Actores USA aprobarán en referendum el nuevo convenio colectivo
- por © Redacción-NOTICINE.com
Los actores norteamericanos votarán el mes próximo el proyecto de acuerdo al que llegaron a finales de la pasada semana representantes de su sindicato, el Screen Actors Guild, con los productores de la Alliance of Motion Picture and Television, el cual cuenta con la oposición del actual presidente Alan Rosenberg, que lo considera "terrible" por las concesiones hechas a la industria. Apenas un 53% de los miembros de la junta gremial lo aprobaron, y ahora serán los actores en su conjunto (120.000 afiliados) quienes deberán ratificarlo en unas cuatro o cinco semanas.
El convenio colectivo entre el sindicato mayoritario de los intérpretes norteamericanos y la patronal de cine y TV caducó el pasado 30 de junio y desde entonces se han sucedido negociaciones, rupturas, frustrados intentos de mediación y sobre todo una profunda división entre los actores, lo que a la postre ha permitido a los productores sacar adelante un nuevo convenio que aunque recoge un aumento salarial del 3,5% no contempla las reivindicaciones relacionadas con los nuevos medios digitales e internet.
Ni siquiera se ha conseguido que esa mejora salarial se produzca con efecto retroactivo desde el 1 de julio, pero al menos se ha alejado por ahora el fantasma de la huelga, que hubiera paralizado de nuevo la industria cinematográfica, ya dañada por el paro de los guionistas entre finales de 2007 y principios de 2008.
El sindicato SAG se dividió tras el fracaso de las primeras rondas de negociación, entre los que como Rosenberg y el jefe negociador Doug Allen defendían una postura firme en favor de cobros de derechos por las sucesivas reproducciones de sus trabajos en formatos digitales e internet, que incluía la posibilidad de una huelga, y quienes consideraban que una medida de fuerza como esa sería contraproducente e inoportuna en tiempos de crisis económica. A este grupo pertenece la mayor parte de las primeras figuras de Hollywood, muchos de los cuales además de actores son productores, así como la división Este (con sede en Nueva York) del SAG.
Las desavenencias internas le costaron el puesto a Allen y llegaron a paralizar finalmente otra previa consulta sobre una posible huelga, que se planteó a principios de año. Los actores optaron por volver a la mesa negociadora, que finalmente cuajó un acuerdo el viernes pasado en Los Angeles.
El convenio colectivo entre el sindicato mayoritario de los intérpretes norteamericanos y la patronal de cine y TV caducó el pasado 30 de junio y desde entonces se han sucedido negociaciones, rupturas, frustrados intentos de mediación y sobre todo una profunda división entre los actores, lo que a la postre ha permitido a los productores sacar adelante un nuevo convenio que aunque recoge un aumento salarial del 3,5% no contempla las reivindicaciones relacionadas con los nuevos medios digitales e internet.
Ni siquiera se ha conseguido que esa mejora salarial se produzca con efecto retroactivo desde el 1 de julio, pero al menos se ha alejado por ahora el fantasma de la huelga, que hubiera paralizado de nuevo la industria cinematográfica, ya dañada por el paro de los guionistas entre finales de 2007 y principios de 2008.
El sindicato SAG se dividió tras el fracaso de las primeras rondas de negociación, entre los que como Rosenberg y el jefe negociador Doug Allen defendían una postura firme en favor de cobros de derechos por las sucesivas reproducciones de sus trabajos en formatos digitales e internet, que incluía la posibilidad de una huelga, y quienes consideraban que una medida de fuerza como esa sería contraproducente e inoportuna en tiempos de crisis económica. A este grupo pertenece la mayor parte de las primeras figuras de Hollywood, muchos de los cuales además de actores son productores, así como la división Este (con sede en Nueva York) del SAG.
Las desavenencias internas le costaron el puesto a Allen y llegaron a paralizar finalmente otra previa consulta sobre una posible huelga, que se planteó a principios de año. Los actores optaron por volver a la mesa negociadora, que finalmente cuajó un acuerdo el viernes pasado en Los Angeles.