Crítica: "Extraña forma de vida", un pase con Almodóvar
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Por Eduardo Larrocha
Al fin he visto "Extraña forma de vida" en pantalla grande. Ha sido en un pase especial en los Cines Princesa de Madrid, con la presencia de Pedro Almodóvar, quien agradeció a los presentes que hubiéramos ido a ver este melodrama sobre el deseo homosexual en un entorno de género tan masculino como es el Western.
Abre así una brecha y se quita la espina de no haber rodado en su día "Brokeback Mountain", que se le ofreció. Contó el director de este segundo mediometraje de 31 minutos –el anterior fue "La voz humana" con Tilda Swinton- que habían rodado en el desierto de Tabernas (Almería), siguiendo las huellas de Sergio Leone y también de Ennio Morricone.
Eso sí Almodóvar aseguró que no había querido realizar un spaghetti western como los del director y el músico italianos, sino ser fiel y realizar una del Oeste americano siguiendo la tradición hollywoodiense del género. Un capricho muy personal entiende el cineasta que es "Extraña forma de vida".
Como espectador tengo que decir que pasé un buen rato viendo la película, aunque no sea nada especial ni muy almodovariana. Eso sí, los protagonistas –Ethan Hawke y Pedro Pascal- están muy en su sitio de vaqueros a la vez duros, tiernos y amorosos. En sus treinta y un minutos de metraje "Extraña forma de vida" muestra que el amor no tiene porqué impedir que cada cual cumpla las obligaciones de su cargo.
A saber: el sheriff Jake tiene que perseguir al asesino de su cuñada aunque sea el hijo del amante, el ranchero Silva, del que no tenía noticias desde hace veinticinco años. Por cierto, el título de la película es el de un Fado clásico de Amalia Rodrigues que escuchamos en la secuencia inicial en la voz de Caetano Veloso haciendo un play back sobre el físico de un joven vaquero.
Tenía ganas de ver este singular y exclusivo western desde su estreno mundial en el pasado Festival de cine de Cannes donde "Extraña forma de vida" tuvo una cálida acogida del público y una digna mención de la crítica, aunque no toda esté de acuerdo con el interés de la película.
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Al fin he visto "Extraña forma de vida" en pantalla grande. Ha sido en un pase especial en los Cines Princesa de Madrid, con la presencia de Pedro Almodóvar, quien agradeció a los presentes que hubiéramos ido a ver este melodrama sobre el deseo homosexual en un entorno de género tan masculino como es el Western.
Abre así una brecha y se quita la espina de no haber rodado en su día "Brokeback Mountain", que se le ofreció. Contó el director de este segundo mediometraje de 31 minutos –el anterior fue "La voz humana" con Tilda Swinton- que habían rodado en el desierto de Tabernas (Almería), siguiendo las huellas de Sergio Leone y también de Ennio Morricone.
Eso sí Almodóvar aseguró que no había querido realizar un spaghetti western como los del director y el músico italianos, sino ser fiel y realizar una del Oeste americano siguiendo la tradición hollywoodiense del género. Un capricho muy personal entiende el cineasta que es "Extraña forma de vida".
Como espectador tengo que decir que pasé un buen rato viendo la película, aunque no sea nada especial ni muy almodovariana. Eso sí, los protagonistas –Ethan Hawke y Pedro Pascal- están muy en su sitio de vaqueros a la vez duros, tiernos y amorosos. En sus treinta y un minutos de metraje "Extraña forma de vida" muestra que el amor no tiene porqué impedir que cada cual cumpla las obligaciones de su cargo.
A saber: el sheriff Jake tiene que perseguir al asesino de su cuñada aunque sea el hijo del amante, el ranchero Silva, del que no tenía noticias desde hace veinticinco años. Por cierto, el título de la película es el de un Fado clásico de Amalia Rodrigues que escuchamos en la secuencia inicial en la voz de Caetano Veloso haciendo un play back sobre el físico de un joven vaquero.
Tenía ganas de ver este singular y exclusivo western desde su estreno mundial en el pasado Festival de cine de Cannes donde "Extraña forma de vida" tuvo una cálida acogida del público y una digna mención de la crítica, aunque no toda esté de acuerdo con el interés de la película.
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