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¿Qué tiene que ver un western crepuscular que se desarrolla en Bolivia, con uno de los mítificados ladrones del Oeste, con la realidad española de 2011? Según el guionista y director Mateo Gil, mucho. En declaraciones exclusivas a NOTICINE.com, el íntimo colaborador de Alejandro Amenábar avanza el mensaje de su nuevo trabajo, "Blackthorn" (estreno el 1 de julio), que relaciona con los dilemas más actuales de una sociedad en crisis, pero no sin esperanza.

-"Blackthorn" es un proyecto que usted asumió tras varios años dedicado a montar una nueva versión del clásico latinoamericano "Pedro Páramo", que se frustró. ¿Que ocurrió realmente?
Era una película muy cara, para ser rodada en castellano en lugar de en inglés, y digamos que no era de vocación comercial, para salas de público adolescente, si quieres... Era una película de época, literaria. La parte española de la financiación estaba cubierta, pero lo que nos falló fue el soporte mexicano. No sabemos qué fue, pero no salió. Ojalá pudieramos reflotarlo alguna vez, porque fue un proyecto soñado durante años. Creo que hubiera sido una buena película.

- El western ha sido tradicionalmente un género perfecto como vehículo para el planteamiento de dilemas morales y sentimientos humanos extremos. ¿Qué hay de eso en "Blackthorn"?
El western tiene una faceta política muy clara, que para mí era uno de los mayores atractivos. Basicamente, porque es un género histórico que durante años nos contó el nacimiento y el crecimiento de una nación, y por ello constantemente está lidiando con problemas éticos y políticos, porque refleja la relación del individuo que se establece en un entorno nuevo, relaciones con ese entorno y las demás personas. El espectador entiende donde está el problema y cual es la decisión que el personaje debe adoptar. Eso me parece pertinente en estos días en que nos enfrentamos a un montón de cosas, que a pesar del embrollo y de lo complicado que puede parecer analizar la crisis, al final es solo cuestión de qué lineas morales queremos cruzar; hasta qué punto la ambición que deviene avaricia debe ser permitida en cualquier caso; hasta qué punto queremos luchar por lo nuestro en contra de lo de los demás; hasta qué punto queremos renunciar a una serie de principios por conseguir determinadas cosas. Y todo eso está planteado en "Blackthorn".

- En este tiempo de aguda crisis española, surge el movimiento 15M que exige una Democracia real y una independencia de la política frente al dinero y "los mercados". ¿Cuál es su opinión sobre él como cineasta comprometido?
Mi opinión es muy favorable en la medida en que refleja un descontento y una conciencia de la ciudadanía sobre lo que está ocurriendo. Lo que más me gusta del movimiento es el mensaje que está quedando claro, de que aunque parece que no nos enteramos, sí nos estamos enterando de que nos engañais. Parecía que el discurso oficial estaba logrando ocultar el hecho de que las grandes corporaciones económicas y financieras estaban manipulando el poder político desde las instituciones europeas, lo que es evidente. Y resulta que no, que sí que nos damos cuenta. Eso también ocurre en Estados Unidos. Una de las películas más interesantes que he visto últimamente es el documental "Inside job", no porque no supiera casi todo lo que cuenta, sino porque está muy bien ordenado y me llamó mucho la atención ese momento en que te das cuenta de que el equipo económico de Obama es el mismo de Bush, o sea el que nos llevó a la crisis. Me parece espeluznante. Es decir: tienen el control. No importa quien gobierne, y eso es aterrador...

- Creo interpretar que su impresión sobre la situación es bastante pesimista...
No del todo. La llegada de la crisis ha hecho despertar muchas conciencias y por eso ha frenando una tendencia fascistoide que se estaba despertando en Europa, aunque no lo ha hecho del todo. Hay partidos claramente xenófobos que están llegando al poder y asustan mucho, y de hecho en España está arrasando politicamente la derecha, y eso da mucho miedo. Pero, de alguna manera, ha levantado una conciencia acerca de ciertos peligros, por ejemplo lo que significa una Democracia como la italiana, en la que los medios de comunicación y las empresas tienen demasiado control sobre la política, en términos alarmantes. Eso está pasando en toda Europa, no solo en Italia. Pero el solo hecho de que nos haga más conscientes es muy bueno. Vamos a ver por donde van los tiros, pero yo sentía que esta última década estaba siendo muy peligrosa, no tan lejos de la de los años 20, que acabó también con un crack, con la crisis económica y luego la II Guerra Mundial. Me da mucho miedo el regreso del fascismo. Una de las pancartas que mas me gusta del movimiento 15M es la que dice: "Lo llaman crisis cuando es una estafa". Y es que es literalmente eso... Todas las soluciones que se aducen desde arriba, desde la Unión Europea, son recortes sociales, cuando eso nunca ha sido la solución para una crisis. Como si esta crisis ya fuera la excusa perfecta para recortar todos los derechos y seguir ganando dinero con vistas muy cortas... La avaricia a corto plazo, aún a riesgo de cargarse su propia gallina de los huevos de oro. Y es que es posible que esto estalle por una cortedad de miras. Porque todavía se puede venir el sistema abajo. Lo de la crisis griega da mucho miedo, ya que se puede desmoronar toda la estructura del euro. Asusta...

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