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17-VI-05

El ejemplo que a la juventud y al mundo en general dan los famosos de la pantalla no es muy edificante, según piensa la mayoría de los norteamericanos, o al menos los que han respondido a una encuesta sobre sociedad y cine realizada por AP-AOL. Comportamientos violentos (como el reciente de Russell Crowe en un hotel), lascivos (Christian Slater acusado de tocar las nalgas de una mujer) o de adicciones (Oliver Stone, Tom Sizemore...), incluso sus aventuras sentimentales, parecen no gustar a una América conservadora que no les considera "un buen ejemplo". De ahí -según el estudio- que hayan descendido los ingresos en taquilla.

Sin embargo, más objetivo que esta conclusión resulta el hecho de que los norteamericanos prefieren ver cine en casa que en un complejo de salas. Exactamente el 73% elige su televisor, frente a sólo un 22% que considera que lo mejor para ver una película es el "templo" de la sala oscura. Entre estos últimos, se encuentran sobre todo jóvenes, solteros y universitarios de ambos sexos.

Hay también un condicionante económico. Uno de los consultados afirma que alquilar un DVD le viene a salir por unos tres dólares, pero que si saca su coche, acude a un centro comercial o al centro de la ciudad, entre gasolina, aparcamiento, un refresco, palomitas y la entrada del cine... esa cantidad al menos se multiplica por cinco.

Cerca de la mitad de los encuestados por la agencia Associated Press y el portal America On Line cree que el cine actual es peor que el del pasado (47%), mientras que lo contrario es sostenido por el 33%.

Si piensa que el género preferido del público es el cine de acción, aventura o fantástico, se equivoca. Lo que más gusta es la comedia, seguida por los dramas y sólo en tercer lugar por las películas de acción y aventuras.

La encuesta, cuya fiabilidad es relativa, ya que se hizo a partir de preguntas teléfonicas a un millar de personas, viene a apoyar la idea de que la exhibición cinematográfica está en baja. En lo que llevamos de año, un 9% menos de espectadores han acudido a los cines. Los más pesimistas agoreros apuntan al peor resultado en 20 años. Pero, no se trata de que al personal le guste cada día menos el Septimo Arte. Simplemente se decanta por la comodidad y la economía de verlo en casa. Ya 8 de cada 10 hogares norteamericanos disponen de un DVD.

En los últimos meses, algunos atrevidos miembros de la industria han apuntado a un posible lanzamiento simultáneo de la misma película en salas, videoclub y TV de pago, teoría que en nada complace a los exhibidores. Lo evidente es que este negocio sigue en constante evolución, aunque la materia prima permanezca inalterable desde principios del siglo pasado... una buena historia.