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El Perú se ha convertido en escenario de varias importantes producciones internacionales en los últimos años, pero para el productor local Bruno Canale, que trabajó en alguna de ellas, aún quedan pasos relevantes para crear  las facilidades que atraigan aún a más proyectos foráneos, y entre ellos destaca la creación de una Film Comission e incentivos fiscales como los que disfrutan en países de la región como Colombia o República Dominicana, cuyas industrias audiovisuales se han desarrollado exponencialmente.

Canale, líder del equipo peruano detrás de la filmación de "Transformers: El Despertar de las Bestias" en Cusco, Apu Productions, alza la voz en Infomercado para destacar un hecho sorprendente: "Por cada dólar que una productora extranjera gasta en Perú, se generan entre tres y cuatro a nuestro favor, sin inversión alguna del Estado". Sin embargo, este potencial no está siendo aprovechado debido a la falta de un paquete de incentivos atractivos para las grandes producciones internacionales.

El productor destaca los atractivos naturales y logísticos de Perú para la inversión cinematográfica: "Tenemos muchos atractivos en locaciones y en distancias cortas en vuelos comerciales. Asimismo, somos como un hub en Latinoamérica porque, entre otros beneficios, coincidimos en horarios con Estados Unidos. Sin embargo, señala una carencia crítica: la ausencia de una legislación que permita competir con otros países de la región mediante incentivos fiscales y económicos.



Al preguntársele sobre qué tipo de incentivos son necesarios, Canale aclara la distinción entre los estímulos para la producción nacional y los incentivos para producciones extranjeras: "Una forma fácil de incentivo es el Cash Back, una devolución del efectivo que está atado a un presupuesto específico. Otros países han implementado un crédito fiscal aunque eso no es tan líquido para una empresa del exterior". Destaca el caso de Colombia, donde el incentivo se cotiza en la Bolsa de Valores, agilizando su implementación y atrayendo inversiones.

La conversación se adentra en el impacto económico de estas inversiones. Canale enfatiza: "Se sabe que estas inversiones tienen un efecto multiplicador de 5 veces en la economía". Además, destaca el potencial del turismo cinematográfico para complementar estas inversiones.

En cuanto al diálogo con el gobierno central, Canale revela un progreso incipiente: "En los últimos ocho meses hemos tenido muchas reuniones con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y estamos en un punto decisor: el gobierno debe implementar la Film Comission con la finalidad de generar un sistema de incentivos tributarios".

Sin embargo, el  productor también señala los obstáculos burocráticos que obstaculizan el proceso de filmación en Perú. Desde la falta de legislación específica para el uso de pirotécnicos hasta trámites engorrosos para obtener visas de trabajo, la realidad operativa choca con la rigidez de la normativa existente.

A pesar de algunas excepciones normativas logradas, Canale destaca la necesidad de reformas estructurales: "Necesitamos que todo sea más ágil y que se adecue a la realidad de las filmaciones porque hoy usamos normativa de otras industrias".

La industria cinematográfica peruana enfrenta un dilema: un potencial económico significativo pero subutilizado debido a la falta de un marco legal y de incentivos adecuados. La conversación con Canale deja claro que, para desbloquear este potencial, se requiere una colaboración estrecha entre el sector privado y el gobierno, con reformas legislativas que agilicen los procesos y fomenten la inversión extranjera en la industria del cine en Perú.

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