Crítica: "Claudia", cocktail absurdo sin risas
- por © NOTICINE.com
Por Edurne Sarriegui
El argentino Sebastián De Caro estrena su largometraje "Claudia" en salas comerciales de su país tras abrir la última edición del Festival BAFICI. Realizada y escrita por el autor, esta comedia protagonizada por Dolores Fonzi resulta un tanto confusa y más proclive a causar perplejidad que carcajadas.
Claudia, la protagonista que da título a la cinta, es una organizadora de eventos con actitudes obsesivas que rayan lo patológico. Ni siquiera en el funeral de su padre puede olvidarse de su profesión y tomar el lugar de hija doliente.
Pero todo en "Claudia" juega a parecer una cosa y después ser otra. Desde la escena inicial, con un número musical que tiene como protagonista a Lali Espósito, las cosas parecen ir por un lado cuando, en realidad, van por otro. O eso parece. Más o menos….
Así ocurre también con el trabajo que tiene que encarar con urgencia Claudia cuando debe sustituir durante la celebración de una boda a una colega enferma y decide, por su cuenta, cambiar toda la organización del evento. Tal vez las motivaciones de Claudia no sean las que parecen, al menos en segunda instancia porque, en la primera, es su carácter imperativo y estructurado, que se niega a atender razones ajenas, el que se impone.
De esta manera, lo que apuntaba a ser una comedia de enredos con una obsesiva, inescrutable e inalterable protagonista, se convierte en una mezcla de géneros que van desde el drama familiar hasta la trama detectivesca y la resolución mágica.
Apostando al absurdo, se convierte en una historia bastante embrollada y con varios caminos sin salida.
En "Claudia", Sebastián De Caro deja claras sus intenciones de plasmar múltiples homenajes al séptimo arte para deleite de cinéfilos que disfrutarán encontrando similitudes con obras reconocidas y no tanto. El resto de los espectadores quedará un tanto desorientado con esta comedia absurda, llena de equívocos y lecturas erróneas.
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El argentino Sebastián De Caro estrena su largometraje "Claudia" en salas comerciales de su país tras abrir la última edición del Festival BAFICI. Realizada y escrita por el autor, esta comedia protagonizada por Dolores Fonzi resulta un tanto confusa y más proclive a causar perplejidad que carcajadas.
Claudia, la protagonista que da título a la cinta, es una organizadora de eventos con actitudes obsesivas que rayan lo patológico. Ni siquiera en el funeral de su padre puede olvidarse de su profesión y tomar el lugar de hija doliente.
Pero todo en "Claudia" juega a parecer una cosa y después ser otra. Desde la escena inicial, con un número musical que tiene como protagonista a Lali Espósito, las cosas parecen ir por un lado cuando, en realidad, van por otro. O eso parece. Más o menos….
Así ocurre también con el trabajo que tiene que encarar con urgencia Claudia cuando debe sustituir durante la celebración de una boda a una colega enferma y decide, por su cuenta, cambiar toda la organización del evento. Tal vez las motivaciones de Claudia no sean las que parecen, al menos en segunda instancia porque, en la primera, es su carácter imperativo y estructurado, que se niega a atender razones ajenas, el que se impone.
De esta manera, lo que apuntaba a ser una comedia de enredos con una obsesiva, inescrutable e inalterable protagonista, se convierte en una mezcla de géneros que van desde el drama familiar hasta la trama detectivesca y la resolución mágica.
Apostando al absurdo, se convierte en una historia bastante embrollada y con varios caminos sin salida.
En "Claudia", Sebastián De Caro deja claras sus intenciones de plasmar múltiples homenajes al séptimo arte para deleite de cinéfilos que disfrutarán encontrando similitudes con obras reconocidas y no tanto. El resto de los espectadores quedará un tanto desorientado con esta comedia absurda, llena de equívocos y lecturas erróneas.
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