Crítica: "Emma", propuesta silente
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Victoria Duclós
"Emma" (2017) del argentino Juan Pablo Martínez, es una película independiente que quiere proponer su propio lenguaje y que muestra en cada plano su construcción a puro pulmón.
Un accidente en el medio de la Patagonia une a Juan (Germán Palacios), quien trabaja en una mina de carbón y a Anna (Sofía Rangone), una polaca que acaba de sufrir la desaparición de su marido, la única persona en el país al que conocía. Cada uno a su manera, ambos viven prácticamente aislados de todo y de todos, y lentamente construirán una relación.
Es interesante la búsqueda de apoyarse enteramente en lo silente. Las pocas palabras que se expresan en toda la película, funcionan como una guía y ayudan a entender algunas cosas. Pero su apuesta es efectiva y se sostiene en sí misma por los aciertos en la progresión de la narración y la interpretación de los actores principales.
Martínez, que se declara admirador de Krzysztof Kieslowski y Terrence Malick, sin duda inspiradores de este trabajo, firma aquí su cuarta película, tras "Luna en Leo" (2014), "Desmadre" (2010) y "El hombre que corría tras el viento" (2009).
La historia de amor fuera de lo típico, es contada en "Emma" con su propia construcción de la sensualidad y la ternura. Son dignos de reconocimiento los logros en la realización y su prolijidad, por haber contado con un equipo técnico de solo ocho personas.
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"Emma" (2017) del argentino Juan Pablo Martínez, es una película independiente que quiere proponer su propio lenguaje y que muestra en cada plano su construcción a puro pulmón.
Un accidente en el medio de la Patagonia une a Juan (Germán Palacios), quien trabaja en una mina de carbón y a Anna (Sofía Rangone), una polaca que acaba de sufrir la desaparición de su marido, la única persona en el país al que conocía. Cada uno a su manera, ambos viven prácticamente aislados de todo y de todos, y lentamente construirán una relación.
Es interesante la búsqueda de apoyarse enteramente en lo silente. Las pocas palabras que se expresan en toda la película, funcionan como una guía y ayudan a entender algunas cosas. Pero su apuesta es efectiva y se sostiene en sí misma por los aciertos en la progresión de la narración y la interpretación de los actores principales.
Martínez, que se declara admirador de Krzysztof Kieslowski y Terrence Malick, sin duda inspiradores de este trabajo, firma aquí su cuarta película, tras "Luna en Leo" (2014), "Desmadre" (2010) y "El hombre que corría tras el viento" (2009).
La historia de amor fuera de lo típico, es contada en "Emma" con su propia construcción de la sensualidad y la ternura. Son dignos de reconocimiento los logros en la realización y su prolijidad, por haber contado con un equipo técnico de solo ocho personas.
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