Crítica: "Campeones", en el deporte y en la vida
- por © NOTICINE.com
Por Marina Chamorro
Hace diez años el director Javier Fesser se consagró en el cine español con "Camino", luego de algunas comedias más imaginativas que desternillantes, y seis años después estrenó la película que daría paso a un largo periodo lejos de la gran pantalla, "Mortadelo y Filemón contra Jimmie el Cachondo". Si bien la primera nos encogió el corazón, la segunda nos hizo reír a carcajadas, y este viernes regresa a las salas para traernos su nueva obra, que consigue las dos cosas. En "Campeones", adaptación de un guion coescrito por David Marqués, Fesser nos muestra unos protagonistas que no solo nos harán reír con su espontaneidad y su autenticidad, sino que lograrán conmovernos y hacernos pensar.
Eso mismo le ocurre a Javier Gutiérrez ("La isla mínima") a través de su personaje, Marco, el protagonista principal, aunque no único, de la historia, ya que los verdaderos héroes son Los Amigos, un grupo de chicos con discapacidad intelectual que juegan al baloncesto para socializar y pasar un buen rato. Cuando Marco, segundo entrenador de un equipo de baloncesto profesional, es expulsado de su club y condenado a entrenar a estos "peculiares" chavales, está seguro de que nada ni nadie, ni siquiera alguien tan bueno como él, puede convertirles en un verdadero equipo, pero pronto se dará cuenta de que no podría estar más equivocado.
La película muestra, en una apuesta arriesgada, un tema que en pocas ocasiones ha sido argumento central en el cine, más si cabe en el cine español, y aun así la trama no busca especialmente la originalidad ni la complejidad, aunque posee ambas gracias a sus protagonistas y lo que transmiten.
Fesser recurre a algunos tópicos e ideas preconcebidas que, enmarcados en las situaciones más cotidianas y desternillantes, se hacen necesarios para recrear una realidad que nos rodea cada día y, finalmente, se convierten en la propia arma para derribar los tabúes que la acompañan.
El principal encargado de representar esos tabúes es Marco, y los responsables de derribarlos, como no podía ser de otra forma, los chicos. Los 10 integrantes del equipo Los Amigos demuestran que ni la discapacidad intelectual ni la falta de conocimientos sobre actuación son berreras infranqueables para crear una buena película. Precisamente, a través de su naturalidad y su falta de interpretación, magníficamente conducida por el director y acompañada de la profesionalidad de Gutiérrez, consiguen comunicar una lección que nada tiene que ver con las líneas de un guion, y que de otra manera no hubiera podido llegar al público tan claramente.
El film te lleva, al mismo ritmo de Marco, a la evolución propia, te abre la puerta del entendimiento y la aceptación, no solo de lo que significa realmente la discapacidad intelectual, sino también de que todos, especialmente aquellos que nos atrevemos a calificarnos de "normales", tenemos discapacidades que nos limitan mucho más que aquellas relacionadas con el intelecto, como el miedo, la ignorancia o el orgullo, y que nos impiden disfrutar de las cosas verdaderamente importantes.
"Campeones" es, como expresa acertadamente su director, "una comedia rodada como si fuera un drama". Divertida y emotiva, rompe prejuicios y enseña que no es necesario un alto coeficiente intelectual para ganar en la vida.
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Hace diez años el director Javier Fesser se consagró en el cine español con "Camino", luego de algunas comedias más imaginativas que desternillantes, y seis años después estrenó la película que daría paso a un largo periodo lejos de la gran pantalla, "Mortadelo y Filemón contra Jimmie el Cachondo". Si bien la primera nos encogió el corazón, la segunda nos hizo reír a carcajadas, y este viernes regresa a las salas para traernos su nueva obra, que consigue las dos cosas. En "Campeones", adaptación de un guion coescrito por David Marqués, Fesser nos muestra unos protagonistas que no solo nos harán reír con su espontaneidad y su autenticidad, sino que lograrán conmovernos y hacernos pensar.
Eso mismo le ocurre a Javier Gutiérrez ("La isla mínima") a través de su personaje, Marco, el protagonista principal, aunque no único, de la historia, ya que los verdaderos héroes son Los Amigos, un grupo de chicos con discapacidad intelectual que juegan al baloncesto para socializar y pasar un buen rato. Cuando Marco, segundo entrenador de un equipo de baloncesto profesional, es expulsado de su club y condenado a entrenar a estos "peculiares" chavales, está seguro de que nada ni nadie, ni siquiera alguien tan bueno como él, puede convertirles en un verdadero equipo, pero pronto se dará cuenta de que no podría estar más equivocado.
La película muestra, en una apuesta arriesgada, un tema que en pocas ocasiones ha sido argumento central en el cine, más si cabe en el cine español, y aun así la trama no busca especialmente la originalidad ni la complejidad, aunque posee ambas gracias a sus protagonistas y lo que transmiten.
Fesser recurre a algunos tópicos e ideas preconcebidas que, enmarcados en las situaciones más cotidianas y desternillantes, se hacen necesarios para recrear una realidad que nos rodea cada día y, finalmente, se convierten en la propia arma para derribar los tabúes que la acompañan.
El principal encargado de representar esos tabúes es Marco, y los responsables de derribarlos, como no podía ser de otra forma, los chicos. Los 10 integrantes del equipo Los Amigos demuestran que ni la discapacidad intelectual ni la falta de conocimientos sobre actuación son berreras infranqueables para crear una buena película. Precisamente, a través de su naturalidad y su falta de interpretación, magníficamente conducida por el director y acompañada de la profesionalidad de Gutiérrez, consiguen comunicar una lección que nada tiene que ver con las líneas de un guion, y que de otra manera no hubiera podido llegar al público tan claramente.
El film te lleva, al mismo ritmo de Marco, a la evolución propia, te abre la puerta del entendimiento y la aceptación, no solo de lo que significa realmente la discapacidad intelectual, sino también de que todos, especialmente aquellos que nos atrevemos a calificarnos de "normales", tenemos discapacidades que nos limitan mucho más que aquellas relacionadas con el intelecto, como el miedo, la ignorancia o el orgullo, y que nos impiden disfrutar de las cosas verdaderamente importantes.
"Campeones" es, como expresa acertadamente su director, "una comedia rodada como si fuera un drama". Divertida y emotiva, rompe prejuicios y enseña que no es necesario un alto coeficiente intelectual para ganar en la vida.
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