Crítica: "La pequeña Suiza", internacionalismo "dejà vu"
- por © NOTICINE.com
Por Helena Castillo
Si algo abunda en el cine español es la comedia, sobre todo utilizar las diferencias lingüísticas o sociales que existen en nuestra sociedad como base del humor, ya lo hemos visto anteriormente con "Ocho apellidos vascos", "Perdiendo el norte" o "Fuga de cerebros", y ahora con "La pequeña Suiza", una película que ironiza sobre los nacionalismos a través de un pueblo oficialmente castellano que no tiene clara su identidad.
"La pequeña Suiza" (2019) es una comedia costumbrista y llena de tópicos. Aunque la historia tiene cierta coherencia, el tono utilizado hace que se pierda cualquier discurso de crítica y que solo se trate de una comedia que no va más allá.
El film funciona lo justo para pasar el rato, curiosamente los puntos más cómicos los llevan a la gran pantalla los personajes secundarios, incluso el cameo que hace Antonio Resines como Guardia Civil. En algunos momentos la película pierde mucho ritmo y hace que se generen muchas situaciones familiares en el subgénero del choque cultural, muy tratado también por el cine francés o el italiano. Las tramas se cierran muy rápido. El director Kepa Sojo utiliza un humor bastante blanco, un prototipo de comedia antiguo, nada sofisticado, aunque defendido con esmero por un carismático grupo de actores.
La película bebe directamente de "Bienvenido, Mr. Marshall", como explicó Sojo: "soy especialista en Berlanga, hice una tesis doctoral sobre "Bienvenido, Mister Marshall", un pequeño pueblo castellano que desea que vengan los americanos con dinero para salvarles de su miserable situación y en este caso ("La pequeña Suiza") es un pueblo castellano-vasco que esperan que lleguen los suizos para salvarles a ellos".
El problema del guión se ve reflejado en los chistes fáciles que parecen más una parodia que una comedia, y donde se dan situaciones predecibles. Asimismo, la película cuenta con un triángulo amoroso y una subtrama histórica sobre la ficticia situación de Tellería y el libertador suizo Guillermo Tell. Pese al buen tema que se propone, no se ha sabido explotar bien. El guión fue escrito por Kepa Sojo ("El síndrome de Svensson") y Sonia Pacios, además de firmarlo Alberto López, Daniel Monedero y Jelen Morales.
"La pequeña Suiza" narra las peripecias de los habitantes de un pueblo castellano, Tellería, que por distintos motivos desea ser vasco. La mayoría de sus ciudadanos quieren ser parte de Euskadi. No obstante todos los intentos por anexionarse a la comunidad vecina fracasan por la Junta de Castilla y León y el pasotismo del Gobierno Vasco. Más tarde Yolanda, interpretada por Maggie Civantos, descubre una cripta secreta en el santuario del pueblo y aparece el sepulcro de Walter Tell, hijo del héroe suizo Guillermo Tell. Ahora Tellería hará todo lo posible para ser suiza.
El estreno del film -este 26 de abril- curiosamente, coincide con vísperas de las elecciones generales españolas del 28 de abril, donde la cuestión territorial ha estado muy presente.
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Si algo abunda en el cine español es la comedia, sobre todo utilizar las diferencias lingüísticas o sociales que existen en nuestra sociedad como base del humor, ya lo hemos visto anteriormente con "Ocho apellidos vascos", "Perdiendo el norte" o "Fuga de cerebros", y ahora con "La pequeña Suiza", una película que ironiza sobre los nacionalismos a través de un pueblo oficialmente castellano que no tiene clara su identidad.
"La pequeña Suiza" (2019) es una comedia costumbrista y llena de tópicos. Aunque la historia tiene cierta coherencia, el tono utilizado hace que se pierda cualquier discurso de crítica y que solo se trate de una comedia que no va más allá.
El film funciona lo justo para pasar el rato, curiosamente los puntos más cómicos los llevan a la gran pantalla los personajes secundarios, incluso el cameo que hace Antonio Resines como Guardia Civil. En algunos momentos la película pierde mucho ritmo y hace que se generen muchas situaciones familiares en el subgénero del choque cultural, muy tratado también por el cine francés o el italiano. Las tramas se cierran muy rápido. El director Kepa Sojo utiliza un humor bastante blanco, un prototipo de comedia antiguo, nada sofisticado, aunque defendido con esmero por un carismático grupo de actores.
La película bebe directamente de "Bienvenido, Mr. Marshall", como explicó Sojo: "soy especialista en Berlanga, hice una tesis doctoral sobre "Bienvenido, Mister Marshall", un pequeño pueblo castellano que desea que vengan los americanos con dinero para salvarles de su miserable situación y en este caso ("La pequeña Suiza") es un pueblo castellano-vasco que esperan que lleguen los suizos para salvarles a ellos".
El problema del guión se ve reflejado en los chistes fáciles que parecen más una parodia que una comedia, y donde se dan situaciones predecibles. Asimismo, la película cuenta con un triángulo amoroso y una subtrama histórica sobre la ficticia situación de Tellería y el libertador suizo Guillermo Tell. Pese al buen tema que se propone, no se ha sabido explotar bien. El guión fue escrito por Kepa Sojo ("El síndrome de Svensson") y Sonia Pacios, además de firmarlo Alberto López, Daniel Monedero y Jelen Morales.
"La pequeña Suiza" narra las peripecias de los habitantes de un pueblo castellano, Tellería, que por distintos motivos desea ser vasco. La mayoría de sus ciudadanos quieren ser parte de Euskadi. No obstante todos los intentos por anexionarse a la comunidad vecina fracasan por la Junta de Castilla y León y el pasotismo del Gobierno Vasco. Más tarde Yolanda, interpretada por Maggie Civantos, descubre una cripta secreta en el santuario del pueblo y aparece el sepulcro de Walter Tell, hijo del héroe suizo Guillermo Tell. Ahora Tellería hará todo lo posible para ser suiza.
El estreno del film -este 26 de abril- curiosamente, coincide con vísperas de las elecciones generales españolas del 28 de abril, donde la cuestión territorial ha estado muy presente.
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