Crítica Netflix: "El lugar de la otra", identidad y opresión femenina en el Chile de los 50

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"El lugar de la otra"
"El lugar de la otra"
Por Juan Pablo Russo    

En "El lugar de la otra" (2024), la chilena Maite Alberdi presenta un drama íntimo que conecta la lucha por la identidad y la opresión femenina, en el marco de un Chile conservador de los años 50. A través de la historia real de la escritora María Carolina Geel y una funcionaria judicial atrapada en su rutina, la película plantea un intenso análisis sobre los roles impuestos a las mujeres y su deseo de libertad.

La cineasta que triunfó previamente en el campo del documental, articula una narración que oscila entre lo personal y lo político, tomando como punto de partida un evento real ocurrido en Chile en la década de los 50, cuando la escritora María Carolina Geel (interpretada por Francisca Lewin) asesinó a su amante en un hotel de Santiago. A través de la mirada de Mercedes (Elisa Zulueta), una secretaria judicial atrapada en la monotonía de su vida laboral, la película explora profundas desigualdades de género y la búsqueda de una identidad femenina propia.

Mercedes, atrapada en su rutina, se siente irremediablemente atraída por la figura de Geel, y lo que comienza como una mera obligación profesional se transforma en un proceso de autodescubrimiento. La relación simbiótica entre ambas mujeres plantea interrogantes esenciales sobre los roles que la sociedad impone a las mujeres y las expectativas que las asfixian. La progresiva identificación de Mercedes con Geel refleja la opresión que enfrentan muchas mujeres en su intento por escapar de los moldes tradicionales.



El departamento de Geel, donde transcurre gran parte del film, funciona como un espacio simbólico que refleja el aislamiento y la búsqueda de libertad de Mercedes. La iluminación tenue y los planos cerrados que utiliza Alberdi refuerzan esta sensación de encierro físico y emocional, mientras que el espacio se convierte en un escenario de confrontación y revelación personal.

Uno de los grandes logros de "El lugar de la otra" es su capacidad para conectar una historia del pasado con resonancias contemporáneas. La opresión que sufren las mujeres en la sociedad patriarcal de los 50 se revela como un eco de las luchas que continúan vigentes en la actualidad. Mercedes, en su búsqueda por escapar de los roles asignados, se convierte en un espejo de mujeres tanto de ayer como de hoy.

La narración evita caer en el maniqueísmo. El guion equilibra momentos de tensión con instantes introspectivos, permitiendo una exploración profunda de la psicología de los personajes. En lugar de presentar la libertad como un destino alcanzable de forma simple, la película explora la complejidad de las luchas internas de las mujeres en un contexto de opresión. Las fronteras entre libertad y represión son difusas, invitando al espectador a cuestionar su propio entendimiento de estos conceptos.

Alberdi, conocida por sus documentales como "El agente topo" (2020) y "La memoria infinita" (2023), en los que ya recurría a elementos del cine ficcional, en esta ocasión invierte el enfoque: introduce elementos documentales dentro de una ficción. Esta dualidad le permite enriquecer la narrativa, dotando a la película de una verosimilitud que amplifica la sensación de realismo y conexión emocional.

La interpretación de Elisa Zulueta es conmovedora, transmitiendo con delicadeza la evolución de su personaje, mientras que Lewin dota a Geel de un aura enigmática y vulnerable que resulta fascinante.

"El lugar de la otra" trasciende el drama biográfico para ofrecer una reflexión compleja sobre la identidad femenina y los roles sociales. Con una dirección precisa y un uso simbólico del espacio, Alberdi crea una obra que resuena profundamente en la actualidad, al tiempo que reflexiona sobre las luchas universales de las mujeres en su búsqueda por la libertad.

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