Directores chilenos debaten en la Seminci sobre la diversidad de su cine
- por © J.A. (Valladolid)-NOTICINE.com
La Semana Internacional de Cine de Valladolid reunió este jueves para una mesa redonda a varios de los directores que forman parte de la representación chilena en el certamen castellano, encabezada por una sección llamada El cine chileno en Democracia (2000-2015). Precisamente el autor del libro que acompaña a las proyecciones, Pablo Marín, fue el encargado de moderar un debate en el que participaron Matías Bize ("En la cama", "La memoria del agua"), director de cine y miembro del jurado internacional de la Seminci; Miguel Ángel Vidaurre, director de "Gringo Rojo"; Jorge Yacoman, director novel de "Fragmentos de Lucía"; Che Sandoval, responsable del film "Soy mucho mejor que voh"; Macarena Aguiló, autora del documental "El edificio de los chilenos", y Andrés Waissbluth, director de "Un caballo llamado Elefante".
Marín destacó que en Chile, a pesar de lo reducido de su mercado en salas, se hicieron el último año más de 40 películas, frente a una docena en todos los años 50, por lo que puede hablarse de pujanza. Cantidad suele conllevar calidad, y de ahí los premios internacionales que han recibido directores como Sebastián Lelio, Pablo Larraín o el propio Bize.
Che Sandoval, ahora afincado en Argentina, y que debutó con "Te creís la más linda", ratificó que el cine chileno vive "un muy buen momento", pero matizó que considera que se está volviendo muy narrativo y tradicional. Además, insistió en que "es dificil hacer comedia. El cine que mas éxito tiene en Chile es muy televisivo, de comedia, aunque otro tipo de comedias distintas de las mías. Por otro lado las comedias no son bien vistas por los festivales", se quejó, aunque matizó que el busca un lugar medio, "entre el público y los festivales".
Por su parte, Matías Bize, el de carrera más dilatada entre los presentes, comentó que -a pesar de ello- "Me siento cada dia un estudiante, las siento todas mis películas como operas primas, imperfectas, representan una búsqueda, y cada vez siento más miedos".
Precisamente en un cine de sentimientos e introspectivo como el suyo, el miedo se hace más evidente a ahondar en las propias heridas: "Yo creo que dinero hay para hacer películas, el problema es que hay mucho miedo. Me miro hacia dentro y pienso en que me abro a los demás. Me encierro hasta que me sale algo nuevo. Mi manera de inspirarme es mirarme hacia dentro", confesó el autor de "La vida de los peces".
Andrés Waissbluth, que partició en la Seminci con su film infantil "Un caballo llamado Elefante", dijo estar muy satisfecho por su primera incursión en el género del cine para niños, que dijo está en manos de Disney o Pixar con sus películas animadas. "Es una pena que se les ofrezca sólo ese tipo de películas y que en Chile y en toda Latinoamérica apenas se haga cine para ellos". Pese a que quiere tocar todos los géneros cinematográficos en su carrera, reconoció que le había encantado la experiencia y que podría volver a dirigir un film infantil.
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Marín destacó que en Chile, a pesar de lo reducido de su mercado en salas, se hicieron el último año más de 40 películas, frente a una docena en todos los años 50, por lo que puede hablarse de pujanza. Cantidad suele conllevar calidad, y de ahí los premios internacionales que han recibido directores como Sebastián Lelio, Pablo Larraín o el propio Bize.
Che Sandoval, ahora afincado en Argentina, y que debutó con "Te creís la más linda", ratificó que el cine chileno vive "un muy buen momento", pero matizó que considera que se está volviendo muy narrativo y tradicional. Además, insistió en que "es dificil hacer comedia. El cine que mas éxito tiene en Chile es muy televisivo, de comedia, aunque otro tipo de comedias distintas de las mías. Por otro lado las comedias no son bien vistas por los festivales", se quejó, aunque matizó que el busca un lugar medio, "entre el público y los festivales".
Por su parte, Matías Bize, el de carrera más dilatada entre los presentes, comentó que -a pesar de ello- "Me siento cada dia un estudiante, las siento todas mis películas como operas primas, imperfectas, representan una búsqueda, y cada vez siento más miedos".
Precisamente en un cine de sentimientos e introspectivo como el suyo, el miedo se hace más evidente a ahondar en las propias heridas: "Yo creo que dinero hay para hacer películas, el problema es que hay mucho miedo. Me miro hacia dentro y pienso en que me abro a los demás. Me encierro hasta que me sale algo nuevo. Mi manera de inspirarme es mirarme hacia dentro", confesó el autor de "La vida de los peces".
Andrés Waissbluth, que partició en la Seminci con su film infantil "Un caballo llamado Elefante", dijo estar muy satisfecho por su primera incursión en el género del cine para niños, que dijo está en manos de Disney o Pixar con sus películas animadas. "Es una pena que se les ofrezca sólo ese tipo de películas y que en Chile y en toda Latinoamérica apenas se haga cine para ellos". Pese a que quiere tocar todos los géneros cinematográficos en su carrera, reconoció que le había encantado la experiencia y que podría volver a dirigir un film infantil.
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