El actor español Miguel Rellán recibirá premio-homenaje en el festival de Islantilla

por © Islantilla Cineforum-NOTICINE.com
Miguel Rellán
Miguel Rellán
Miguel Rellán, un actor generalmente de reparto, pero imprescindible en el panorama del cine español en las últimas décadas, recibirá este sábado el Premio 'Luis Ciges', por toda su trayectoria, en la clausura del festival de cortos al aire libre Islantilla Cinefórum, que se ha desarrollado en esta localidad turística andaluza. Habitual en el cine de José Luis Garci, pero también recordado por sus papeles para Berlanga, Pilar Miró, Saura, Colomo, Cuerda o Borau, Rellán está feliz de este homenaje con el nombre de un compañero entrañable, que como él rara vez alcanzó el honor protagónico.

- ¿Qué significa para Miguel Rellán recibirr un premio con el nombre de un colega como fue Luis Ciges?

Significa que hayan pensado en mí como merecedor de un premio que lleva el nombre de un gran actor, gran amigo y gran persona, un ser verdaderamente excepcional del que guardo un cariño enorme y un tierno recuerdo. Estoy muy agradecido porque Islantilla vincule mi nombre con el de una figura como la de Luis Ciges, a la que tengo un profundo respeto como compañero
y como profesional.

- Compartieron muchos momentos juntos trabajando delante de las cámaras...
No sabría precisar exactamente cuándo nos conocimos Luis y yo, ni en cuántas ocasiones coincidimos trabajando juntos. Lo que sí puedo decir es que desde el primer momento conectamos, hubo química, entendimiento entre los dos. Detrás de su aspecto aparentemente ausente, despistado, reposaba una mente tremendamente inteligente y culta. Era un hombre multidisciplinar, que devoraba todo libro que caía en sus manos, independientemente de su materia: psiquiatría, historia, derecho, … Y eso se percibía fácilmente cuando mantenías una conversación con él.

- ¿Qué personaje recuerda usted con especial cariño después de tantos años de trabajo en el cine español, la televisión o el teatro?
Sin duda, y como casi todo en la vida, creo que aquellos que han supuesto un mayor reto, una mayor dificultad. Cuando el tiempo pasa, uno olvida la parte negativa de la vivencia y perdura sólo lo bueno, lo que has crecido con esa vivencia. En mi caso tengo un especial recuerdo de mi trabajo en la obra de teatro "Amadeus", y en cine podría destacar la grata sensación que me evoca el rodaje de "El juego más divertido", de Emilio Martínez-Lázaro. Por lo demás, son tantos trabajos y tan dispares que a veces resulta difícil decantarse por uno. También es cierto que cuando te encuentras inmerso en un proyecto no siempre eres consciente del todo de la repercusión que va a tener en tu carrera. Un ejemplo es "Amanece que no es poco" (1988), de José Luis Cuerda, de cuyo rodaje recuerdo la sensación que teníamos de que nos iban a echar del país a todos, habiéndose convertido con los años en un film de culto. Esta profesión tiene esas cosas.

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