Crítica: "Sinél", cine de terror con una mirada femenina
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Por Angela Pérez Torres
48 horas puede parecer un tiempo insignificante para alguien que vive su día a día sin muchos más estímulos que los que puede ofrecer la rutina cotidiana. Pero vivir encerrada en un apartamento durante dos días enteros, con la única compañía de un cadáver, puede ser estímulo suficiente para que 48 horas se conviertan en el periodo más traumático de tu vida. Sobre todo, esos dos días pueden resultar tiempo más que suficiente para que los fantasmas del remordimiento cobren vida. Al menos, así lo defiende el español Emilio Martínez-Borso en su opera prima, "Sinél", un drama de terror en el que traumas sin resolver se dan cita con lo paranormal para conseguir una eficiente ejecución de un thriller psicológico.
En "Sinél" Martínez-Borso (también autor del guion) juega con las herramientas base del género: intercala contrapuntos de tensión con sus correspondientes escenas de contextualización y los intérpretes protagonistas le siguen el ritmo mientras el cineasta mueve la batuta marcando los altibajos de la melodía principal. Con todo, no deja de ser una experimentación al uso, una primera toma de contacto que, aunque acertada en su ejecución, no llega a alejarse del todo de la característica búsqueda de un estilo propio de las operas primas.
A su favor, cabe recalcar que, pese a las limitaciones que plantea filmar en un escenario único, el equipo técnico ha sabido sobreponerse al reto. La paleta de colores es un acertado acompañamiento al contraste entre las escenas de tensión y distensión, consiguiendo hacer de un mismo escenario lugares visiblemente diferentes en función del tono de la escena. La fotografía, por su parte, supera con creces las expectativas que se pueden tener para un espacio cerrado; "Sinél" puede presumir de planos excepcionales. ¿Quién diría que un apartamento puede ofrecer tantas perspectivas? María Muñoz Cariño tiene la respuesta, porque su mano en la película es un trabajo a admirar, incluso puede que lo mejor de la cinta.
La interpretación de Aleida Torrent tampoco se queda atrás. Su actuación atrapa sin esfuerzo al espectador, haciéndolo parte del descenso en caída libre de Inma, su personaje, por la montaña rusa de emociones que vive en 48 horas. Desde la introspección y la autoindulgencia, el público va conociendo poco a poco las complejidades del infierno que ha vivido Inma en ese apartamento. Así, la interpretación de Torrent pone el colofón a otra obra más de esta suerte de subgénero que parece estar cobrando fuerza en el último año: esta ola del cine de terror con la mirada puesta en la psique femenina.
Porque, como en "El baño del diablo", "Sinél" no es más que la historia de una mujer atormentada que sufre las consecuencias de una sociedad patriarcal. Y, aunque distintas en su forma, las similitudes de fondo que guarda con "El llanto" estrenada en los últimos meses) son evidentes, y lo mismo podría decirse sobre la angustia que comparte con la también española "Salve María".
Así pues, con sus imperfecciones, "Sin él" se presenta como una propuesta intrigante dentro del panorama del cine de terror contemporáneo. La atmósfera tensa y envolvente que consigue crear el director, realzada por una cinematografía excepcional y una Aleida Torrent magnánime, hacen de la ópera prima de Martínez-Borso una cinta que merece ser vista y discutida. La apuesta del tema eje y la elección de estilo hacen (de la incursión en el largometraje del cineasta) una carta de intenciones que demuestra que, aunque todavía encontrando sus pasos, Martínez-Borso es un nombre a seguir de cerca en los próximos años de la industria cinematográfica española.
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48 horas puede parecer un tiempo insignificante para alguien que vive su día a día sin muchos más estímulos que los que puede ofrecer la rutina cotidiana. Pero vivir encerrada en un apartamento durante dos días enteros, con la única compañía de un cadáver, puede ser estímulo suficiente para que 48 horas se conviertan en el periodo más traumático de tu vida. Sobre todo, esos dos días pueden resultar tiempo más que suficiente para que los fantasmas del remordimiento cobren vida. Al menos, así lo defiende el español Emilio Martínez-Borso en su opera prima, "Sinél", un drama de terror en el que traumas sin resolver se dan cita con lo paranormal para conseguir una eficiente ejecución de un thriller psicológico.
En "Sinél" Martínez-Borso (también autor del guion) juega con las herramientas base del género: intercala contrapuntos de tensión con sus correspondientes escenas de contextualización y los intérpretes protagonistas le siguen el ritmo mientras el cineasta mueve la batuta marcando los altibajos de la melodía principal. Con todo, no deja de ser una experimentación al uso, una primera toma de contacto que, aunque acertada en su ejecución, no llega a alejarse del todo de la característica búsqueda de un estilo propio de las operas primas.
A su favor, cabe recalcar que, pese a las limitaciones que plantea filmar en un escenario único, el equipo técnico ha sabido sobreponerse al reto. La paleta de colores es un acertado acompañamiento al contraste entre las escenas de tensión y distensión, consiguiendo hacer de un mismo escenario lugares visiblemente diferentes en función del tono de la escena. La fotografía, por su parte, supera con creces las expectativas que se pueden tener para un espacio cerrado; "Sinél" puede presumir de planos excepcionales. ¿Quién diría que un apartamento puede ofrecer tantas perspectivas? María Muñoz Cariño tiene la respuesta, porque su mano en la película es un trabajo a admirar, incluso puede que lo mejor de la cinta.
La interpretación de Aleida Torrent tampoco se queda atrás. Su actuación atrapa sin esfuerzo al espectador, haciéndolo parte del descenso en caída libre de Inma, su personaje, por la montaña rusa de emociones que vive en 48 horas. Desde la introspección y la autoindulgencia, el público va conociendo poco a poco las complejidades del infierno que ha vivido Inma en ese apartamento. Así, la interpretación de Torrent pone el colofón a otra obra más de esta suerte de subgénero que parece estar cobrando fuerza en el último año: esta ola del cine de terror con la mirada puesta en la psique femenina.
Porque, como en "El baño del diablo", "Sinél" no es más que la historia de una mujer atormentada que sufre las consecuencias de una sociedad patriarcal. Y, aunque distintas en su forma, las similitudes de fondo que guarda con "El llanto" estrenada en los últimos meses) son evidentes, y lo mismo podría decirse sobre la angustia que comparte con la también española "Salve María".
Así pues, con sus imperfecciones, "Sin él" se presenta como una propuesta intrigante dentro del panorama del cine de terror contemporáneo. La atmósfera tensa y envolvente que consigue crear el director, realzada por una cinematografía excepcional y una Aleida Torrent magnánime, hacen de la ópera prima de Martínez-Borso una cinta que merece ser vista y discutida. La apuesta del tema eje y la elección de estilo hacen (de la incursión en el largometraje del cineasta) una carta de intenciones que demuestra que, aunque todavía encontrando sus pasos, Martínez-Borso es un nombre a seguir de cerca en los próximos años de la industria cinematográfica española.
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