Fría acogida al drama amoroso de Coixet y Penélope Cruz en la Berlinale
- por © F.Sifferlé (Berlín)-NOTICINE.com/Fotos:Reuters
10-II-08
La expectación era máxima, pero al final solo unos pocos aplausos tras algunas deserciones culminaron el pase de prensa en Berlín de "Elegy", primera cinta "de encargo" para Isabel Coixet en Hollywood. Aunque puntualmente este drama amoroso entre un veterano intelectual y una joven estudiante latina, interpretados respectivamente por Ben Kingsley y Penélope Cruz, alcanza breves rafagas de emoción, hay una notable falta de química en la pareja, y la pelicula se hace larga y excede en dialogos y voz en off. En su descargo, la directora catalana siempre podra decir que el guion por primera vez en su carrera no es propio. La intensidad en los sentimientos ha sido el denominador común de esta jornada dominical, en la que también vimos la iraní "Avaze Gonjeshk-ha" (La canción de los gorriones), de Majid Majidi, y la norteamericana "Fireflies in the garden" (Luciérnagas en el jardín), fuera de concurso.
Penélope Cruz es una incontestable primera figura internacional. Su rostro nos contempla desde numerosos anuncios de L'Oreal repartidos por la capital alemana, y su presencia en el certamen merecía portadas incluso desde el aterrizaje el sábado en el aeropuerto de Tegel. En consecuencia, el Berlinale Palast se llenó hasta la bandera y la posterior rueda de prensa dejó a la mitad de los periodistas fuera por aforo completo. En "Elegy", impacta su belleza, pero ésta no es suficiente para sostener las casi dos horas de metraje. Ben Kingsley no es claramente la mejor elección para el personaje del profesor Kepesh, o al menos no hay química entre ambos protagonistas. El guión, de Nicholas Meyer, basado en la novela "The Dying Animal", de Philip Roth, no profundiza en las motivaciones de sus personajes, y por obvia autocensura industrial elimina la mayor parte de la carga erótica de la obra original.
Coixet se esfuerza en adornar el todo con imágenes muy próximas, intentando extraer de los rostros de sus actores unos sentimientos que no quedan del todo explicados. Sin embargo, y en justicia, tampoco podemos decir que la catalana se salve de la quema, ya que se supone que algo debió poder cambiar, desde el reparto al guión, o si no renunciar al "encargo". Aparte, su cámara se vuelve parkinsoniana en las escenas de sexo, sin saber muy bien cuáles son las motivaciones dramáticas de esos temblores.
Definitivamente Coixet es mejor cuando aparte de dirigir escribe. Su confeso amor por la novela de Roth, y los cambios que presuntamente le permitieron hacer en el guión (aunque aparezca sólo Meyer como libretista) no han sido suficientes. Habría que conocer las interioridades del proyecto y sobre todo qué grado de libertad tuvo la autora de "La vida secreta de las palabras" y "Mi vida sin mí". Recordemos que en marzo pasado, NOTICINE.com recogía unas palabras suyas que no han resultado precisamente premonitorias: "El sexo explícito es algo que no he tocado hasta ahora. Las escenas eróticas son la clave de la película. Quiero mostrar el poder del cuerpo, de la carne y de la piel. No voy a contenerme". Pues señores, si no se ha contenido ella, alguien lo ha hecho, porque las famosas escenas se limitan a un par de "topless" de la estrella madrileña en tímidas escenas de cama y el posado para una foto. Si a todo esto añadimos que "Elegy" aburre más que apasiona, el resultado es bastante frustrante.
La segunda cinta a concurso, la iraní "Avaze Gonjeshk-ha", va de fábula moral sobre la plácida vida del campo enfrentada a las oportunidades de la gran ciudad llena de tentaciones, oportunidades y peligros. El mensaje es un poco reaccionario, pero Majidi es buen fotógrafo, tiene cierto sentido del humor y de la ternura, y este bonito y modesto cuento sobre un empleado de una granja de avestruces que -tras ser despedido- acude a buscarse la vida en Teherán para poder comprar el audífono que necesita su hija sorda se ve con bastante complacencia.
La presentación -fuera de competencia- de "Fireflies in the Garden" fue deslucida por la ausencia de su principal protagonista, Julia Roberts. Se trata de un drama familiar intimista, opera prima de Dennis Lee, que desvela las miserias humanas de una familia de la burguesía norteamericana aparentemente exitosa y feliz. Sí acudieron a la presentación berlinesa Willem Dafoe y la pizpireta Hayden Panettiere, famosa "cheerleader" de la serie de TV "Héroes".
La expectación era máxima, pero al final solo unos pocos aplausos tras algunas deserciones culminaron el pase de prensa en Berlín de "Elegy", primera cinta "de encargo" para Isabel Coixet en Hollywood. Aunque puntualmente este drama amoroso entre un veterano intelectual y una joven estudiante latina, interpretados respectivamente por Ben Kingsley y Penélope Cruz, alcanza breves rafagas de emoción, hay una notable falta de química en la pareja, y la pelicula se hace larga y excede en dialogos y voz en off. En su descargo, la directora catalana siempre podra decir que el guion por primera vez en su carrera no es propio. La intensidad en los sentimientos ha sido el denominador común de esta jornada dominical, en la que también vimos la iraní "Avaze Gonjeshk-ha" (La canción de los gorriones), de Majid Majidi, y la norteamericana "Fireflies in the garden" (Luciérnagas en el jardín), fuera de concurso.
Penélope Cruz es una incontestable primera figura internacional. Su rostro nos contempla desde numerosos anuncios de L'Oreal repartidos por la capital alemana, y su presencia en el certamen merecía portadas incluso desde el aterrizaje el sábado en el aeropuerto de Tegel. En consecuencia, el Berlinale Palast se llenó hasta la bandera y la posterior rueda de prensa dejó a la mitad de los periodistas fuera por aforo completo. En "Elegy", impacta su belleza, pero ésta no es suficiente para sostener las casi dos horas de metraje. Ben Kingsley no es claramente la mejor elección para el personaje del profesor Kepesh, o al menos no hay química entre ambos protagonistas. El guión, de Nicholas Meyer, basado en la novela "The Dying Animal", de Philip Roth, no profundiza en las motivaciones de sus personajes, y por obvia autocensura industrial elimina la mayor parte de la carga erótica de la obra original.
Coixet se esfuerza en adornar el todo con imágenes muy próximas, intentando extraer de los rostros de sus actores unos sentimientos que no quedan del todo explicados. Sin embargo, y en justicia, tampoco podemos decir que la catalana se salve de la quema, ya que se supone que algo debió poder cambiar, desde el reparto al guión, o si no renunciar al "encargo". Aparte, su cámara se vuelve parkinsoniana en las escenas de sexo, sin saber muy bien cuáles son las motivaciones dramáticas de esos temblores.
Definitivamente Coixet es mejor cuando aparte de dirigir escribe. Su confeso amor por la novela de Roth, y los cambios que presuntamente le permitieron hacer en el guión (aunque aparezca sólo Meyer como libretista) no han sido suficientes. Habría que conocer las interioridades del proyecto y sobre todo qué grado de libertad tuvo la autora de "La vida secreta de las palabras" y "Mi vida sin mí". Recordemos que en marzo pasado, NOTICINE.com recogía unas palabras suyas que no han resultado precisamente premonitorias: "El sexo explícito es algo que no he tocado hasta ahora. Las escenas eróticas son la clave de la película. Quiero mostrar el poder del cuerpo, de la carne y de la piel. No voy a contenerme". Pues señores, si no se ha contenido ella, alguien lo ha hecho, porque las famosas escenas se limitan a un par de "topless" de la estrella madrileña en tímidas escenas de cama y el posado para una foto. Si a todo esto añadimos que "Elegy" aburre más que apasiona, el resultado es bastante frustrante.
La segunda cinta a concurso, la iraní "Avaze Gonjeshk-ha", va de fábula moral sobre la plácida vida del campo enfrentada a las oportunidades de la gran ciudad llena de tentaciones, oportunidades y peligros. El mensaje es un poco reaccionario, pero Majidi es buen fotógrafo, tiene cierto sentido del humor y de la ternura, y este bonito y modesto cuento sobre un empleado de una granja de avestruces que -tras ser despedido- acude a buscarse la vida en Teherán para poder comprar el audífono que necesita su hija sorda se ve con bastante complacencia.
La presentación -fuera de competencia- de "Fireflies in the Garden" fue deslucida por la ausencia de su principal protagonista, Julia Roberts. Se trata de un drama familiar intimista, opera prima de Dennis Lee, que desvela las miserias humanas de una familia de la burguesía norteamericana aparentemente exitosa y feliz. Sí acudieron a la presentación berlinesa Willem Dafoe y la pizpireta Hayden Panettiere, famosa "cheerleader" de la serie de TV "Héroes".