Hablamos con Pablo Berger sobre su triunfo en los Quirino y un futuro... que no será inmediato

por © Jon Apaolaza (La Laguna)-NOTICINE.com
Pablo Berger, en La Laguna
Pablo Berger, en La Laguna
Tras lograr el pasado fin de semana dos premios en los galardones de la animación iberoamericana, que se suman a las muchas recompensas antes obtenidas por "Robot Dreams", Pablo Berger no se relaja. Este largo, el primero de animación en la carrera del cineasta vasco, amigo de los desafíos, se resiste a abandonarle, pese a que pronto hará un año desde que lo estrenó en Cannes. En conversación exclusiva con NOTICINE.com, confiesa que no tiene aún idea de qué vendrá, lo que tampoco le quita el sueño, ya que está acostumbrado a dedicar años a cada proyecto.

- ¿Ganar el Quirino es una guinda de su pastel?
Bueno, sin duda. Es un premio de mucho prestigio. Sin duda es como los Platino, pero del cine de animación, o como el Cannes del cine iberoamericano de la animación. Entonces es muy importante. Y además, el último premio siempre es el más importante. Siempre hay que vivir el presente. Entonces, sin duda, haber ganado el premio Quirino, es la guinda del pastel de la gran carrera que ha tenido "Robot dreams" desde que empezó en Cannes.

- Yo me imagino que para alguien como usted, que no viene directamente del cine de animación, sino del cine de imagen real, que de repente hace una película de animación y con ella llegar hasta los Oscars tiene que ser genial. O sea, como para plantearse: ¿Qué he estado haciendo antes?
Pues sí, sí. Bueno… Bueno, acabar en los Oscars siempre es como ese sueño de todo cineasta. Y empezar en el festival de Cannes... O sea, el viaje completo de "Robot dreams" ha sido el sueño de todo director de cine. Que es empezar en Cannes y acabar en los Oscars. Pero de alguna manera es mi cuarta película. Y afortunadamente mis películas han tenido un buen recorrido en festivales y en premios. Me estaban preparando. Yo creo que esto es como una especie de... Tenía un director de animación dentro, y afortunadamente las películas de imagen real me han ayudado a hacer "Robot dreams".

- ... Y ese director de animación, ¿por qué no salió antes?
No sabía que estaba dentro de mí. Porque jamás pensé en hacer una película de animación. Yo soy un fan del cómic. Soy cinéfilo. Siempre había visto el cine de animación importante del año. Pero no sabía que tenía un director de animación dentro, en el sentido de que soy una persona muy paciente. Soy un director de imagen real que siempre hace storyboards y me puedo pasar un año. Son cosas características que un director de animación tiene que tener, pero no soy dibujante. No soy artista. Entonces, de alguna manera jamás pensé... hasta que me encontré la novela gráfica de Sara Varon y decidí hacer la película.

- Usted ya era miembro de la Academia de Hollywood ¿A quién hubiera votado sin ser usted candidato?
Desde hace 6 o 7 años voto en los Oscars. Obviamente, esta vez me voté a mí mismo, todo hay que decirlo. Aunque no sé a quién otro hubiera votado. Pero bueno, si tenía que ganar alguien, tenía que ganar el maestro. Obviamente, Miyazaki es el maestro. El resto somos aprendices. Miyazaki tiene una docena de obras maestras. Entonces, yo me alegro muchísimo de que la industria del cine de Hollywood le diera la estatuilla... Aunque él ya había recibido un Oscar honorífico. Pero no ya con una carrera, sino una película concreta pues se lo llevase. Duele menos si se lo lleva el gran Miyazaki. El gran maestro.

- Cuando se tienes tanto éxito como el que ha tenido con "Robot Dreams", todo el mundo está pendiente de qué es lo que va a hacer ahora. ¿Siente esa presión?
Pues sí, siempre. Es una pregunta habitual. Pero ya a estas alturas la presión es diferente. Te tomas tu tiempo. A la edad que tengo... es mi cuarta película. Las prioridades en mi carrera y en mi vida han variado con el tiempo. Entonces, mi carrera se basa en pocos proyectos muy madurados, cocinados a fuego lento. Tengo afortunadamente productores que me animan a ir más lejos y que no me presionan. Ellos me dicen: "Pablo, cuando estés listo para presentarnos tu siguiente proyecto, aquí estamos". Y te puedo asegurar que no sé si va a ser animación, si va a ser imagen real. Me ofrecen muchos proyectos, empezaré a planteármelo en agosto. De lo que sí estoy seguro es que algún día haré otra película animada.

- ¿Está esperando a que aparezca una musa estival?
Lo que estoy esperando es a parar la campaña promocional de "Robot dreams" que empezó hace un año. Tengo pendiente el estreno comercial en Estados Unidos. Me voy dentro de nada para allá. La semana pasada estaba en Alemania. Quedan un par de territorios importantes como China, que se estrena en junio a principios. Japón se estrena en noviembre en salas. Pero yo quiero pensar que este verano se va a ir desacelerando la campaña promocional y voy a poder empezar a pensar qué voy a hacer lo siguiente. Pero necesito parar, porque desde Cannes del año pasado no he parado. Habré dado la vuelta al mundo tres o cuatro veces.



- Me imagino que cuando se llega a su actual posición con esta película, puede surgir la sensación de que puede hacer lo que quiera, ¿No?
Yo he hecho todas mis películas como me ha dado la gana. Soy un director afortunado, de verdad. Desde mi primera película siempre ha sido la película que yo quería hacer.

- ¿Pero no ha tenido dificultades para financiarlas primero?
Eso siempre. Siempre tienes dificultades, todos los directores. Primero, afortunadamente yo he hecho siempre la película que he querido hacer. He hecho pocas. Hablando con Guillermo del Toro, incluso el gran Guillermo del Toro tiene dificultades para financiar las películas. O sea, que si tú le preguntas cómo fue la financiación de "Pinocho", fue muy difícil. La financiación siempre es difícil. Lo que es una cuestión, es la actitud del director. Si lo que quieres hacer es cine personal o cine industrial. Entonces, en mi caso, yo opté por la decisión de hacer películas personales. Y eso tiene un precio. El precio es que haces menos películas y los procesos son más largos. Entonces, es una decisión personal. Pero sí que es verdad que desde que hice "Blancanieves", he tenido interés por parte de las instituciones, de las televisiones, de las productoras, para financiar mi trabajo. Te puedo decir que mis primeras dos películas, "Torremolinos 73" y "Blancanieves", fueron un vía crucis para poderlas financiar. Muy difícil.

- ... Porque no eran, sobre todo "Blancanieves", no era una película obvia en cuanto a sus posibilidades comerciales...
Ninguna de mis películas era obvia. Nunca, nunca. Pero, en realidad, nadie sabe qué va a funcionar. Nadie sabe qué es lo comercial. Yo siempre he ido un poco a la contra. Pero siempre me ha gustado, a la hora de estrenar, meterme en la autopista. Y llegar al gran público. Y de momento, así ha sido mi carrera y ha funcionado. Entonces, si algo funciona, ¿para qué cambiar?

- ¿Qué cree que es lo que le seduce de una idea?
Una historia me tiene que emocionar. Lo primero, emocionar y sorprender. Y me tiene que divertir. Si no me entretiene, me desconecto. Entonces, son ingredientes que quiero que mis películas tengan. Que es humor, emoción, sorpresa. Y luego yo le pondré música, porque todas mis películas casi, casi son musicales.

- Pero luego también es importante lo que ha dicho antes de que la recompensa es variar.
Y me gusta que cada proyecto sea diferente del anterior. Eso es real. O sea, me gusta que en el aspecto formal, cada película sea muy diferente.

- Entonces, ¿ve, por ejemplo, factible que de repente diga, siempre he hecho películas, pero ahora me apetece mucho hacer, yo qué sé... ¿una serie de espías? ¿Es posible?
Podría ser, sí. Si es algo que tiene esos ingredientes de emoción, sorpresa, humor, y es original, sí. Yo creo que nunca puedes decir, esto no lo voy a hacer. No lo sé. No tengo ni idea. Pero todo es posible. Puede ser un documental, puede ser una ópera, puede ser una obra de teatro. Obviamente tiene que ser algo que me motive, que me inspire, ¿no? Y que me de ganas de trabajar y levantarme por las mañanas. Y eso es importante, ¿no?

- Casi siempre es algo que viene de fuera. Quiero decir. No es algo que sale como muy de dentro.
Quiero decir, "Blancanieves" es un clásico. "Torremolinos 73" se refería a un tipo de cine que estuvo de moda en España. La última viene de un cómic. Todas las películas salen de dentro, ¿eh? Las películas son como un alien. Las películas son como una especie de embarazo. El director es una persona muy curiosa, que tiene que leer, ver películas y exposiciones. Tiene que vivir. Todo es el resultado de todo eso. Pero una película o es un alien que sale de dentro o no tiene verdad, ¿no? Nunca puede ser algo externo. Sí que es verdad que puede haber un detonante externo que sea el que motive que salga la película. En el caso de "Torremolinos 73", yo deseaba tener un hijo cuando estaba pensando en el guión. Entonces, eso, y mi amor por el cine de Bergman, el cine Z, el cine de Jess Franco... Muchos ingredientes, mi etapa infantil. Yo viví los 70. Pues así nació "Torremolinos". Entonces, esa es una película que sale personal. En "Blancanieves" hay el punto de origen que es la historia, que es el cuento. Pero al final es por mi amor por el cine mudo. Entonces, todas tienen diferentes razones. Pero las películas tienen que salir de dentro. Nunca puede ser algo superficial.

Transcripción: Marina Durán

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