Balance 2009: mucho cine de y en Cuba

por © NOTICINE.com
Confraternizando con los soviéticos, en 'Lisanka'
Confraternizando con los soviéticos, en 'Lisanka'
Por Frank Padrón

El año que partió significó para el cine cubano nuevos y significativos retos, por cuanto la crisis mundial junto a las dificultades internas invitaban al cruce de brazos, pero como ha ocurrido siempre, nuestros cineastas, actores, técnicos y productores por el contrario, echaron a andar, a trabajar, decididos a que una de nuestras manifestaciones artísticas más  significativas siguiera adelante.

Justamente el año despertó con una efemérides que nos acompañaría durante los siguientes 12 meses, y la cual se ha estado celebrando con la energía y el júbilo que merece: los 50 años de creado el ICAIC, como se sabe, institución madre del cine cubano; ciclos, retrospectivas, exhibiciones especiales, han constituido las velas del cumpleaños, comenzando por un extenso panorama que hasta marzo llevó a la sala Chaplin de la Cinemateca de Cuba los más significativos títulos de la producción nuestra hasta 1978, en todos los géneros.

También en los días iniciales de 2009 se estrenó la aplaudida comedia cubana (que ya había tenido un primer contacto con el público en el Festival de diciembre) "El cuerno de la abundancia", de Juan C. Tabío ("Lista de espera"), cuya andadura internacional no ha sido menos exitosa, con galardones significativos en festivales tan importantes como Cartagena de Indias y Mar del Plata, que ha sido el más reciente.

Febrero nos sorprendió gratamente con otro film del patio: "Los dioses rotos", ópera prima de Ernesto Daranas, que conoció análoga recepción en el certamen latinoamericano; los que no la habían visto disfrutaron entonces de una obra madura y sugerente. Además, contamos con un evento de gran poder de convocatoria especialmente entre los jóvenes de todo el país: la Muestra de Nuevos Realizadores, que una vez más nos acercó a cortos y largos, animados y documentales realizados por noveles cineastas.

Marzo fue escenario de cuatro documentales que justamente versaban sobre la fecha redonda del ICAIC: el cineasta Jorge Luis Sánchez ("El Benny") se encargó de su dirección; el mismo mes fue marco de otro aplaudido estreno, esta vez en el campo de la ficción; "Ciudad en rojo", debut en el género de la hasta entonces documentalista Rebeca Chávez, quien trasladaba la novela de José Soler Puig "Bertillón 166", en torno al clima de violencia en los días finales de la dictadura batistiana en 1959.  

Pero si ello ocurrió a finales de ese mes, fue en el próximo (abril) que ocurrió su estreno comercial, el cual prolongó el inicial espaldarazo del público. También vio la luz el documental "Una historia en blanco y negro", de Gloria Argüelles sobre el técnico de laboratorio Restituto Lasa, Tuto.

Mayo descorrió sus cortina con el film largamente gestado de Enrique Pineda Barnet ("La Bella del Alhambra") "La Anunciación", engalanado por un elenco de primera  que encabezaron Verónica Linn, Broselianda Hernández y Héctor Noas.  Seguía filmándose el film "Lisanka", de Daniel Díaz Tórres ("Alicia en el pueblo de maravillas"), sobre relaciones soviético-cubanas durante la Crisis de los Misiles, que en junio entró en su definitiva fase de postproducción.

Julio puso a disposición de los admiradores de ese gran actor llamado Salvador Wood el documental "Salvador de Cojímar", del debutante Ernesto Sánchez Valdés. Tanto este mes como el no menos vacacional agosto, generaron otro ciclo en homenaje a los 50 años del ICAIC, con otros tantos títulos internacionales considerados clásicos del cine realizados en los años 50 y 60 y exhibidos en Cuba por esos años,  que iluminaron la pantalla del Multicine Infanta.

Pero agosto trajo mucho más: los inicios en la producción de "Martí, el ojo del canario", de Fernando Pérez ("Suite Habana") en torno a la adolescencia del Apostol de la independencia de Cuba, destinado a la serie de TV española “Libertadores”. Además, se dieron a conocer dos nuevos documentales cubanos: "¿Grandes Ligas?", de Ernesto Pérez Zambrano, en torno nada menos que a... mujeres "peloteras" y "Esperando entodavía", de Adriana F. Castellanos sobre un curioso campesino serrano: El Mocho.

Siguiendo en el género, septiembre nos regaló nuevas muestras del laborioso Jorge Luis Sánchez, con mucho del material que le quedaba en archivo cuando rodó su ópera prima: justamente sobre el Bárbaro del Ritmo pudimos disfrutar de toda una serie en cuatro capítulos: "Lajas mi rincón querido", "Dos ciudades que son como hermanas", "Qué banda tiene Ud." y "Te quedarás". Mientras, Gerardo Chijona ("Un paraíso bajo las estrellas") se enredaba en el rodaje de su próximo film: "Boletos al paraíso", ubicado en la Cuba de 1963 y partiendo de dos testimonios reales.

Octubre es un mes significativo por cuanto alrededor del día 20 (Día de la Cultura Nacional) se organiza como es sabido toda una jornada muy intensa. Justamente esa fecha fue la elegida para estrenar "El premio flaco", en la que su director, Juan Carlos Cremata ("¡Viva Cuba!") parte del drama teatral homónimo de Héctor Quintero a estrenarse luego de modo generalizado durante el festival latinoamericano, en el cual concursó.

Por último, noviembre debutó con la buena nueva de que a partir de este mes, todos los jueves en la sala 23 y 12 hay una cita con el cine cubano de la Revolución, iniciativa que, a propósito, está teniendo muy buena acogida en el más diverso público. Se anunció también, mediante una conferencia de prensa, que los dos actores protagónicos de la mítica "Fresa y chocolate" (Titón/Tabío): Jorge Peruogorría y Vladimir Cruz, se reúnen de nuevo, delante y detrás de las cámaras (pues además dirigirán) en la adaptación de una novela de Reynaldo Montero: Música de cámara, que como película se titulará "Afinidades".

Como si esto fuera poco, se dieron a conocer varios nuevos documentales: "El despertar de un sueño" (en torno al ballet "La bella durmiente", por el Ballet Nacional de Cuba) de Luis Ernesto Doñas, y para no abandonar el arte del baile, "Vida y danza de Cuba", de Verónica Tennant, un recorrido por la historia de la compañía femenina de baile flamenco Lizt Alfonso, fue otro de los agradables regalos de noviembre.

Tres títulos de Marina Ochoa fueron muy bien recibidos: "Amor", "Las plumas del vuelo del águila" y "La gracia perpetua", los cuales, con los poetas Cintio Vitier y Fina García Marruz como testimoniantes, abordan aspectos medulares de nuestra literatura y nuestra cultura en general. También se presentó el animado "20 años", de Bárbaro Joel Ortiz, inspirado en la célebre habanera de María Teresa Vera.

Siguiendo en la música, el homenaje a una orquesta emblemática de la música bailable, Los Van Van, tuvo su premiére el día 28 en el Chaplin: "Eso que anda", de Ian Padrón ("Fuera de liga").

Como vemos, 2009 ha sido un año intenso y laborioso para el cine cubano, a tono con las cinco décadas del ICAIC que con él celebramos. Esperemos que  este 2010 prosiga con este ritmo y tan prometedora cosecha.