Victoria Abril enfrenta los malos efectos de la madurez en "Mejor que nunca"
- por © Redacción-NOTICINE.com
Esta semana se estrenará en España la comedia femenina "Mejor que nunca", de la catalana Dolores Payás, coproducción hispano-italo-francesa en la que Victoria Abril interpreta a una mujer que debe enfrentarse a la menopausia, el abandono de su esposo y la incomprensión de su hija... siendo capaz de sobrevivir a todo ello y salir victoriosa del lado más oscuro de la madurez. A su lado, la italiana Anna Galiena y el mexicano Enrique Rocha.
Abril es Isabel, una mujer en la cuarentena cuyo marido se ha enamorado y la abandona por una chica que podría ser su hija. Por la misma puerta se cuelan los primeros sofocos de la menopausia. Mientras su ginecólogo le receta hormonas y que tenga una vida sexual activa (justo ahora que no tiene con quien...) su hija, fanática psicoterapeuta carente por completo de sentido del humor, se empeña en que se someta a una terapia tras otra. Pero Isabel no está dispuesta a ser condescendiente y ante tanto disparate junto hace lo único que puede hacer una mujer inteligente: dejarse de tonterías y remilgos, disfrutar de la vida y embarcarse en cualquier aventura que el destino le proponga. Y en este caso, el destino adopta la forma de un excéntrico y sexy maduro caballero llegado de ultramar...
Payás considera que "Mejor que nunca" es "un alegato en defensa de la libertad, el humor, la alegria de vivir y el sexo festivo", pero sobre todo no una comedia romántica al uso. "Me agrada pensar que esta película es una comedia feminista asertiva; en la que la mujer menopáusica es presentada, no como una víctima quejumbrosa y desgraciada, sino como una alegre y energética hembra en pleno uso de su libertad y su derecho a disfrutar de la vida como mejor se le acomode", asegura la directora y guionista, que debutó hace diez años con "Me llamo Sara".
"La protagonista de esta historia -ha dicho Victoria Abril-, es una mujer inteligente, pragmática y realista que llega al climaterio sin darse cuenta. Su trabajo la mantiene activa. Su marido la deja, su hija la marea pero, al igual que yo –en esto nos parecemos–, es una mujer inasequible al desaliento. Y en medio de este mal humor encuentra ese gran inesperado regalo de la vida: un encantador, pícaro y experimentado amante mexicano que va a darle vigencia a su sexualidad".
Payás reconoce que la actriz madrileña, amiga personal, fue clave en la puesta en marcha de este proyecto: "Es un torbellino de energía y potencia, colaboradora generosa a más no poder. Trabajadora incansable, aporta todo lo que sabe -y es muchísimo- entregándose al proyecto sin fisuras ni reservas, sin complejos ni pudores. Cierto que también es muy crítica, exigente, puntillosa y poco complaciente. Pero justo es que sea así pues pide exactamente en la misma medida que da. No hay doblez ni tontería alguna en ella, creo que es una de las personas menos cursis que conozco (bendita sea, cuanto se lo agradezco). Yo la definiría como el principio de la realidad hecho carne".
Abril es Isabel, una mujer en la cuarentena cuyo marido se ha enamorado y la abandona por una chica que podría ser su hija. Por la misma puerta se cuelan los primeros sofocos de la menopausia. Mientras su ginecólogo le receta hormonas y que tenga una vida sexual activa (justo ahora que no tiene con quien...) su hija, fanática psicoterapeuta carente por completo de sentido del humor, se empeña en que se someta a una terapia tras otra. Pero Isabel no está dispuesta a ser condescendiente y ante tanto disparate junto hace lo único que puede hacer una mujer inteligente: dejarse de tonterías y remilgos, disfrutar de la vida y embarcarse en cualquier aventura que el destino le proponga. Y en este caso, el destino adopta la forma de un excéntrico y sexy maduro caballero llegado de ultramar...
Payás considera que "Mejor que nunca" es "un alegato en defensa de la libertad, el humor, la alegria de vivir y el sexo festivo", pero sobre todo no una comedia romántica al uso. "Me agrada pensar que esta película es una comedia feminista asertiva; en la que la mujer menopáusica es presentada, no como una víctima quejumbrosa y desgraciada, sino como una alegre y energética hembra en pleno uso de su libertad y su derecho a disfrutar de la vida como mejor se le acomode", asegura la directora y guionista, que debutó hace diez años con "Me llamo Sara".
"La protagonista de esta historia -ha dicho Victoria Abril-, es una mujer inteligente, pragmática y realista que llega al climaterio sin darse cuenta. Su trabajo la mantiene activa. Su marido la deja, su hija la marea pero, al igual que yo –en esto nos parecemos–, es una mujer inasequible al desaliento. Y en medio de este mal humor encuentra ese gran inesperado regalo de la vida: un encantador, pícaro y experimentado amante mexicano que va a darle vigencia a su sexualidad".
Payás reconoce que la actriz madrileña, amiga personal, fue clave en la puesta en marcha de este proyecto: "Es un torbellino de energía y potencia, colaboradora generosa a más no poder. Trabajadora incansable, aporta todo lo que sabe -y es muchísimo- entregándose al proyecto sin fisuras ni reservas, sin complejos ni pudores. Cierto que también es muy crítica, exigente, puntillosa y poco complaciente. Pero justo es que sea así pues pide exactamente en la misma medida que da. No hay doblez ni tontería alguna en ella, creo que es una de las personas menos cursis que conozco (bendita sea, cuanto se lo agradezco). Yo la definiría como el principio de la realidad hecho carne".