Rusia en la Habana, también desde el cine

por © Frank Padrón (Cuba)-NOTICINE.com
'La guerra y la paz'
'La guerra y la paz'
La invasión de literatura rusa (y soviética) que –en tanto que huésped honorífico— tendrá lugar durante la Feria Internacional del Libro a celebrarse en la Habana durante el mes en curso, permitirá también, por extensión, recibir muchos de los tesoros cinematográficos que esa gran nación nos entregara en el pasado.

Para quienes afortunadamente disfrutamos entonces esa producción  sin continuum –otras son las circunstancias, el mundo, el país y por ende, el cine— será una oportunidad maravillosa de revisitar , recordar, apreciar desde otra perspectiva; los más jóvenes tendrán ante sí, por vez primera, un cine que respondía a coordenadas para siempre superadas.

Aunque la selección que pasará el Multicine Infanta del 12 al 27 de febrero tuvo como objetivo –en consonancia con el megaevento literario— programar films basados en narraciones mayoritariamente de siglos anteriores, de cualquier manera los criterios de producción, realización dirección de arte e incluso actuación son  bien diferentes a, por ejemplo, esas mismas obras desde lecturas hollywoodenses.

Lo cierto es que el Ciclo "Clásicos basados en obras literarias" nos remitirá tanto a esas páginas imborrables como a las singulares maneras en que, una vez, décadas atrás, las recreó la pantalla grande a través de su única productora estatal (Mosfilm) en la extinta Unión Soviética, léase socialismo real.

Descorre las cortinas una de las piezas más conocidas de la época, "La Guerra y la paz", (1965-7) como quiera que partía de la célebre novela de León Tolstoi: rodada en 4 partes que dirigió el también actor Sergei Bondarchuk, conquistó en 1968 el Oscar al mejor filme no hablado en inglés. Sus escenas de batalla (la de Borodino o el incendio de Moscú en 1812) se rodaron con la participación activa del ejército y un regimiento de caballería especialmente creado para la ocasión.

Reconstrucción epocal y ambiental meritorias, hondura psicológica en los personajes y recreación de muchos de los ideologemas que plasmó en su obra maestra el célebre novelista, más algunas actuaciones inolvidables nos hacían perdonarle la irregularidad de las directrices narrativas en sus 4 segmentos, la rigidez y el academicismo de la puesta en pantalla , a veces demasiado retórica.

"Nido de Hidalgos" (1969) de uno de los grandes cineastas de entonces (quien sigue en activo), Andréi Mijálkov Konchalovski ("El lustre") se basa por su parte en otro grande de las letras rusas decimonónicas: Andréi Turgenev; triángulo amoroso que trasunta a la vez las complejas relaciones familiares y sociales  de la aristocracia rural, exhibe la reciedumbre estética y la sólida mano de su realizador.

No podía estar ausente de este panorama el hermano de Andréi, Nikita Mijalkov ("12") quien en su "Pieza inconclusa para piano mecánico" (1977) incorporó a la gran pantalla otro indispensable de la narrativa decimonónica: Antón Chéjov, lanzando una mirada tan vasta como intensa a la variada tipología que formó la alta sociedad en ese minuto histórico, con una corrosividad y una ironía que no se extravió, al contrario, en el trasvase artístico.

De este afamado narrador apreciaremos igualmente "La Dama del perrito" (1960, Iosif Heifits), otra historia de amor imposible resuelta a nivel fílmico con sutileza y elegancia análogos al original libresco. Como se plasma en el programa de mano que acompaña el ciclo, la versión "tiene algo de la acuarela de Chejov y Bunin en la literatura, y de la estética de los sexagésimos en el cine: la marchitez de los tintes, sonidos suavizados, el tímido punteado de la trama"  

De seguro el escritor ruso más contemporáneo, más leído en la actualidad (aún viviendo en el siglo XIX): Fiodor Dostoievski , aparece representado con uno de sus títulos emblemáticos:"Crimen y castigo" (con decenas de versiones fílmicas en todos los tiempos y países, incluyendo el Japón), esta vez desde el estilo de Led Kulidzhanov, quien en 1970 sintetizó en dos partes, con fidelidad y conocimiento de causa la tragedia de la culpa y el perdón, el pecado y la redención, la pobreza y la paz interior que tanto obsesionaron al escritor en vida, y plasmó en muchos de sus libros.

Pero el siglo XX y sus escritores soviéticos, algunos de los cuales trascendieron los límites de su país, están también presentes. El más conocido y admirado de ellos (Bulgákov, el de "El maestro y Margarita") llega ahora en "El vuelo" (1970) , de los cineastas Alov y Naúmov; cinta bélica, dentro de las muchas que se hicieron por la cinematografía soviética, y que se ubica en los días finales de la guerra Civil tras la invasión del Ejército Rojo a Crimea.

Otra de guerra es "El Don apacible", según la novela homónima del Premio Nobel Mihail Shólojov y llevada a la pantalla en tres partes por Sergei Gerasimov en 1958: toda una epopeya de Rusia a inicios del siglo XX, la Primera Guerra Mundial y la Revolución, (con admirables escenas bélicas) , magma trágico donde se desarrolla la historia personal del protagonista, Grigori Melejov. 

Tempranos relatos de Máximo Gorki ("La madre")  alimentaron el texto fílmico "Los gitanos van al cielo", de Emil Lotyanu  muy bien recibida en su momento de estreno (1976): el campamento de este peculiar grupo étnico en la aldea Besarabia en la segunda mitad del siglo XIX (suburbio provincial del Imperio austrohúngaro) sirve de marco a historias de amor cruzadas y relatadas con lirismo, sensibilidad y belleza, huyendo del folclorismo y la postal al uso.

Por último, "Romanza cruel" (1984) parte de la obra teatral de A. Ostrovsky "La muchacha sin dote" y es una tragedia moderna concebida con toda la fuerza, el dolor y la poesía del alma rusa.
Habrá también, para la segunda mitad de la Feria del libro un ciclo con filmes rusos contemporáneos, pero esto, claro motivará en su momento otro comentario.