Infancia y dolor en la primera jornada competitiva de San Sebastián
- por © J.D. Díaz (San Sebastián)-NOTICINE.com
El Festival ya está funcionando a pleno rendimiento. Las películas, ruedas de prensa y eventos no dan un momento de respiro. La Sección Oficial que se inauguró con la floja “The other man” ha continuado en esta jornada con la proyección de dos películas más la primera a concurso “Asbe du pa” (“El caballo de dos patas”), que decepcionó, y “El niño con el pijama de rayas”.
La primera, coproducida entre Irán y Francia, narra la historia de un niño afgano de clase alta sin piernas cuyo padre contrata a un chico de clase baja retrasado mental para que sea su caballo por un dólar diario. Las sensaciones en la sala fueron contradictorias aunque el sentir general hablaba de pérdida de interés pasada la primera media hora.
Lo cierto es que la película es lenta y muy dura ó como un periodista dijo “muy burra”, ya que se regodea en la crueldad infantil y en la sordidez. Esta historia tan particular sirve de excusa para presentar al espectador la gran diferencia de clases que existe en el país donde unos tratan como animales a otros. Es, sin duda, un film difícil de ver no apto para estómagos delicados. Alguien ya hablaba de “opción a premio” pero quizás sea anticiparse demasiado.
Su directora, la iraní Samira Makhmalbaf, ha contado que inicialmente la quiso rodar en Irán pero sus autoridades islámicas no autorizaron que se desarrollara en el país una tan dura historia, por lo que -como ya ha sucedido en ocasiones anteriores- optaron por localizarla en la vecina Afganistán.
Mayor aceptación tuvo la adaptación cinematográfica del libro “El niño con el pijama de rayas” dirigida por Mark Herman englobada dentro de la Sección Oficial pero fuera de concurso. El equipo formado por el director Mark Herman, el autor del libro John Boyne y los actores Vera Farrega y David Thewlis fue recibido en la sala de prensa con un cálido aplauso. La historia narra el holocausto desde la visión de dos niños, uno alemán y otro judío. En ese sentido el director comentaba que “la ingenuidad de los niños en su conocimiento sobre el holocausto había sido muy útil para dar veracidad a sus interpretaciones”.
La película recuerda por momentos a “La vida es bella” de Roberto Benigni por esa realidad paralela que tienen los niños ante los duros acontecimientos que están sucediendo. Este film consigue crudeza sin enseñar imágenes escabrosas; la sensación de angustia, dolor e indignación se mantiene gracias a la buena realización del director. La bella Vera Farmiga, americana de origen ucraniano, realiza una excelente interpretación; algún periodista llegó a afirmar que este papel bien le podría valer un Oscar. Ella por su parte comentó que “había encontrado la inspiración en su abuela”. Lo cierto es que tanto los niños como el resto del reparto resultan creíbles en sus papeles.
Esta noche tendrá lugar la entrega del premio Donostia a Antonio Banderas de manos de Pedro Almodóvar. En esta jornada se ha sabido que Paul Thomas Anderson, ausente en la Gala inaugural donde iba a recibir el premio Fipresci, finalmente hará su aparición el día 24.
En la Sección Zabaltegi–Nuevos directores tuvo gran aceptación la película “Amateurs” de Gabriel Velázquez que entra de lleno en un tema tan habitual como es el miedo a la soledad.
La primera, coproducida entre Irán y Francia, narra la historia de un niño afgano de clase alta sin piernas cuyo padre contrata a un chico de clase baja retrasado mental para que sea su caballo por un dólar diario. Las sensaciones en la sala fueron contradictorias aunque el sentir general hablaba de pérdida de interés pasada la primera media hora.
Lo cierto es que la película es lenta y muy dura ó como un periodista dijo “muy burra”, ya que se regodea en la crueldad infantil y en la sordidez. Esta historia tan particular sirve de excusa para presentar al espectador la gran diferencia de clases que existe en el país donde unos tratan como animales a otros. Es, sin duda, un film difícil de ver no apto para estómagos delicados. Alguien ya hablaba de “opción a premio” pero quizás sea anticiparse demasiado.
Su directora, la iraní Samira Makhmalbaf, ha contado que inicialmente la quiso rodar en Irán pero sus autoridades islámicas no autorizaron que se desarrollara en el país una tan dura historia, por lo que -como ya ha sucedido en ocasiones anteriores- optaron por localizarla en la vecina Afganistán.
Mayor aceptación tuvo la adaptación cinematográfica del libro “El niño con el pijama de rayas” dirigida por Mark Herman englobada dentro de la Sección Oficial pero fuera de concurso. El equipo formado por el director Mark Herman, el autor del libro John Boyne y los actores Vera Farrega y David Thewlis fue recibido en la sala de prensa con un cálido aplauso. La historia narra el holocausto desde la visión de dos niños, uno alemán y otro judío. En ese sentido el director comentaba que “la ingenuidad de los niños en su conocimiento sobre el holocausto había sido muy útil para dar veracidad a sus interpretaciones”.
La película recuerda por momentos a “La vida es bella” de Roberto Benigni por esa realidad paralela que tienen los niños ante los duros acontecimientos que están sucediendo. Este film consigue crudeza sin enseñar imágenes escabrosas; la sensación de angustia, dolor e indignación se mantiene gracias a la buena realización del director. La bella Vera Farmiga, americana de origen ucraniano, realiza una excelente interpretación; algún periodista llegó a afirmar que este papel bien le podría valer un Oscar. Ella por su parte comentó que “había encontrado la inspiración en su abuela”. Lo cierto es que tanto los niños como el resto del reparto resultan creíbles en sus papeles.
Esta noche tendrá lugar la entrega del premio Donostia a Antonio Banderas de manos de Pedro Almodóvar. En esta jornada se ha sabido que Paul Thomas Anderson, ausente en la Gala inaugural donde iba a recibir el premio Fipresci, finalmente hará su aparición el día 24.
En la Sección Zabaltegi–Nuevos directores tuvo gran aceptación la película “Amateurs” de Gabriel Velázquez que entra de lleno en un tema tan habitual como es el miedo a la soledad.