Informe: Argentina, tan de repente
- por © Alberto Duque-NOTICINE.com
4-VII-03
Si alguien duda de la buena salud, excelente salud de que disfruta el cine argentino actual basta que mire la prensa del espectáculo y encuentre noticias relacionadas con esa industria: Lucrecia Martel, ganadora en Berlín con "La Ciénaga" comenzó el rodaje de su segundo largometraje, "La niña santa" sobre las relaciones de una adolescente con un hombre maduro; el premio del festival de Peñíscola fue otorgado a "El juego de la silla" de Ana Katz; el consagrado Juan José Campanella ("El hijo de la novia") comenzó la producción de "La luna de Avellaneda" con Ricardo Darín, por supuesto; Carlos Sorín prepara dos películas, "El Perro" y "El Traductor"; la presencia argentina en Cannes fue significativa: seis largos en distintas secciones desde "La Cruz del Sur" de Pablo Reyero, "Hoy y mañana" de Alejandro Chomski y el documental "Operación Cóndor: el eje del Mal" de Rodrigo Vázquez, pasando por "Bonanza" de Ulises Rosell y "Extraño" de Santiago Loza hasta "Carandirú" que es brasilera pero dirigida por el argentino Héctor Babenco, y en la competencia de cortos, Juan Solanas, hijo del director de "Tangos" ganó con "El hombre sin cabeza, mientras Alejandro Agresti era premiado con "El sueño de Valentín" en Huesca. Como si fuera poco, Pablo Trapero empuja siete proyectos internacionales con el apoyo de productores con quienes habló en el reciente festival de Cannes.
Es como si la crisis que golpea a los argentinos desde hace dos años largos estimulara a productores, directores, guionistas, actores y técnicos para hacer un cine más sencillo y barato, emocionante y humano como lo prueba "Historias Mínimas" de Carlos Sorín (ganadora en San Sebastián, La Habana, Troia y Cartagena) con varias semanas de rotundo éxito en Bogotá y otras ciudades latinoamericanas, anticipo de otros títulos argentinos importantes, como "Plata Quemada" de Marcelo Piñeyro (de quien se exhibió recientemente "Kamchatka"), "Hoy y Mañana" de Alejandro Chomski y "El Bonaerense" de Pablo Trapero, realizador de una película objeto de culto entre los jóvenes, "Mundo Grúa".
Mientras, no hay país del mundo donde, en este momento, no se encuentre una película argentina en cartelera, con subtítulos o doblada, contando historias dramáticas, divertidas, angustiosas o mágicas: "El hijo de la novia" de Campanella en varias ciudades de Estados Unidos, igual que "El mismo amor, la misma lluvia"; "Todas las azafatas van al cielo" de Daniel Burman; "Tan de repente" de Diego Lerman (nació el 24 de marzo de 1976, día del último golpe militar); "Los porfiados" de Mariano Torres; "Lugares comunes" de Adolfo Aristaraín, ganadora en San Sebastián; "Bolivia" de Adrián Caetano que tiene otra película aclamada, "Un oso rojo"; "Hijos" (crónica sobre el hijo de unos desaparecidos, apropiado por un militar) y "Garaje Olimpo" (testimonio verídico sobre las torturas sufridas por el realizador) dirigidas por Marco Bechis; Juan Antín con sus películas "El descanso" y "Mercano, el marciano"; "Vagón Fumador" de Verónica Chen y "Bajar es lo peor" de Leyla Brumberg sobre chicos prostituídos; "Rosarigasinos" de Rodrigo Grande; "El Armario" de Gustavo Corrado; "Herencia" de Paula Hernández; "Tesoro Mío" y "Sudeste" de Sergio Belloti; "El despertar de L." de Poli Nardi; "El amor y el espanto" de Juan Carlos Desanzo (la vida de Borges durante los primeros años del peronismo); "Luca Vive" de Jorge Coscia, además de "Ana y los otros" de Celina Murga, "Los rubios" de Albertina Carri, "Nadar solo" de Ezequiel Acuña, "Cantata de las cosas solas" de Willi Behnisch, "Flores de septiembre" de Pablo Osores, Roberto Testa y Nicolás Wainszelbaum, "Hoteles" de Aldo Paparella, "Nocturno" de Christian Pauls y "Sidra" de Diego Ricalde.
En etapa de preproducción, rodaje, posproducción o a punto de estrenarse "La Mina" de Víctor Laplace; "Conversaciones con Mamá" de Santiago Carlos Oves; "La puta y la ballena" de Luis Puenzo; "El día que me ames" de Daniel Barone; "Familia Rodante" de Pablo Trapero; "Juancito" de Héctor Olivera; "Cleopatra" de Eduardo Mignona; "Hermanas" de Julia Solomonoff; "Touching" de Edie Flehner y "Dos Ilusiones" de Martín Lobo.
La historia de Lucía Cedrón y su corto "En Ausencia" se parece a la de miles de jóvenes argentinos: hija del director Jorge Cedrón (perseguido por los militares hasta cuando se suicidó), alcanzó a vivir con sus padres exiliados en París donde estudió Historia, Cine y Letras; recorrió medio mundo produciendo documentales; ganó una beca en Francia, vivió seis meses en Cuba aprendiendo a dirigir sus propias películas; recibió una herencia del abuelo y un día antes de ser decretado el "corralito", depositó el dinero en un banco y lo tuvo extraviado durante interminables meses. Su corto cuenta tres momentos en la vida de una mujer y las películas de su padre han sido restauradas y lanzadas en varios festivales internacionales para que las nuevas generaciones conozcan el horror de la dictadura militar con "El habilitado", "El otro oficio", "La vereda de enfrente", Operación masacre", "Por los senderos del Libertador", "Resistir" y "Gotán".
Este interés mundial por las películas argentinas quizás se entienda con la frase del director Alejandro Chomski: "Argentina es un país descalabrado y causa interés el cine que produce, sumado a la ebullición de los estilos de narrar originales que aquí aparecen todo el tiempo. Hay de todo. Películas crudas y realistas como la mía sobre personajes que buscan la felicidad como pueden". Es cierto. Es un descalabro que genera películas en todos los tonos.
Si alguien duda de la buena salud, excelente salud de que disfruta el cine argentino actual basta que mire la prensa del espectáculo y encuentre noticias relacionadas con esa industria: Lucrecia Martel, ganadora en Berlín con "La Ciénaga" comenzó el rodaje de su segundo largometraje, "La niña santa" sobre las relaciones de una adolescente con un hombre maduro; el premio del festival de Peñíscola fue otorgado a "El juego de la silla" de Ana Katz; el consagrado Juan José Campanella ("El hijo de la novia") comenzó la producción de "La luna de Avellaneda" con Ricardo Darín, por supuesto; Carlos Sorín prepara dos películas, "El Perro" y "El Traductor"; la presencia argentina en Cannes fue significativa: seis largos en distintas secciones desde "La Cruz del Sur" de Pablo Reyero, "Hoy y mañana" de Alejandro Chomski y el documental "Operación Cóndor: el eje del Mal" de Rodrigo Vázquez, pasando por "Bonanza" de Ulises Rosell y "Extraño" de Santiago Loza hasta "Carandirú" que es brasilera pero dirigida por el argentino Héctor Babenco, y en la competencia de cortos, Juan Solanas, hijo del director de "Tangos" ganó con "El hombre sin cabeza, mientras Alejandro Agresti era premiado con "El sueño de Valentín" en Huesca. Como si fuera poco, Pablo Trapero empuja siete proyectos internacionales con el apoyo de productores con quienes habló en el reciente festival de Cannes.
Es como si la crisis que golpea a los argentinos desde hace dos años largos estimulara a productores, directores, guionistas, actores y técnicos para hacer un cine más sencillo y barato, emocionante y humano como lo prueba "Historias Mínimas" de Carlos Sorín (ganadora en San Sebastián, La Habana, Troia y Cartagena) con varias semanas de rotundo éxito en Bogotá y otras ciudades latinoamericanas, anticipo de otros títulos argentinos importantes, como "Plata Quemada" de Marcelo Piñeyro (de quien se exhibió recientemente "Kamchatka"), "Hoy y Mañana" de Alejandro Chomski y "El Bonaerense" de Pablo Trapero, realizador de una película objeto de culto entre los jóvenes, "Mundo Grúa".
Mientras, no hay país del mundo donde, en este momento, no se encuentre una película argentina en cartelera, con subtítulos o doblada, contando historias dramáticas, divertidas, angustiosas o mágicas: "El hijo de la novia" de Campanella en varias ciudades de Estados Unidos, igual que "El mismo amor, la misma lluvia"; "Todas las azafatas van al cielo" de Daniel Burman; "Tan de repente" de Diego Lerman (nació el 24 de marzo de 1976, día del último golpe militar); "Los porfiados" de Mariano Torres; "Lugares comunes" de Adolfo Aristaraín, ganadora en San Sebastián; "Bolivia" de Adrián Caetano que tiene otra película aclamada, "Un oso rojo"; "Hijos" (crónica sobre el hijo de unos desaparecidos, apropiado por un militar) y "Garaje Olimpo" (testimonio verídico sobre las torturas sufridas por el realizador) dirigidas por Marco Bechis; Juan Antín con sus películas "El descanso" y "Mercano, el marciano"; "Vagón Fumador" de Verónica Chen y "Bajar es lo peor" de Leyla Brumberg sobre chicos prostituídos; "Rosarigasinos" de Rodrigo Grande; "El Armario" de Gustavo Corrado; "Herencia" de Paula Hernández; "Tesoro Mío" y "Sudeste" de Sergio Belloti; "El despertar de L." de Poli Nardi; "El amor y el espanto" de Juan Carlos Desanzo (la vida de Borges durante los primeros años del peronismo); "Luca Vive" de Jorge Coscia, además de "Ana y los otros" de Celina Murga, "Los rubios" de Albertina Carri, "Nadar solo" de Ezequiel Acuña, "Cantata de las cosas solas" de Willi Behnisch, "Flores de septiembre" de Pablo Osores, Roberto Testa y Nicolás Wainszelbaum, "Hoteles" de Aldo Paparella, "Nocturno" de Christian Pauls y "Sidra" de Diego Ricalde.
En etapa de preproducción, rodaje, posproducción o a punto de estrenarse "La Mina" de Víctor Laplace; "Conversaciones con Mamá" de Santiago Carlos Oves; "La puta y la ballena" de Luis Puenzo; "El día que me ames" de Daniel Barone; "Familia Rodante" de Pablo Trapero; "Juancito" de Héctor Olivera; "Cleopatra" de Eduardo Mignona; "Hermanas" de Julia Solomonoff; "Touching" de Edie Flehner y "Dos Ilusiones" de Martín Lobo.
La historia de Lucía Cedrón y su corto "En Ausencia" se parece a la de miles de jóvenes argentinos: hija del director Jorge Cedrón (perseguido por los militares hasta cuando se suicidó), alcanzó a vivir con sus padres exiliados en París donde estudió Historia, Cine y Letras; recorrió medio mundo produciendo documentales; ganó una beca en Francia, vivió seis meses en Cuba aprendiendo a dirigir sus propias películas; recibió una herencia del abuelo y un día antes de ser decretado el "corralito", depositó el dinero en un banco y lo tuvo extraviado durante interminables meses. Su corto cuenta tres momentos en la vida de una mujer y las películas de su padre han sido restauradas y lanzadas en varios festivales internacionales para que las nuevas generaciones conozcan el horror de la dictadura militar con "El habilitado", "El otro oficio", "La vereda de enfrente", Operación masacre", "Por los senderos del Libertador", "Resistir" y "Gotán".
Este interés mundial por las películas argentinas quizás se entienda con la frase del director Alejandro Chomski: "Argentina es un país descalabrado y causa interés el cine que produce, sumado a la ebullición de los estilos de narrar originales que aquí aparecen todo el tiempo. Hay de todo. Películas crudas y realistas como la mía sobre personajes que buscan la felicidad como pueden". Es cierto. Es un descalabro que genera películas en todos los tonos.