Crítica Venecia: "Sobre todo de noche", conmovedor debut respaldado por grandes actrices

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"Sobre todo de noche"
"Sobre todo de noche"
Por Julia Olmo-Cineuropa   

El español Víctor Iriarte debuta en el largo de ficción con una bella y conmovedora correspondencia filmada, "Sobre todo de noche", protagonizada por Lola Dueñas y Ana Torrent.

"Esta es una historia de violencia, de rabia y de violencia. Alguien pierde a alguien, alguien busca a alguien el resto de su vida. Esta es mi historia. Hubiera podido suceder de otra manera, pero sucedió así", dice la voz de Lola Dueñas al comienzo de "Sobre todo de noche", escrito por Iriarte junto a Isa Campo y Andrea Queralt, presentado en las Giornate degli Autori de Venecia y que tendrá su estreno ibérico el próximo octubre en la Sección Oficial de la Seminci.

La película cuenta la historia de dos mujeres, dos madres, enlazadas por un pasado y un presente en común. Vera (Lola Dueñas) no pudo hacerse cargo de su hijo cuando era joven y tuvo que darlo en adopción. Años más tarde, cuando quiso saber si todo había salido bien, las instituciones le dijeron que su expediente no existía y desde entonces sigue buscando a su hijo. A Cora (Ana Torrent), su médico le dijo que no podría tener hijos, por lo que terminó adoptando a Egoz (Manuel Egozkue), el hijo biológico de Vera, a quien creía muerta. Ahora, tiempo después, estos tres personajes se reencuentran en Portugal, en la casa de infancia de Vera a orillas del Duero, para repasar y compartir la historia de sus vidas.

Dividida en cuatro capítulos a manera de correspondencia filmada, la película es sobre todo una historia de amor de dos madres por su hijo, la de la madre biológica que lo pierde y se pasa la vida buscándolo y la de la madre adoptiva que lo tiene pero teme perderlo. Mediante las voces en off de las protagonistas, los dos primeros capítulos y el último de cierre son las cartas de amor de esas dos madres, la historia de búsqueda y venganza de una, la de miedo de la otra y el legado íntimo de ambas. Ahí está uno de los grandes aciertos del guion, en la narración de su mundo interior desde sus propias voces. A través de ellas, conocemos sus inquietudes, sus soledades, sus heridas, sus fantasmas, sus deseos, sus tristezas y alegrías secretas.



Son esas voces las que dan a la película ese tono buscado de relato confesional, profundo, poético y tierno, y las que hacen que por momentos no parezca lo que en el fondo también es, una historia de terror sobre un crimen atroz (como se advierte en el prólogo citando "Amuleto", de Roberto Bolaño). Ahí otra de las mayores virtudes de la película, su inteligente mezcla de géneros, ser un drama íntimo, cine negro y también, en cierto modo, una película de aventuras y fantasmas, que desde ese relato personal, esa historia de amor central, se narre una historia colectiva sucedida en una época oscura de España, sobre su injusticia, corrupción e impunidad, sobre el dolor de tantas otras invisibles y silenciadas.

El tercer capítulo es el relato de esos tres personajes reunidos, las dos madres con su hijo, cómo viven ese tiempo de reencuentro, sus preguntas y misterios sin resolver. Con ello, la película también tiene cierta condición de viaje, es un viaje de pérdida, búsqueda y encuentro, y como evoca la secuencia en la que las imágenes se superponen con un fragmento de "Viaje al centro de la Tierra" de Julio Verne, también un bello homenaje a los relatos de aventuras, a la narración de peripecias de unos personajes, a las historias dentro de las historias.

Todo ello está contado con sencillez, precisión y delicadeza, sin artificios superfluos ni afán de pretenciosidad, a través del detalle, del cuidado y la sutileza en el uso de sus materiales visuales, estéticos, textuales y sonoros, de encuadres, localizaciones, luces y músicas que expresan el alma de la película, y de dos actrices que dan verdad y humanidad a sus personajes. De esa forma, Sobre todo de noche logra emocionar, es una película conmovedora, bellísima y al tiempo triste y con un punto nostálgico, una carta de amor maternofilial y también una hermosa reivindicación del sentido y la importancia de contar.

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