Crítica San Sebastián: "La tregua", humanidad frente a autoritarismo

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"La tregua"
"La tregua"
Por Carolina G. Guerrero       

En un momento de alta polarización política, entre la izquierda y la derecha, tanto en España como en buena parte del planeta, llega "La tregua", película de Miguel Angel Vivas estrenada en las Galas de RTVE dentro del Festival de Sebastián. Se trata de un drama inspirado en hechos reales que aboga por el entendimiento y los puntos comunes que compartimos los seres humanos por encima de la ideología. Llegará a salas comerciales el próximo 10 de octubre.

La historia se sitúa en un campo de trabajo, una mina en la Unión Soviética, durante la Segunda Guerra Mundial. Al comienzo de la cinta, un grupo de soldados de la República Española es obligado a trabajar y sobrevivir en condiciones extremas. Tras la derrota del bando republicano en la Guerra Civil, muchos optaron por el exilio en la Unión Soviética, donde acabaron atrapados en gulags sin salida aparente. Es el caso del Capitán Reyes, interpretado por Arón Piper, quien actúa como jefe de los republicanos e intenta interceder por los suyos ante las autoridades del campo, con escaso éxito.

Dos años después de su llegada, aparece en el campo otro grupo de españoles, esta vez del bando nacional, con el teniente Salgado, al que da vida Miguel Herrán, a la cabeza. Los primeros tiempos de convivencia se vuelven insostenibles, marcados por el odio y el resentimiento de verse obligados a vivir junto a su antiguo enemigo. Los republicanos, que llegaron primero, se encuentran en inferioridad numérica. Sin embargo, un suceso fortuito lleva a los dos líderes a acordar una tregua. El objetivo es hacer la convivencia más llevadera y crear un plan de acción contra las restrictivas normas del campo.



El aeródromo de Dima, en Vizcaya, y otros parajes de Alava se transformaron durante semanas en la estepa de Kazajstán. Las condiciones del rodaje fueron duras, con largos turnos de noche y temperaturas bajo cero, un reflejo de la hostilidad que trata de capturar la película.

"La tregua" está basada en un hecho real y tiene un precedente documental en "Los olvidados de Karaganda", de Enrique Gaspar Rodríguez. Se trata de un ambicioso proyecto, que nos remite a muchos clásicos del cine de prisioneros de guerra y fugas. La ambientación de la película está absolutamente lograda, aprovechando localizaciones como el entorno de Vitoria, a la que algunos denominan "Siberia Gasteiz", y el aeródromo de Dima, un acierto como centro del rodaje. La realización de Vivas es solvente y sus dos protagonistas están soberbios, lo mismo que el resto del reparto.

Tal vez el guión de Fran Carballal, Ignasi Rubio y el propio Miguel Angel Vivas sea el elemento más débil de "La tregua", le sobra didactismo conciliador y su crítica a cualquier tipo de totalitarismo es de manual. La moraleja resulta demasiado explícita y se hubieran agradecido más matices y ambigüedades.

Una de las escenas clave ocurre cuando el director del campo obliga a ambos grupos a cantar el himno de España. Los republicanos entonan "La Internacional", mientras los nacionalistas cantan el "Cara al sol". El director del campo entra en cólera al ver que no hay manera de que se pongan de acuerdo. En ese momento, un joven violinista comienza a tocar las notas de "Suspiros de España". Todos, independientemente de su ideología, comienzan a cantar la canción de Estrellita Castro, uniéndose en la nostalgia por la tierra que dejaron atrás.

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