Crítica Venecia: "Eles transportan a morte", aventuras contra la historia oficial
- por © Cineuropa-NOTICINE.com
por Alfonso Rivera
Alguien salta al agua: una, dos… hasta tres misteriosas figuras humanas. Una gran tela las envuelve, las atrapa y dificulta sus maniobras natatorias: luchan por sobrevivir, por huir, sin soltar esa enorme vela de barco que arrastran consigo, como un preciado tesoro. De esta manera, en plena acción –confusa, veloz y hermosa– comienza la película española "Eles transportan a morte", primer largometraje que firma el dúo artístico formado por la compostelana Helena Girón y el canario Samuel M. Delgado, autores de numerosas performances, instalaciones artísticas y cortos previos. El film (dialogado en gallego) se ha presentado en la Settimana della Critica de la Mostra de Venecia (y se proyectará después en la sección Zabaltegi de San Sebastián).
La trama de esta película transcurre en un año que cambió el curso de la Historia: 1492, fecha del descubrimiento de América. En aquella expedición hacia lo entonces desconocido, unos hombres (no precisamente santos, pues se reclutaron presos para ese incierto viaje a los confines del mundo, encarnados por Xoán Reices, Valentín Estévez y David Pantaleón) saltan al mar, en Canarias, desde las carabelas capitaneadas por Cristóbal Colón, llevando consigo una vela de nave. Por supuesto, serán perseguidos por sus hasta ahora compañeros, para recuperar esa enorme tela, necesaria para surcar el océano y culminar su hazaña. Por otro lado, y lejos de allí, en Galicia, una mujer (Sara Ferro) busca desesperadamente ayuda para sanar a su hermana moribunda, que ha saltado –ésta al vacío– huyendo también, pero del desasosiego. Todos ellos están cerca de la muerte, la esquivan a la vez que, inevitablemente, cargan con ella.
Con estos personajes y en escenarios naturales tan bellos como agresivos (filmados en Ourense y Tenerife), los directores han construido un film político y, a la vez, de aventuras naturalistas, que cuestiona la supuesta épica de un momento decisivo para la Humanidad, el cual ha sido empleado para perpetuar mitos culturales de dudosa ética y honestidad, heredados hasta hoy. Porque tal vez ciertos acontecimientos no fueron tan gloriosos como nos lo han contado…
Para cuestionar esto, con las sensaciones de este largometraje se transmite el agobio, la ansiedad y la energía de esos rebeldes que se separan de (y boicotean) lo aceptado socialmente. Al tiempo, los cineastas emplean imágenes de archivo y otras del film "Alba de América" (1951), de Juan de Orduña, aquella súper producción franquista que ensalzó la figura del descubridor, para así construir un universo inquietante, tenso y por momentos salvaje, que coloca a este film revulsivo en un territorio tan arriesgado, tenebroso, incómodo y áspero como interesante, donde no todo el mundo estará dispuesto a adentrarse.
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Alguien salta al agua: una, dos… hasta tres misteriosas figuras humanas. Una gran tela las envuelve, las atrapa y dificulta sus maniobras natatorias: luchan por sobrevivir, por huir, sin soltar esa enorme vela de barco que arrastran consigo, como un preciado tesoro. De esta manera, en plena acción –confusa, veloz y hermosa– comienza la película española "Eles transportan a morte", primer largometraje que firma el dúo artístico formado por la compostelana Helena Girón y el canario Samuel M. Delgado, autores de numerosas performances, instalaciones artísticas y cortos previos. El film (dialogado en gallego) se ha presentado en la Settimana della Critica de la Mostra de Venecia (y se proyectará después en la sección Zabaltegi de San Sebastián).
La trama de esta película transcurre en un año que cambió el curso de la Historia: 1492, fecha del descubrimiento de América. En aquella expedición hacia lo entonces desconocido, unos hombres (no precisamente santos, pues se reclutaron presos para ese incierto viaje a los confines del mundo, encarnados por Xoán Reices, Valentín Estévez y David Pantaleón) saltan al mar, en Canarias, desde las carabelas capitaneadas por Cristóbal Colón, llevando consigo una vela de nave. Por supuesto, serán perseguidos por sus hasta ahora compañeros, para recuperar esa enorme tela, necesaria para surcar el océano y culminar su hazaña. Por otro lado, y lejos de allí, en Galicia, una mujer (Sara Ferro) busca desesperadamente ayuda para sanar a su hermana moribunda, que ha saltado –ésta al vacío– huyendo también, pero del desasosiego. Todos ellos están cerca de la muerte, la esquivan a la vez que, inevitablemente, cargan con ella.
Con estos personajes y en escenarios naturales tan bellos como agresivos (filmados en Ourense y Tenerife), los directores han construido un film político y, a la vez, de aventuras naturalistas, que cuestiona la supuesta épica de un momento decisivo para la Humanidad, el cual ha sido empleado para perpetuar mitos culturales de dudosa ética y honestidad, heredados hasta hoy. Porque tal vez ciertos acontecimientos no fueron tan gloriosos como nos lo han contado…
Para cuestionar esto, con las sensaciones de este largometraje se transmite el agobio, la ansiedad y la energía de esos rebeldes que se separan de (y boicotean) lo aceptado socialmente. Al tiempo, los cineastas emplean imágenes de archivo y otras del film "Alba de América" (1951), de Juan de Orduña, aquella súper producción franquista que ensalzó la figura del descubridor, para así construir un universo inquietante, tenso y por momentos salvaje, que coloca a este film revulsivo en un territorio tan arriesgado, tenebroso, incómodo y áspero como interesante, donde no todo el mundo estará dispuesto a adentrarse.
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