José Luis Borau y Eliseo Altunaga opinan sobre la figura del guionista
- por © Redacción-NOTICINE.com
27-VII-05
En verano, en España, florecen los cursos, talleres, seminarios... que aprovechan las vacaciones de los estudiantes para brindarles enseñanzas especializadas. El cineasta aragonés José Luis Borau, guionista, director, escritor, ocasional actor también, está dando un curso de guión en los cursos de verano de la Universidad Complutense en El Escorial, y a tenor de lo declarado al diario ABC, no parece que el futuro que promete a sus alumnos sea demasiado propicio para las vocaciones: "El problema de las películas es que el guionista está mal pagado, mal considerado, no lo tratan como un escritor, le pagan mucho menos que al director... Aquí y fuera de España, el guionista es "el pupas" de la película. El tipo que cobra menos". Por su parte, en Córdoba, donde se celebran cursos que ha organizado abcguionistas y la Universidad local, el cubano Eliseo Altunaga ("Entre ciclones", "Resurrección"), catedrático de guión en la Escuela de San Antonio de los Baños, ha dicho que "en cualquier país en el que se haga poco cine será difícil destacar para los guionistas. En Latinoamérica hay poca industria, salvo los casos de Chile, Brasil y Argentina, y eso complica mucho la formación de profesionales en el arte del guión. En el caso de Cuba, pasa lo mismo al haber pocos medios, el guión se presenta cómo un recurso poco atractivo si deseas vivir de ello".
Afirma Borau que u guión favorito es el de "El apartamento", de Billy Wilder, pero recuerda frases antológicas de comedias de Woody Allen y los hermanos Marx, y prefiere no citar el peor. Nacido en Zaragoza en 1929, Borau es licenciado en Derecho y graduado en la Escuela Oficial de Cinematografía. Ha escrito, producido y dirigido numerosas películas de los más variados estilos, del western ("Brandy") al drama de rivetes políticos ("Furtivos"), pasando por el thriller ("Crimen de doble filo"), dramas ("La Sabina" o "Leo"), y comedias ("Tata mía"). Ha sido presidente de la Academia, y escrito para otros directores los guiones de "Camada negra" (Gutiérrez Aragón) y "Mi querida señorita" (Armiñán). Ahora, está enfrascado en un libreto a cuatro manos nada menos que con Rafael Azcona, otro ilustre escritor de cine.
Por su parte, Altunaga, camagüeyano, es uno los más relevantes narradores y guionistas cubanos a través de prensa escrita, radio, televisión o cine, cree que el guionista "debe ser consciente de que es participe de un mundo mayor, que forma parte de una orquestación y tiene que interpretar una serie de partituras. Debe saber que su guión se desvanecerá en el curso del tiempo, que lo que tendrá perdurabilidad será la película y que por tanto, el guión está al servicio del film. Pero como contrapunto, el guionista debe ser consciente de que lo que sustenta la película es su trabajo en estructura y diálogos, de que lo que realmente hace vibrar al espectador, es esa historia que el guionista imaginó en un determinado momento".
En verano, en España, florecen los cursos, talleres, seminarios... que aprovechan las vacaciones de los estudiantes para brindarles enseñanzas especializadas. El cineasta aragonés José Luis Borau, guionista, director, escritor, ocasional actor también, está dando un curso de guión en los cursos de verano de la Universidad Complutense en El Escorial, y a tenor de lo declarado al diario ABC, no parece que el futuro que promete a sus alumnos sea demasiado propicio para las vocaciones: "El problema de las películas es que el guionista está mal pagado, mal considerado, no lo tratan como un escritor, le pagan mucho menos que al director... Aquí y fuera de España, el guionista es "el pupas" de la película. El tipo que cobra menos". Por su parte, en Córdoba, donde se celebran cursos que ha organizado abcguionistas y la Universidad local, el cubano Eliseo Altunaga ("Entre ciclones", "Resurrección"), catedrático de guión en la Escuela de San Antonio de los Baños, ha dicho que "en cualquier país en el que se haga poco cine será difícil destacar para los guionistas. En Latinoamérica hay poca industria, salvo los casos de Chile, Brasil y Argentina, y eso complica mucho la formación de profesionales en el arte del guión. En el caso de Cuba, pasa lo mismo al haber pocos medios, el guión se presenta cómo un recurso poco atractivo si deseas vivir de ello".
Afirma Borau que u guión favorito es el de "El apartamento", de Billy Wilder, pero recuerda frases antológicas de comedias de Woody Allen y los hermanos Marx, y prefiere no citar el peor. Nacido en Zaragoza en 1929, Borau es licenciado en Derecho y graduado en la Escuela Oficial de Cinematografía. Ha escrito, producido y dirigido numerosas películas de los más variados estilos, del western ("Brandy") al drama de rivetes políticos ("Furtivos"), pasando por el thriller ("Crimen de doble filo"), dramas ("La Sabina" o "Leo"), y comedias ("Tata mía"). Ha sido presidente de la Academia, y escrito para otros directores los guiones de "Camada negra" (Gutiérrez Aragón) y "Mi querida señorita" (Armiñán). Ahora, está enfrascado en un libreto a cuatro manos nada menos que con Rafael Azcona, otro ilustre escritor de cine.
Por su parte, Altunaga, camagüeyano, es uno los más relevantes narradores y guionistas cubanos a través de prensa escrita, radio, televisión o cine, cree que el guionista "debe ser consciente de que es participe de un mundo mayor, que forma parte de una orquestación y tiene que interpretar una serie de partituras. Debe saber que su guión se desvanecerá en el curso del tiempo, que lo que tendrá perdurabilidad será la película y que por tanto, el guión está al servicio del film. Pero como contrapunto, el guionista debe ser consciente de que lo que sustenta la película es su trabajo en estructura y diálogos, de que lo que realmente hace vibrar al espectador, es esa historia que el guionista imaginó en un determinado momento".