La Inteligencia Artificial recuperará más de 20 minutos eliminados de "El cuarto mandamiento / Soberbia", segundo film de Orson Welles
- por © Redacción-NOTICINE.com

En 1942, los ejecutivos de RKO Pictures decidieron cercenar parte del metraje de la película de Orson Welles "El cuarto mandamiento / Soberbia / The Magnificent Ambersons", la siguiente obra del cineasta tras "Ciudadano Kane / Citizen Kane". Eliminaron 43 minutos de película, un acto irreversible que dejó la obra mutilada y generó décadas de especulación entre cinéfilos e historiadores. La pregunta siempre flotó en el aire: ¿podría haber sido, en su versión completa, una obra igual o mejor que su predecesora?
Ochenta y dos años después, esa pregunta encuentra una respuesta inesperada y tecnológicamente disruptiva. Showrunner, una empresa respaldada por Amazon y liderada por Edward Saatchi, ha anunciado que utilizará inteligencia artificial para reconstruir los 43 minutos cortados, que nunca fueron localizados. El proyecto no busca un beneficio comercial—de hecho, la compañía no ha obtenido los derechos de la película de Warner Bros., Discovery o Concord—, sino responder a una incógnita histórica. "El objetivo no es comercializar los 43 minutos, sino verlos existir en el mundo después de 80 años de gente preguntándose '¿podría haber sido esta la mejor película jamás hecha en su forma original?'", explicó Saatchi a Hollywood Reporter.
La tarea es colosal y empleará una fusión de técnicas fílmicas tradicionales e IA. El proceso no se basa únicamente en generar imágenes desde cero. Brian Rose, un cineasta que lleva cinco años dedicado a reconstruir 30 000 fotogramas perdidos de la película, es una pieza clave. Rose ha recreado los sets físicos en modelos 3D, utilizando guiones, fotos de archivo y materiales de la época para descifrar los movimientos de cámara y la composición de cada escena eliminada. "Había, por ejemplo, un plano secuencia de cuatro minutos de duración, ininterrumpido, cuya pérdida es una tragedia", señaló Rose. "La cámara se movía de un extremo a otro de un salón de baile mientras una docena de personajes entraban y salían del cuadro, con subtramas entrecruzadas. Era realmente avanzado para su tiempo. Sin embargo, cortaron todo excepto los últimos 50 segundos".
Sobre esta base de trabajo meticuloso, la IA entrará en acción. Showrunner planea filmar algunas secuencias con actores reales para después aplicar técnicas de transferencia de rostro y postura con herramientas de inteligencia artificial, preservando así la apariencia de los actores originales como Joseph Cotten o Anne Baxter. Un experto en efectos visuales, Tom Clive, conocido por su trabajo en rejuvenecimiento digital y sustitución de caras, se ha unido al proyecto para supervisar este proceso.
El ambicioso plan de Showrunner es, en realidad, un caso de prueba para una tecnología mucho más amplia. La empresa está desarrollando un modelo de IA diseñado para generar narrativas largas y complejas, con el objetivo final de producir largometrajes de imagen real mediante prompts o instrucciones de texto. Saatchi visualiza la plataforma como el "Netflix de la IA", donde los usuarios podrían crear sus propios episodios de series existentes. "Año tras año, la tecnología se acerca a la posibilidad de generar películas enteras con IA", afirmó. "Hoy, la IA no puede sostener una historia más allá de un episodio corto, pero nuestra tecnología es un paso hacia un futuro extraño y aterrador de la narrativa generativa".
Mientras el proyecto de Welles avanza, la sombra de la controversia sobre los derechos de autor y el uso de materiales protegidos para entrenar modelos de IA planea sobre la iniciativa. El resultado, sea cual sea, no será la visión exacta de Orson Welles, sino una aproximación tecnológica a lo que pudo ser. Una resurrección digital de un fantasma cinematográfico, destinada a alimentar el debate eterno sobre una de las grandes pérdidas del Séptimo Arte.
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Ochenta y dos años después, esa pregunta encuentra una respuesta inesperada y tecnológicamente disruptiva. Showrunner, una empresa respaldada por Amazon y liderada por Edward Saatchi, ha anunciado que utilizará inteligencia artificial para reconstruir los 43 minutos cortados, que nunca fueron localizados. El proyecto no busca un beneficio comercial—de hecho, la compañía no ha obtenido los derechos de la película de Warner Bros., Discovery o Concord—, sino responder a una incógnita histórica. "El objetivo no es comercializar los 43 minutos, sino verlos existir en el mundo después de 80 años de gente preguntándose '¿podría haber sido esta la mejor película jamás hecha en su forma original?'", explicó Saatchi a Hollywood Reporter.
La tarea es colosal y empleará una fusión de técnicas fílmicas tradicionales e IA. El proceso no se basa únicamente en generar imágenes desde cero. Brian Rose, un cineasta que lleva cinco años dedicado a reconstruir 30 000 fotogramas perdidos de la película, es una pieza clave. Rose ha recreado los sets físicos en modelos 3D, utilizando guiones, fotos de archivo y materiales de la época para descifrar los movimientos de cámara y la composición de cada escena eliminada. "Había, por ejemplo, un plano secuencia de cuatro minutos de duración, ininterrumpido, cuya pérdida es una tragedia", señaló Rose. "La cámara se movía de un extremo a otro de un salón de baile mientras una docena de personajes entraban y salían del cuadro, con subtramas entrecruzadas. Era realmente avanzado para su tiempo. Sin embargo, cortaron todo excepto los últimos 50 segundos".
Sobre esta base de trabajo meticuloso, la IA entrará en acción. Showrunner planea filmar algunas secuencias con actores reales para después aplicar técnicas de transferencia de rostro y postura con herramientas de inteligencia artificial, preservando así la apariencia de los actores originales como Joseph Cotten o Anne Baxter. Un experto en efectos visuales, Tom Clive, conocido por su trabajo en rejuvenecimiento digital y sustitución de caras, se ha unido al proyecto para supervisar este proceso.
El ambicioso plan de Showrunner es, en realidad, un caso de prueba para una tecnología mucho más amplia. La empresa está desarrollando un modelo de IA diseñado para generar narrativas largas y complejas, con el objetivo final de producir largometrajes de imagen real mediante prompts o instrucciones de texto. Saatchi visualiza la plataforma como el "Netflix de la IA", donde los usuarios podrían crear sus propios episodios de series existentes. "Año tras año, la tecnología se acerca a la posibilidad de generar películas enteras con IA", afirmó. "Hoy, la IA no puede sostener una historia más allá de un episodio corto, pero nuestra tecnología es un paso hacia un futuro extraño y aterrador de la narrativa generativa".
Mientras el proyecto de Welles avanza, la sombra de la controversia sobre los derechos de autor y el uso de materiales protegidos para entrenar modelos de IA planea sobre la iniciativa. El resultado, sea cual sea, no será la visión exacta de Orson Welles, sino una aproximación tecnológica a lo que pudo ser. Una resurrección digital de un fantasma cinematográfico, destinada a alimentar el debate eterno sobre una de las grandes pérdidas del Séptimo Arte.
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