Crítica: "70 binladens", todo por la pasta
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Por Covadonga Díaz
Koldo Serra vuelve a la gran pantalla. Tras debutar con el thriller internacional "Bosque de sombras" en 2006, y pasando por el drama bélico "Gernika" diez años después, el director vasco estrena su tercera película, "70 Binladens", lanzándose de lleno al género del thriller dramático y tiñendo de originalidad el clásico asalto a banco con rehenes. La cinta sigue la historia de Raquel, una mujer desesperada que se ve obligada a conseguir con urgencia -24 horas- 35 000 euros, conocidos coloquialmente como "70 binladens". Su última esperanza es un crédito bancario. Sin embargo, cuando dos atracadores asaltan la sucursal en la que se encuentra, Raquel deberá dejarse guiar por la improvisación para lograr su objetivo… cueste lo que cueste.
Con un toque setentero y repleto de guiños al clásico de Sidney Lumet "Tarde de perros", Koldo Serra vuelve a sorprender. Y esta vez lo hace presentando un guion milimétricamente planificado plagado de giros inesperados que mantendrán alerta al espectador en todo momento.
Lo que podría ser el típico atraco de un banco acompañado del tradicional concepto de "polis y cacos" queda desmontado en esta película con un argumento repleto de astucias: un robo cualquiera que termina por convertirse en la oportunidad perfecta para una presunta víctima; un thriller dramático acompañado de halos de humor que permiten descansar de la tensión al espectador. En definitiva, una cinta que no dejará de sorprender hasta el último minuto.
Y mucho de eso se lo debemos a un elenco que desborda profesionalidad y talento. Emma Suárez, galardonada con tres premios Goya, está impecable en una historia que se escapa de su registro habitual. Bajo su mirada se rige la línea dramática de la cinta, un ejercicio de cuerpo y mente que queda plasmado a la perfección y deja huella de una interpretación de impecables resultados. Y no es menos para Nathalie Poza, otra de las almas de la cinta. Su interpretación al estilo Zulema de "Vis a vis" logra transmitir a través de la pantalla esa rabia y violencia que persigue al personaje de Lola, de la que no se ofrecen muchos detalles. Caracterizada con una falta de empatía y frialdad -y un ojo blanco que te impide mantener la mirada más de dos segundos seguidos-, la interpretación de Poza logra que el espectador se posicione a su favor, haciendo que todo aquel que se siente en la butaca rece por su victoria y abandone el deseo de que ganen los buenos, todo ello fruto de una estelar actuación basada en una combinación de humor, violencia y cercanía con el espectador.
Con ello, su director logró plasmar una habitual caracterización masculina en dos mujeres de gran talento, dando una lección al cine español con una propuesta de tales dimensiones. Y puede sentirse orgulloso, porque sus dos estrellas han logrado brillar ante una enemistad que engancha, un duelo de dos bestias al que, por qué no decirlo, se le acaba cogiendo cariño.
Y, por supuesto, el resto del reparto tampoco pasa desapercibido. Desde "Mentiras y Gordas" no se había visto a un Hugo Silva tan metido en el papel de un drogadicto. Pero en este caso, "70 binladens" le convierte además en atracador, y no uno cualquiera. Su personaje, si bien representa a alguien frágil y desvalido, supone una pieza fundamental de la historia, siendo partícipe de uno de los giros más inesperados de la cinta. Y en lo que a Daniel Pérez Prada y Bárbara Goenaga se refiere, la curiosa pareja de policías se convierte en el dúo perfecto a la hora de representar una de las partes más cómicas de la película cuando, pese a todo lo que está sucediendo, no se olvidan de ver cómo va el partido del Athletic. Un detalle que hace que el espectador se sienta como en casa.
Pero no solo las interpretaciones son dignas de alabanzas, sino que su parte técnica tampoco queda exenta de elogios. Planos secuencia que logran transportarte al mismo banco, la capacidad del director de explotar toda la tensión en un reducido espacio, un pulso firme de rodaje con el que Serra demuestra tener bien aprendidas las lecciones de estilo de los años setenta, unas caracterizaciones físicas resultado de un trabajo de preparación admirable…
En definitiva, imagen, interpretación y guion se combinan a la perfección en este tercer largometraje de Koldo Serra que, si bien de producción modesta, no tiene nada que envidiar a aquellas más aparatosas. Y es que a "70 binladens" le falta poco que ofrecer al espectador: tensión, humor, violencia, entretenimiento y sorpresas, todo ello recogido en 100 minutos de una historia en la que la originalidad habla por sí sola.
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Koldo Serra vuelve a la gran pantalla. Tras debutar con el thriller internacional "Bosque de sombras" en 2006, y pasando por el drama bélico "Gernika" diez años después, el director vasco estrena su tercera película, "70 Binladens", lanzándose de lleno al género del thriller dramático y tiñendo de originalidad el clásico asalto a banco con rehenes. La cinta sigue la historia de Raquel, una mujer desesperada que se ve obligada a conseguir con urgencia -24 horas- 35 000 euros, conocidos coloquialmente como "70 binladens". Su última esperanza es un crédito bancario. Sin embargo, cuando dos atracadores asaltan la sucursal en la que se encuentra, Raquel deberá dejarse guiar por la improvisación para lograr su objetivo… cueste lo que cueste.
Con un toque setentero y repleto de guiños al clásico de Sidney Lumet "Tarde de perros", Koldo Serra vuelve a sorprender. Y esta vez lo hace presentando un guion milimétricamente planificado plagado de giros inesperados que mantendrán alerta al espectador en todo momento.
Lo que podría ser el típico atraco de un banco acompañado del tradicional concepto de "polis y cacos" queda desmontado en esta película con un argumento repleto de astucias: un robo cualquiera que termina por convertirse en la oportunidad perfecta para una presunta víctima; un thriller dramático acompañado de halos de humor que permiten descansar de la tensión al espectador. En definitiva, una cinta que no dejará de sorprender hasta el último minuto.
Y mucho de eso se lo debemos a un elenco que desborda profesionalidad y talento. Emma Suárez, galardonada con tres premios Goya, está impecable en una historia que se escapa de su registro habitual. Bajo su mirada se rige la línea dramática de la cinta, un ejercicio de cuerpo y mente que queda plasmado a la perfección y deja huella de una interpretación de impecables resultados. Y no es menos para Nathalie Poza, otra de las almas de la cinta. Su interpretación al estilo Zulema de "Vis a vis" logra transmitir a través de la pantalla esa rabia y violencia que persigue al personaje de Lola, de la que no se ofrecen muchos detalles. Caracterizada con una falta de empatía y frialdad -y un ojo blanco que te impide mantener la mirada más de dos segundos seguidos-, la interpretación de Poza logra que el espectador se posicione a su favor, haciendo que todo aquel que se siente en la butaca rece por su victoria y abandone el deseo de que ganen los buenos, todo ello fruto de una estelar actuación basada en una combinación de humor, violencia y cercanía con el espectador.
Con ello, su director logró plasmar una habitual caracterización masculina en dos mujeres de gran talento, dando una lección al cine español con una propuesta de tales dimensiones. Y puede sentirse orgulloso, porque sus dos estrellas han logrado brillar ante una enemistad que engancha, un duelo de dos bestias al que, por qué no decirlo, se le acaba cogiendo cariño.
Y, por supuesto, el resto del reparto tampoco pasa desapercibido. Desde "Mentiras y Gordas" no se había visto a un Hugo Silva tan metido en el papel de un drogadicto. Pero en este caso, "70 binladens" le convierte además en atracador, y no uno cualquiera. Su personaje, si bien representa a alguien frágil y desvalido, supone una pieza fundamental de la historia, siendo partícipe de uno de los giros más inesperados de la cinta. Y en lo que a Daniel Pérez Prada y Bárbara Goenaga se refiere, la curiosa pareja de policías se convierte en el dúo perfecto a la hora de representar una de las partes más cómicas de la película cuando, pese a todo lo que está sucediendo, no se olvidan de ver cómo va el partido del Athletic. Un detalle que hace que el espectador se sienta como en casa.
Pero no solo las interpretaciones son dignas de alabanzas, sino que su parte técnica tampoco queda exenta de elogios. Planos secuencia que logran transportarte al mismo banco, la capacidad del director de explotar toda la tensión en un reducido espacio, un pulso firme de rodaje con el que Serra demuestra tener bien aprendidas las lecciones de estilo de los años setenta, unas caracterizaciones físicas resultado de un trabajo de preparación admirable…
En definitiva, imagen, interpretación y guion se combinan a la perfección en este tercer largometraje de Koldo Serra que, si bien de producción modesta, no tiene nada que envidiar a aquellas más aparatosas. Y es que a "70 binladens" le falta poco que ofrecer al espectador: tensión, humor, violencia, entretenimiento y sorpresas, todo ello recogido en 100 minutos de una historia en la que la originalidad habla por sí sola.
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