Semana de cine italiano en Cuba: la realidad de Paolo Virzì
- por © Frank Padrón (Cuba)-NOTICINE.com
Ya se va haciendo costumbre todos los años por esta fecha la celebración de siete días dedicados a un realizador italiano: Este año corresponde a Paolo Virzì, en un evento que han organizado el ICAIC conjuntamente con sus oficinas de ARCI–UCCA en la Habana.
Nacido en Livorno en 1964, dilplomado en 1987 en el prestigioso Centro Experimental de Roma y con una no muy extensa pero sí reconocida filmografía, el cine de este joven cineasta (quien se encuentra en Cuba para asistir a las proyecciones de sus filmes) ha sido definido como "el feliz renacimiento de la tradición de la "comedia a la italiana" aunque actualizando su lenguaje, mezclando lo cómico al drama social y sentimental, pero añadiendo una subterránea vena de absurdo y hasta se podría decir de onírico que en las últimas obras parece haber afinado logrando una suerte de neo-expresionismo humorístico y afectuoso" (Laura Petrucelli).
De esta suerte, la céntrica sala del Riviera acoge desde el lunes en la noche una retrospectiva con siete de sus films (la casi totalidad de su obra) que se inició con "Toda la vida por delante"(2008), irónico título acerca de las pocas posibilidades de realización profesional de la juventud italiana ahora mismo, partiendo de Marta, graduada con honores en la carrera de Filosofía que termina alternando una empresa de telefonistas y vendedores de artefactos para sanear el agua con labores nocturnas de baby-sitter.
Virzì se burla tanto de los excesos y demagogias del mercado como de la frustración personal de sus directivos, al parecer seguros e infalibles pero llenos de hoyos negros en sus vidas privadas, y claro, de lo casi inservible que sobre todo carreras de humanidades resultan en una sociedad regida por el pragmatismo y la competencia neoliberales.
Desde el guión repleto de agudas situaciones hasta una puesta dinámica, explayada en amplios y luminosos planos (en los cuales también la abierta fotografía se suma a la intención sarcástica), nos incorporamos a un trayecto que divierta e inquieta la mayor parte de su desarrollo, y donde sobresalen también los desempeños de Isabella Ragonese, Sabrina Ferilli, Elio Germano y Máximo Ghini.
Más ambiciosa y sólida es "Caterina se va a la ciudad", que ya apreció la prensa en un pase inicial. Realizada en 2003, observa una capital escindida entre derecha e izquierda pero desde la perspectiva de muchachas estudiantes de secundaria; la frivolidad de fiestas y lujos esconde también una actitud despótica y cruel hacia el otro que trasciende el mundo adolescente para lanzar una panorámica al de sus padres: frustraciones, hipocresías y demagogias políticas, desencuentros sociales y sentimentales pueblan este mapa que es también el de la realidad italiana del nuevo siglo.
A veces, demasiado preocupado por seguir el vertiginoso ritmo que confiere a la historia, Virzì descuida un tanto el calado de personajes, algunos de los cuales no aparecen suficientemente desarrollados, pero su filme es un complejo y divertido fresco de la Roma contemporánea: ciudad, abierta también, a las desigualdades sociales y las actitudes más diversas sobre temas tan disímiles (a la vez relacionados) como el amor, la amistad y la política, tanto desde la mirada femenina y juvenil como desde otras posturas de edades y géneros.
Aunque la semana se dedica, como indicáramos, a la obra de Paolo Virzì, habrá un par de días ocupados por el nuevo documental, agrupado bajo el acápite "El cine de la realidad", de modo que en varias funciones asistiremos a otros tantos títulos que desde el "género de la objetividad" y de varias firmas, abordan también diferentes aspectos de la Italia moderna: "Palabras santas"(2007), de Ascanio Celestini (en torno a problemas laborales en el barrio de Cinecittá), "De improviso el verano pasado"(2008), de Hofer y Ragazzi (sobre el diferente recibimiento en Roma del aprobado matrimonio gay) y "El largo silbido de la tarántula"(2006), de Paolo Pisanelli (acerca de un importante rito y baile populares) son los títulos programados.
Seguiremos comentando.
Nacido en Livorno en 1964, dilplomado en 1987 en el prestigioso Centro Experimental de Roma y con una no muy extensa pero sí reconocida filmografía, el cine de este joven cineasta (quien se encuentra en Cuba para asistir a las proyecciones de sus filmes) ha sido definido como "el feliz renacimiento de la tradición de la "comedia a la italiana" aunque actualizando su lenguaje, mezclando lo cómico al drama social y sentimental, pero añadiendo una subterránea vena de absurdo y hasta se podría decir de onírico que en las últimas obras parece haber afinado logrando una suerte de neo-expresionismo humorístico y afectuoso" (Laura Petrucelli).
De esta suerte, la céntrica sala del Riviera acoge desde el lunes en la noche una retrospectiva con siete de sus films (la casi totalidad de su obra) que se inició con "Toda la vida por delante"(2008), irónico título acerca de las pocas posibilidades de realización profesional de la juventud italiana ahora mismo, partiendo de Marta, graduada con honores en la carrera de Filosofía que termina alternando una empresa de telefonistas y vendedores de artefactos para sanear el agua con labores nocturnas de baby-sitter.
Virzì se burla tanto de los excesos y demagogias del mercado como de la frustración personal de sus directivos, al parecer seguros e infalibles pero llenos de hoyos negros en sus vidas privadas, y claro, de lo casi inservible que sobre todo carreras de humanidades resultan en una sociedad regida por el pragmatismo y la competencia neoliberales.
Desde el guión repleto de agudas situaciones hasta una puesta dinámica, explayada en amplios y luminosos planos (en los cuales también la abierta fotografía se suma a la intención sarcástica), nos incorporamos a un trayecto que divierta e inquieta la mayor parte de su desarrollo, y donde sobresalen también los desempeños de Isabella Ragonese, Sabrina Ferilli, Elio Germano y Máximo Ghini.
Más ambiciosa y sólida es "Caterina se va a la ciudad", que ya apreció la prensa en un pase inicial. Realizada en 2003, observa una capital escindida entre derecha e izquierda pero desde la perspectiva de muchachas estudiantes de secundaria; la frivolidad de fiestas y lujos esconde también una actitud despótica y cruel hacia el otro que trasciende el mundo adolescente para lanzar una panorámica al de sus padres: frustraciones, hipocresías y demagogias políticas, desencuentros sociales y sentimentales pueblan este mapa que es también el de la realidad italiana del nuevo siglo.
A veces, demasiado preocupado por seguir el vertiginoso ritmo que confiere a la historia, Virzì descuida un tanto el calado de personajes, algunos de los cuales no aparecen suficientemente desarrollados, pero su filme es un complejo y divertido fresco de la Roma contemporánea: ciudad, abierta también, a las desigualdades sociales y las actitudes más diversas sobre temas tan disímiles (a la vez relacionados) como el amor, la amistad y la política, tanto desde la mirada femenina y juvenil como desde otras posturas de edades y géneros.
Aunque la semana se dedica, como indicáramos, a la obra de Paolo Virzì, habrá un par de días ocupados por el nuevo documental, agrupado bajo el acápite "El cine de la realidad", de modo que en varias funciones asistiremos a otros tantos títulos que desde el "género de la objetividad" y de varias firmas, abordan también diferentes aspectos de la Italia moderna: "Palabras santas"(2007), de Ascanio Celestini (en torno a problemas laborales en el barrio de Cinecittá), "De improviso el verano pasado"(2008), de Hofer y Ragazzi (sobre el diferente recibimiento en Roma del aprobado matrimonio gay) y "El largo silbido de la tarántula"(2006), de Paolo Pisanelli (acerca de un importante rito y baile populares) son los títulos programados.
Seguiremos comentando.