Crítica Netflix: "Envidiosa 2", la exitosa serie protagonizada por Griselda Siciliani

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"Envidiosa 2"
"Envidiosa 2"
Por Denise Pieniazek    

"Envidiosa" cuya primera temporada se estrenó en septiembre de 2024 con un final que dejó al público expectante, regresa con once episodios que mantienen el nivel de entretenimiento, aunque contienen un poco menos de comicidad. Mientras que Victoria deberá elegir entre Daniel (Martín Garabal) o Matías (Esteban Lamothe), casi en simultáneo, Matías también tendrá que decidirse entre Mei (Débora Nishimoto) o Vicky. En consecuencia, ambos deberán elegir entre arriesgarse a sufrir por amor o quedarse en un vínculo seguro, pero sin pasión o predecible.

Esta nueva temporada realiza un profundo desarrollo del estatuto del personaje de su protagonista, quien sigue siendo interpretada de forma carismática y convincente por Griselda Siciliani. En esa segunda parte ¿podrá Vicky dejar de mirar lo ajeno y estar satisfecha con lo propio?    

La primera temporada tuvo la astucia de presentarnos un personaje complejo, lleno de matices: de actitudes negativas como la envidia, la competencia y la inseguridad, pero también de rasgos positivos como la intuición, la lealtad, el talento y la ternura. Después de todo, tal como el personaje de Julia Roberts en "Notting Hill" (1999), Vicky "es tan solo una chica, pidiéndole a un chico que la ame". En estos nuevos episodios, se ahondará en su necesidad por ser o sentirse elegida, en vincularse con el deseo, en aprender a registrar el auto-boicot y en su obsesión con el tiempo, ese que siente que la apremia. Lo cual se verá claramente a través de las sesiones de terapia de Victoria con su psicóloga Fernanda (encarnada por una Lorena Vega más afianzada en el personaje). En consecuencia, si ella desea alcanzar esa vida en pareja con la que tanto sueña, deberá trabajar mucho en sí misma, evidenciando que todo cambio requiere de un proceso.  



El tema de la envidia sigue presente en menor medida, y no sólo en la protagonista, sino también por momentos en otros personajes, como su compañera Lupe De Monte (Violeta Urtizberea), la amiga que más dura había sido con ella respecto a este tema en la primera temporada. En esta parte los sentimientos de envidia se van alternando entre ellas, lo cual resulta más que interesante y evidencia que todos los personajes son muy humanos y capaces de generar empatía en el público. Sin embargo, se considera que, aunque "la envidia" de título a la serie, este no es el tema central de la misma, sino que es la excusa para reflexionar sobre cuestiones más profundas como los mandatos sociales y de conceptos como la competencia, el éxito, el patriarcado y su devenir cultural, y la complejidad de los vínculos humanos. Así mismo, en esta ocasión los sentimientos masculinos tendrán un poco más de protagonismo, ya sea desde las reflexiones de Matías, o desde el miedo a la paternidad de Fermín (Adrián Lakerman).

Victoria realiza todo un trayecto para de a poco, poder deconstruir cada uno de los estándares -casi inalcanzables- que ella misma se ha forjado por imposiciones sociales, pues está más enamorada de ciertas ideas o estereotipos del amor o de familia que de las personas en sí. Para poder construir una vida más sana y realista, deberá asumir que sus actitudes auto saboteadoras la llevan a producir situaciones extremas, pero por, sobre todo, esta nueva entrega gira en torno al poder de elección de Vicky. En ese proceso de selección a través de la psiquis de la protagonista, hay que resaltar que la serie no abusa del recurso de la repetición o recapitulación de los "recuerdos". Así mismo, ambas temporadas poseen unidad temática y estética, esta producción nacional posee una ambientación muy cuidada y grata a la vista, pero por sobre todo el vestuario, especialmente cada outfit de Vicky es "envidiable".

La segunda temporada de "Envidiosa" logra por tanto cumplir con las expectativas, aunque no agrega muchos elementos nuevos o factores sorpresa. Sobre todo, en los primeros tres episodios, a partir del cuarto en adelante la cuestión se torna más compleja e interesante. Hay que destacar que ambas temporadas generan que el espectador las consuma de forma dinámica y sucesiva, como se dice popularmente dan ganas -más que de envidiar-de "enviciarse" con un episodio tras otro. No solo la protagonista será atravesada por el cambio, sino que también otros personajes del elenco coral se transformarán. Esta segunda entrega puede sintetizarse en la caja de cereal que allí aparece, ¿Logrará Victoria transformar esa imagen tradicional de familia tan normativa en otro "modelo" posible?

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