia de otros países como México, Brasil o Argentina, nuestra población es reducida, apenas 16 millones de personas", dijo.
El concepto de la coproducción fue repetido en varias ocasiones durante las exposiciones, y especialmente por el cineasta puertorriqueño Diego de la Texera, cuyo film "Meteoro", a concurso en el I Festival de Cine de los Pueblos del Sur, es una coproducción entre Brasil, Venezuela y Puerto Rico. De la Texera, un veterano del cine y las luchas sociales en Centroamérica y el Caribe, se quejó de la visión "neocolonialista" que tienen algunos festivales internacionales, los cuales prefieren films latinoamericanos "casi amateurs, que se ven y oyen mal", y muestran situaciones de violencia o marginación, a cintas como la suya "con una factura que nada tiene que envidiar a la del cine norteamericano o europeo. Es una forma de etiquetarnos como tercermundistas".
Por su parte, el director Sergio Candel, autor de "Dos miradas", una de las seis producciones españolas en competencia, narró su experiencia como cineasta "ultraindependiente" (su primer film, en 2005, costó poco más de 2.000 dólares), no por vocación sino ante la imposibilidad de lograr ayudas oficiales por las trabas burocráticas. "Exigen unos avales para adelantarte el dinero que yo no puedo cubrir", aseguró. Según Candel, que acaba de terminar su primera cinta en 35 mm con una cámara prestada, la tercera que rueda -siempre con amigos y sin que nadie cobre por su trabajo-, los productores españoles afianzados cubren con frecuencia sus costos antes de llegar a las salas y por tanto no tienen la necesidad de estrenar o no invierten lo suficiente para lanzar sus obras.