Se inició en la Habana una muestra de cine holandés contemporáneo

por © Frank Padrón (Cuba)-NOTICINE.com
'Shouf Shouf Habibi!'
'Shouf Shouf Habibi!'
Creo, con orgullo, que Cuba es el país que con más frecuencia y sistematicidad recibe muestras de las más variadas producciones fílmicas de todo el mundo, gracias a los esfuerzos de la Cinemateca isleña y de las embajadas respectivas; ahora toca el turno a una interesante parcela de Europa: Holanda , cuyo cine, como se sabe, triunfa con frecuencia en los más prestigiosos festivales y ha conocido más de una vez el Oscar al mejor filme no hablado en inglés.

Con la première del largo  “Shouf Shouf Habibi!” (2004), de Albert Ter Heerdt (presente en las sala), y el corto animado “Padre e hija” , de Michael Dudok, se inició el pasado jueves esta segunda semana en el Chaplin,  que se extenderá al próximo día 15.

La cinta (repetible en otra de las tandas) obtuvo el Premio de Oro en su país mientras su director recibió el de la crítica en el Festival de cine de su país, extendido también a su actor protagónico (Mimoun Oaïssa),  descendiente de emigrantes, y quien le propuso el argumento al director, el cual declaró ante la prensa cubana: “ambos coincidimos que debía ser una comedia, y de esa manera fue mejor aceptada”, agregando  que “el tema es sensible en mi país, data de hace 30 años y sucede también con personas provenientes de Turquía y otros países del norte de Africa”.

El tema migratorio en efecto ocupa los 84 minutos de esta divertida comedia que sigue a un holgazán  y dormilón quien junto a un grupo de paisanos decide asaltar un banco; la cámara se detiene también en los otros miembros de la familia, cada uno un verdadero caso, a cual más simpático: la bella hermana que escapa de noche por una escalera para encontrarse con hombres mientras al regreso su madre (con espejuelos que tiene que quitarse...para ver) la confunde siempre con un santo; el hermano pequeño que saca fotos a las jóvenes coterráneas sorprendidas en presuntas faltas para chantajearlas; el padre que sufre cada problema de los suyos...

La ligereza del tono realmente no obsta una disección medular del conflicto: si bien la vida resulta menos árida que en el desierto marroquí (reflejado en varios momentos de la historia), no es ningún paraíso la próspera Europa, en general, para quienes desde esos remotos puntos decidieron “saltar el charco”; es cierto que al director le interesa más seguir las peripecias del simpático y perezoso antihéroe y su disfuncional familia que profundizar mucho en los desencuentros étnicos y culturales entre árabes y holandeses (estos últimos apenas representados en el sujet) pero de cualquier manera aflora en una cinta pletórica de excelentes chistes, una caracterización imaginativa y bien plasmada de cada personaje, el ingenio de la trama y el dinamismo narrativo.

Antes, la repleta sala del Chaplin distinguió con cerrados aplausos el laureado corto de animación “Padre e hija”, reconocido nada menos que con el Oscar, el BAFTA  y el Gran Premio (y del público) en el festival francés de Annecy: la continuidad paterno- filial en los personajes que dan título al breve filme supone un pacto de fidelidad eterno más allá de las épocas y las nuevas familias, lo cual el director plasma y trasmite en sólo 8 minutos con ligereza y entereza de trazos, magistral síntesis y fragmentos de un movimiento sinfónico  (único recurso sonoro), responsables de esa calidez y ese entusiasmo con que el animado  es recibido en todas partes.

El programa, muy prometedor, se ha estructurado sobre la base de quince filmes realizados entre el 2001 y el 2007 distribuidos entre seis largometrajes de ficción,  igual número de cortos animados y dos documentales, uno sobre el célebre cementerio parisino Pére-Lachaise (“Eternidad”), de Heddy Honigmann, y “Los niños perdidos de Buda”, de Mark Verkerk, acerca de un legendario monje que vive en la frontera norte de Tailandia y se ha dedicado a cuidar niños huérfanos.

Entre los largos más significativas que se proyectan en la semana se encuentran las comedias “Anaranjado”, de Joram  Lürsen (con más de diez distinciones dentro y fuera de Holanda)  “Una familia feliz”, de Martin Koolhoven así como los dramas “Hotel paraíso”  de Paula van der Oest, candidato al Oscar extranjero en 2001 y “Hermanos de sangre”, de  Arno Dierick. Como siempre, seguiremos comentando...