Crítica Netflix: "El Reino 2", epílogo de la serie que mezcla política con religión
- por © NOTICINE.com
Por Emiliano Basile
Marcelo Piñeyro y Claudia Piñeiro continúan con la historia del pastor evangélico devenido en presidente neoliberal, al estilo Bolsonaro, en la segunda temporada de "El Reino". Desde su inicio, la producción argentina de Netflix presenta la clásica lucha entre el bien y el mal en la política nacional, mientras que esta segunda parte lleva la batalla moral a límites aún más extremos.
Ahora, el pastor Emilio Vázquez Pena (Diego Peretti) es el presidente de Argentina y su país está sumido en el caos social como resultado de sus políticas neoliberales. El representante de Dios en la Tierra se ha convertido en el eje del mal, pero intentará revertir la situación con la ayuda de sus funcionarios y los medios de comunicación (como la inescrupulosa periodista interpretada por Florencia Raggi).
Por otro lado, Tadeo Vázquez (Peter Lanzani) se convierte casi por accidente en un líder social de los marginados por el sistema. Así, se transforma en el principal opositor del gobierno y sus fuerzas de seguridad, que son comandadas por Rubén Osorio (Joaquín Furriel). Julio Clamens (Chino Darín) dicta clases en la universidad mientras disfruta de su vida en familia, pero tarde o temprano deberá involucrarse nuevamente en política.
Estos son los últimos seis episodios de una serie que no escatima en subrayados y golpes de efectos propios de un producto hecho para plataformas, pero que se atreve con temas recurrentes en los noticieros y rara vez vistos en producciones de esta magnitud. La similitud de los hechos con figuras políticas de Latinoamérica y el mundo (como Jair Bolsonaro, por ejemplo), resulta impactante.
La lectura bíblica confronta el bien y el mal con mayor tenacidad en una suerte de apocalipsis social. Un oscuro thriller político en donde la perversidad y la corrupción dan un paso más hacia el inevitable juicio final.
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Marcelo Piñeyro y Claudia Piñeiro continúan con la historia del pastor evangélico devenido en presidente neoliberal, al estilo Bolsonaro, en la segunda temporada de "El Reino". Desde su inicio, la producción argentina de Netflix presenta la clásica lucha entre el bien y el mal en la política nacional, mientras que esta segunda parte lleva la batalla moral a límites aún más extremos.
Ahora, el pastor Emilio Vázquez Pena (Diego Peretti) es el presidente de Argentina y su país está sumido en el caos social como resultado de sus políticas neoliberales. El representante de Dios en la Tierra se ha convertido en el eje del mal, pero intentará revertir la situación con la ayuda de sus funcionarios y los medios de comunicación (como la inescrupulosa periodista interpretada por Florencia Raggi).
Por otro lado, Tadeo Vázquez (Peter Lanzani) se convierte casi por accidente en un líder social de los marginados por el sistema. Así, se transforma en el principal opositor del gobierno y sus fuerzas de seguridad, que son comandadas por Rubén Osorio (Joaquín Furriel). Julio Clamens (Chino Darín) dicta clases en la universidad mientras disfruta de su vida en familia, pero tarde o temprano deberá involucrarse nuevamente en política.
Estos son los últimos seis episodios de una serie que no escatima en subrayados y golpes de efectos propios de un producto hecho para plataformas, pero que se atreve con temas recurrentes en los noticieros y rara vez vistos en producciones de esta magnitud. La similitud de los hechos con figuras políticas de Latinoamérica y el mundo (como Jair Bolsonaro, por ejemplo), resulta impactante.
La lectura bíblica confronta el bien y el mal con mayor tenacidad en una suerte de apocalipsis social. Un oscuro thriller político en donde la perversidad y la corrupción dan un paso más hacia el inevitable juicio final.
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