Colaboración: En España ya se trabaja 65 horas ¿Dónde? En el cine

por © NOTICINE.com
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Por David Ilundain y Gabriela Weller*

A los técnicos que trabajamos en cine y televisión nos hace mucha gracia este debate abierto que se va a escenificar en la votación del Parlamento Europeo sobre la posibilidad de trabajar 65 horas. Nosotros ya trabajamos esas horas y, en algunos casos, incluso más. El sector funciona así: te llaman para trabajar, generalmente te incorporas sin ver el contrato y, días después, te lo dan corriendo para que lo firmes. En dicho contrato, suele poner, o bien que trabajarás cuarenta horas o que trabajarás “las legales”.

El opting out, o pacto libre empresa-trabajador, también lo tenemos hace tiempo. Verbalmente, nos dicen: jornadas de 11 horas más 8 horas los sábados. ¿Y las horas extra? Pues ni las que pasan de cuarenta semanales, ni las que algún día se pasen incluso de ese pacto verbal cercano a las 65 horas. Otra forma de opting out, que convierte en un hecho la igualdad entre empresa y trabajador es la obligación de algunos técnicos de convertirse en falsos autónomos para poder trabajar.

Y alguno podrá pensar que esto ocurre en alguna empresa fanática de los gurús del liberalismo salvaje... pues no exactamente. Esto ocurre en productoras de cine y televisión responsables de películas como "Tierra y Libertad", "Libertarias", "Trece Rosas" y otras muchas de indudable posición política.

El convenio todavía vigente del año 2000, en prórroga desde 2004, permite una altísima flexibilidad. Pues bien, esto ha derivado en un engaño masivo convirtiendo en costumbre trabajar diez, once e incluso más horas al día sin que se contabilicen como horas extras o tengan la compensación que marca el convenio, con otras jornadas más cortas o días libres.

Llevamos dos años de buena voluntad negociando en la mesa de convenio con FAPAE, la patronal del sector. No está sirviendo para nada. La mesa está bloqueada y no por una cuestión salarial, sino por una exigencia de regulación de la jornada con límites diarios, semanales y anuales;  y con documentos de control horario. Es decir, los trabajadores queremos controlar la jornada y las empresas no ¿Paradójico?

Somos un sector sin absentismo, de altísima productividad, muy cualificado, de identidad nacional (puesto que con nuestro trabajo se sitúa en la cultura, la forma de vida de este país y su idioma, en la ventana audiovisual de este mundo global) sometidos a una altísima eventualidad. Que nadie nos tilde de quejicas o de protestar sin argumentos.

Es una vergüenza que prácticamente la totalidad de las series televisivas, tanto nacionales como autonómicas, también se hayan agarrado a este modelo abusador. Aquí las productoras exigen jornadas de cincuenta horas semanales (que, en la práctica, incluso pueden ser más).

Los técnicos necesitamos la contratación de personal suficiente para evitar estas agotadoras jornadas. También queremos que se reconozca el modelo de "fijo discontinuo" para los técnicos de series o programas. Ahora se nos despide cada año, por unos meses, a pesar de que el programa pueda ser un éxito. Así, siempre sin antigüedad, sin poder negociar colectivamente, sin representantes, siempre precarios.

La paciencia y la confianza tienen límites que se han superado ampliamente. Paradójicamente, en el momento de más producción audiovisual en este país, con nuevos canales y tecnologías, el sector puede acabar encontrándose con su primera huelga. Ya lo han avisado los guionistas. También lo decimos los técnicos. No será por no tener razones o por no haber avisado a tiempo.

(*): David Ilundain y Gabriela Weller son respectivamente Secretario General y Coordinadora Portavoz del Sindicato de Técnicos Audiovisuales Cinematográficos del Estado Español (TACE).