Crítica: "Código Emperador", una de espías con Luis Tosar
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Por Eva Ramos
El actor Luis Tosar vuelve con este thriller, "Código Emperador" (2022), inspirado en lo que en España se ha llamado "cloacas del Estado", a protagonizar un guion de Jorge Guerricaechevarría, con el que ya trabajó en la premiada "Celda 211". Sin embargo, este film no tiene una trama tan original y bien desarrollada como aquella. Es más una tradicional película de espías, sin demasiadas aspiraciones, pero que ofrece exactamente lo que promete.
El gallego Jorge Coira está a los mandos en la dirección de "Código Emperador", tras una serie de calidad como "Hierro", y cuenta con un buen reparto, encabezado por Tosar. Este interpreta a Juan, trabajador de los servicios de inteligencia al servicio de las altas esferas; a pesar de ser pieza indispensable de la maquinaria del fango, la imagen que se quiere dar de Juan no es la de un personaje plano; lo que gusta al espectador precisamente es siempre el malvado que realmente tiene escrúpulos, lo que vende es el personaje que cumple órdenes pero que en realidad tiene su propio código moral y cuida de los suyos. Eso es precisamente lo que vamos a ver en esta cinta, ni más ni menos.
María Botto le acompaña en el papel de una periodista comprometida con su profesión, que encarna la parte más amable del personaje protagonista. La parte romántica también tiene cabida en la historia, como no podía ser de otro modo, con la actriz catalana Alexandra Masangkay, que interpreta a una asistenta filipina que trabaja como interna en la casa de un matrimonio al que Juan tiene que espiar y a la que utilizan sin reparo para acceder a la familia. Es un personaje que enseguida capta el interés del espectador y lo más destacado del film; aunque la trama gire en torno al de Tosar, cuya presencia siempre es garantía de un buen trabajo interpretativo, las diferentes mujeres de las que se vale en sus investigaciones son de lo mejor que tiene este thriller, aparte de Miguel Rellán, al que siempre apetece ver.
Laura Domínguez interpreta a la compañera de trabajo de Tosar y la joven Georgina Amorós ("Élite") es una niña bien que trabaja como camarera para pagar sus estudios en la universidad y a la que Juan recurre para conseguir sus fines. Arón Piper es protagonista de otro de sus encargos, ya que, además de espiar, Juan soluciona problemas al estilo Mike de "Breaking Bad" o del Sr. Lobo de "Pulp Fiction", en este caso para enterrar los delitos de violencia de género de un futbolista, principal figura del club de fútbol de un gran empresario.
Es así como se pretende hacer una recopilación de los principales tipos de chanchullos que han salido a la luz provenientes de las élites españolas: políticos, empresarios, cuerpos de seguridad... Sin embargo, la costumbre de verlo día tras día en medios de comunicación hace que tristemente ya nada nos extrañe o nos resulte llamativo, por lo que esto, que quizás en otro tiempo podría haber sido una trama interesante, ahora resulta poco sorprendente.
Aparte de ello, la historia no tiene sorpresas inesperadas ni momentos especialmente interesantes, es más bien lineal. Sea por eso, o porque siga un género ya un poco agotado, al final deja al espectador un poco indiferente, más allá de pasar un rato entretenido viendo trabajar un buen reparto, pero sin más pretensiones.
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El actor Luis Tosar vuelve con este thriller, "Código Emperador" (2022), inspirado en lo que en España se ha llamado "cloacas del Estado", a protagonizar un guion de Jorge Guerricaechevarría, con el que ya trabajó en la premiada "Celda 211". Sin embargo, este film no tiene una trama tan original y bien desarrollada como aquella. Es más una tradicional película de espías, sin demasiadas aspiraciones, pero que ofrece exactamente lo que promete.
El gallego Jorge Coira está a los mandos en la dirección de "Código Emperador", tras una serie de calidad como "Hierro", y cuenta con un buen reparto, encabezado por Tosar. Este interpreta a Juan, trabajador de los servicios de inteligencia al servicio de las altas esferas; a pesar de ser pieza indispensable de la maquinaria del fango, la imagen que se quiere dar de Juan no es la de un personaje plano; lo que gusta al espectador precisamente es siempre el malvado que realmente tiene escrúpulos, lo que vende es el personaje que cumple órdenes pero que en realidad tiene su propio código moral y cuida de los suyos. Eso es precisamente lo que vamos a ver en esta cinta, ni más ni menos.
María Botto le acompaña en el papel de una periodista comprometida con su profesión, que encarna la parte más amable del personaje protagonista. La parte romántica también tiene cabida en la historia, como no podía ser de otro modo, con la actriz catalana Alexandra Masangkay, que interpreta a una asistenta filipina que trabaja como interna en la casa de un matrimonio al que Juan tiene que espiar y a la que utilizan sin reparo para acceder a la familia. Es un personaje que enseguida capta el interés del espectador y lo más destacado del film; aunque la trama gire en torno al de Tosar, cuya presencia siempre es garantía de un buen trabajo interpretativo, las diferentes mujeres de las que se vale en sus investigaciones son de lo mejor que tiene este thriller, aparte de Miguel Rellán, al que siempre apetece ver.
Laura Domínguez interpreta a la compañera de trabajo de Tosar y la joven Georgina Amorós ("Élite") es una niña bien que trabaja como camarera para pagar sus estudios en la universidad y a la que Juan recurre para conseguir sus fines. Arón Piper es protagonista de otro de sus encargos, ya que, además de espiar, Juan soluciona problemas al estilo Mike de "Breaking Bad" o del Sr. Lobo de "Pulp Fiction", en este caso para enterrar los delitos de violencia de género de un futbolista, principal figura del club de fútbol de un gran empresario.
Es así como se pretende hacer una recopilación de los principales tipos de chanchullos que han salido a la luz provenientes de las élites españolas: políticos, empresarios, cuerpos de seguridad... Sin embargo, la costumbre de verlo día tras día en medios de comunicación hace que tristemente ya nada nos extrañe o nos resulte llamativo, por lo que esto, que quizás en otro tiempo podría haber sido una trama interesante, ahora resulta poco sorprendente.
Aparte de ello, la historia no tiene sorpresas inesperadas ni momentos especialmente interesantes, es más bien lineal. Sea por eso, o porque siga un género ya un poco agotado, al final deja al espectador un poco indiferente, más allá de pasar un rato entretenido viendo trabajar un buen reparto, pero sin más pretensiones.
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