Crítica: "Mickey 17", Bong Joon-ho y una sátira espacial de la mano de Robert Pattinson
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Por Miguel Calabria
Basada en la novela "Mickey7" de Edward Ashton, la película de Bong Joon-ho toma un concepto de ciencia ficción —la clonación y la obsolescencia humana— y lo reinterpreta con su sello inconfundible. ¿El resultado? Una experiencia cinematográfica tan entretenida como provocadora.
Cuando Bong Joon-ho anuncia una nueva película, la expectativa es inmediata. Su capacidad para mezclar géneros, inyectar crítica social en historias envolventes y jugar con las emociones del espectador lo ha convertido en uno de los grandes cineastas contemporáneos. "Mickey 17" (2025) no es la excepción.
La premisa es simple pero poderosa: Mickey Barnes, interpretado por Robert Pattinson es un "prescindible", un trabajador que es clonado tras cada muerte para continuar con su misión en la colonización de un planeta helado. La sátira es clara desde el minuto uno: la explotación laboral y la deshumanización llevadas al extremo, con el humor negro característico del director. A través de la odisea de Mickey, Bong construye un relato que oscila entre el thriller, la comedia y la ciencia ficción más filosófica, con un Pattinson que vuelve a demostrar su talento en un papel tan físico como introspectivo.
Desde lo técnico, la película deslumbra. La cinematografía, a cargo de Darius Khondji ("Pecados capitales", "Diamantes en bruto"), enfatiza la frialdad del entorno con una paleta de colores que refuerza la alienación del protagonista. Los encuadres son precisos, con movimientos de cámara que subrayan el carácter claustrofóbico de la historia. Joon-ho sigue siendo un maestro del montaje: la narración fluye sin tiempos muertos, alternando escenas de acción con diálogos afilados que nunca pierden el ritmo. Hay un uso brillante del contraste entre la escala épica del mundo extraterrestre y la cotidianidad absurda de la vida de Mickey, algo que recuerda a Snowpiercer en su crítica a la desigualdad social.
Pero si hay algo que realmente eleva es su banda sonora. Jung Jae-il, el compositor detrás de "Parasite" (2019) y "El juego del calamar / Squid Games" (2021), entrega una de las mejores partituras del año. La música no sólo acompaña las emociones, sino que las potencia: los momentos de tensión se vuelven más angustiosos, los instantes de comedia ganan un aire surrealista y los pasajes introspectivos se sienten profundamente humanos. Es un trabajo sonoro que abraza la historia y la empuja a otro nivel.
El elenco también merece mención. Mark Ruffalo en el papel del antagonista, entrega una actuación que algunos han descrito como una sátira feroz al autoritarismo y al capitalismo despiadado, con matices que lo acercan a una caricatura de figuras políticas contemporáneas. Steven Yeun y Toni Collette complementan el reparto con interpretaciones sólidas, aunque es Pattinson quien se lleva todas las miradas. Su capacidad para transmitir la confusión, el hastío y la rebeldía de Mickey lo convierten en el motor emocional de la película.
Ahora bien, "Mickey 17" no es una película para todos. Bong Joon-ho juega con el caos narrativo, con saltos tonales y momentos que pueden descolocar a quienes esperaban una historia más lineal. La película es impredecible, a veces alocada, y su segunda mitad toma un rumbo que puede dividir a la audiencia. Pero lejos de ser un defecto, esto es precisamente lo que la hace memorable: es una obra que desafía, que no se conforma con ser un blockbuster más de ciencia ficción. La historia de Joon-ho combina sátira, existencialismo y puro entretenimiento, logrando una película que no solo entretiene, sino que deja huella.
Desde su dirección hasta su banda sonora, pasando por un Robert Pattinson en estado de gracia, esta es una de esas experiencias cinematográficas que justifican una segunda (o tercera) visita al cine. No es solo recomendable, es imprescindible.
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Basada en la novela "Mickey7" de Edward Ashton, la película de Bong Joon-ho toma un concepto de ciencia ficción —la clonación y la obsolescencia humana— y lo reinterpreta con su sello inconfundible. ¿El resultado? Una experiencia cinematográfica tan entretenida como provocadora.
Cuando Bong Joon-ho anuncia una nueva película, la expectativa es inmediata. Su capacidad para mezclar géneros, inyectar crítica social en historias envolventes y jugar con las emociones del espectador lo ha convertido en uno de los grandes cineastas contemporáneos. "Mickey 17" (2025) no es la excepción.
La premisa es simple pero poderosa: Mickey Barnes, interpretado por Robert Pattinson es un "prescindible", un trabajador que es clonado tras cada muerte para continuar con su misión en la colonización de un planeta helado. La sátira es clara desde el minuto uno: la explotación laboral y la deshumanización llevadas al extremo, con el humor negro característico del director. A través de la odisea de Mickey, Bong construye un relato que oscila entre el thriller, la comedia y la ciencia ficción más filosófica, con un Pattinson que vuelve a demostrar su talento en un papel tan físico como introspectivo.
Desde lo técnico, la película deslumbra. La cinematografía, a cargo de Darius Khondji ("Pecados capitales", "Diamantes en bruto"), enfatiza la frialdad del entorno con una paleta de colores que refuerza la alienación del protagonista. Los encuadres son precisos, con movimientos de cámara que subrayan el carácter claustrofóbico de la historia. Joon-ho sigue siendo un maestro del montaje: la narración fluye sin tiempos muertos, alternando escenas de acción con diálogos afilados que nunca pierden el ritmo. Hay un uso brillante del contraste entre la escala épica del mundo extraterrestre y la cotidianidad absurda de la vida de Mickey, algo que recuerda a Snowpiercer en su crítica a la desigualdad social.
Pero si hay algo que realmente eleva es su banda sonora. Jung Jae-il, el compositor detrás de "Parasite" (2019) y "El juego del calamar / Squid Games" (2021), entrega una de las mejores partituras del año. La música no sólo acompaña las emociones, sino que las potencia: los momentos de tensión se vuelven más angustiosos, los instantes de comedia ganan un aire surrealista y los pasajes introspectivos se sienten profundamente humanos. Es un trabajo sonoro que abraza la historia y la empuja a otro nivel.
El elenco también merece mención. Mark Ruffalo en el papel del antagonista, entrega una actuación que algunos han descrito como una sátira feroz al autoritarismo y al capitalismo despiadado, con matices que lo acercan a una caricatura de figuras políticas contemporáneas. Steven Yeun y Toni Collette complementan el reparto con interpretaciones sólidas, aunque es Pattinson quien se lleva todas las miradas. Su capacidad para transmitir la confusión, el hastío y la rebeldía de Mickey lo convierten en el motor emocional de la película.
Ahora bien, "Mickey 17" no es una película para todos. Bong Joon-ho juega con el caos narrativo, con saltos tonales y momentos que pueden descolocar a quienes esperaban una historia más lineal. La película es impredecible, a veces alocada, y su segunda mitad toma un rumbo que puede dividir a la audiencia. Pero lejos de ser un defecto, esto es precisamente lo que la hace memorable: es una obra que desafía, que no se conforma con ser un blockbuster más de ciencia ficción. La historia de Joon-ho combina sátira, existencialismo y puro entretenimiento, logrando una película que no solo entretiene, sino que deja huella.
Desde su dirección hasta su banda sonora, pasando por un Robert Pattinson en estado de gracia, esta es una de esas experiencias cinematográficas que justifican una segunda (o tercera) visita al cine. No es solo recomendable, es imprescindible.
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