Manuel Gómez Pereira escribe sobre "El juego del ahorcado"

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G.Pereira, en el rodaje de 'El juego del ahorcado'
G.Pereira, en el rodaje de 'El juego del ahorcado'
Por Manuel Gómez Pereira*

La novela de Imma Turbau me produjo una sensación de inquietud, en su lectura, que fue creciendo hasta acabar con un dardo directo al corazón. No soy partidario de las adaptaciones literarias, en general, creo que los cineastas tenemos cierta deformación en el tratamiento del tiempo y el espacio a la hora de la lectura de una novela o a la posible escritura cinematográfica de esta.

Son solo teorías porque, de verdad, lo fundamental es que la historia te seduzca lo suficiente para hacerla tuya y partir casi de cero con todo el material que dejas atrás, es decir, ir rescatando poco a poco las sensaciones que la historia y sus personajes han provocado en ti, unas emociones casi primarias.

Leí "El Juego del Ahorcado" en un momento de descanso y este se convirtió en un viaje a una época que nos marca irremediablemente: La adolescencia.

Abrí ese cajón (subconsciente) y me sumergí en él con Sandra y David. Y viví con ellos el zarpazo que, en algunas ocasiones, te da la vida a una edad en la que todo lo que te pasa es determinante para tu futuro, y que lo recibes y reaccionas con los recursos propios de un adolescente que imitan el comportamiento adulto con una cierta procacidad.

La iniciación en la amistad-amor-sexo, el secreto-juramento y sus códigos de conducta. La necesidad de huir, la violencia, la melancolía de una ciudad de provincias como Gerona, con una estética muy marcada, de alguna manera opresora, desencadena en Sandra el sueño de viajar, de salir de allí, de respirar. Y el mar como elemento romántico y vampirizador para David, con los límites de la costa y el infinito. La familia, los amigos, el colegio y el tiempo, Sandra y David lo viven con una tensión que no corresponde a su entorno real.

Sandra es la razón, David el corazón. Ella es la superviviente y él es el romántico. Se aman profundamente pero la fatalidad es dueña de sus actos, desde que se conocieron siendo niños y después ya adolescentes. En el guión transitan dos géneros que se funden en la estructura y que serán fundamentales en la estética de la película, por un lado la historia costumbrista, los barrios de Gerona, el día a día, el curso académico, la vida familiar, y por otro el modelo clásico de film noir, con todos los elementos del género. Casi podríamos definir a Sandra como “la mujer fatal” en un thriller moderno, en un thriller de unos casi niños, y es fatal porque es una mujer nueva, distinta, propietaria de sus decisiones. Y sin embargo, David es el hombre que cae en la pasión que le lleva al sacrificio, a la autodestrucción y finalmente a la muerte.

(*): Manuel Gómez Pereira es uno de los más importantes comediógrafos del cine español en las últimas décadas. Suyos son éxitos comerciales como "Reinas", "El amor perjudica seriamente la salud", "Boca a boca", "¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?" o "Salsa rosa". "El juego del ahorcado", protagonizada por Clara Lago y Alvaro Cervantes y coescrita por el propio Gómez Pereira junto a Salvador García Ruiz, se estrena este viernes en España.