Crítica: "Un ovni sobre mi cama", amor robot
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Juan Pablo Russo
El género fantástico es uno de los menos explotados dentro de cine argentino, aunque no por eso debe ser considerado menor. "Un ovni sobre mi cama", de Pablo Oliveiro (2010) es una apuesta atractiva que debe ser tenida en cuenta a pesar de los altibajos que posee. Un presente en el que la cibertecnología nos gobierna, la ciudad está sitiada y controlada por robots y los extraterrestres son iguales a los humanos es la idea central del nuevo opus de Oliverio ("Puto", 2006) que combina ciencia ficción argento con una historia de amor gay.
A pesar del exceso de metraje –innecesarios 120 minutos- y de ciertas historia paralelas que carecen de sentido y no hacen más que desvirtuar el eje central, "Un ovni sobre mi cama" tiene méritos propios que lo hace recomendable.
Oliverio trabaja como si la película fuera un collage y combina diferentes elementos y texturas para entregar un trabajo digno a pesar del bajo presupuesto con el que se nota que contó. Según sus propias palabras se utilizaron todo tipo de materiales encontrados en la calle para realizar el arte y a pesar de que esto puede resultar un dato menor se nota un especial cuidado en cada uno de los detalles con el agregado de como si se sabe utilizar la “nada” se puede hacer mucho.
Otro punto para destacar es el de los efectos visuales y la animación. Queda claro que se hizo lo que pudo, pero pudieron haberlo hecho mal y en ese sentido también se cuidó la estética de manera minuciosa. Hay distancias abismales con películas de mayores presupuestos pero desde lo visual el producto terminado es más que decente y elogiable.
Actoralmente hay un trabajo desde la improvisación con dos personajes centrales que llevan adelante una historia paralela en la que el homoerotismo se encuentra presente de manera constante, representada en la ambigüedad de los diálogos como en los planos generales y largos en los que aparecen totalmente desnudos.
La historia crecería si se compactara más y no se desvirtuará tanto el conflicto hacia lo secundario y es ahí según nuestra opinión en donde se produce la falla narrativa o al menos hace que decaiga el interés. Pero a pesar de esto es indudable el buen tino de Oliverio para crear un mundo ficticio entramando géneros y los más variados elementos cinematográficos que hablan de su crecimiento personal como director y de la capacidad para entregar un trabajo decoroso a pesar de contar con poco.
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El género fantástico es uno de los menos explotados dentro de cine argentino, aunque no por eso debe ser considerado menor. "Un ovni sobre mi cama", de Pablo Oliveiro (2010) es una apuesta atractiva que debe ser tenida en cuenta a pesar de los altibajos que posee. Un presente en el que la cibertecnología nos gobierna, la ciudad está sitiada y controlada por robots y los extraterrestres son iguales a los humanos es la idea central del nuevo opus de Oliverio ("Puto", 2006) que combina ciencia ficción argento con una historia de amor gay.
A pesar del exceso de metraje –innecesarios 120 minutos- y de ciertas historia paralelas que carecen de sentido y no hacen más que desvirtuar el eje central, "Un ovni sobre mi cama" tiene méritos propios que lo hace recomendable.
Oliverio trabaja como si la película fuera un collage y combina diferentes elementos y texturas para entregar un trabajo digno a pesar del bajo presupuesto con el que se nota que contó. Según sus propias palabras se utilizaron todo tipo de materiales encontrados en la calle para realizar el arte y a pesar de que esto puede resultar un dato menor se nota un especial cuidado en cada uno de los detalles con el agregado de como si se sabe utilizar la “nada” se puede hacer mucho.
Otro punto para destacar es el de los efectos visuales y la animación. Queda claro que se hizo lo que pudo, pero pudieron haberlo hecho mal y en ese sentido también se cuidó la estética de manera minuciosa. Hay distancias abismales con películas de mayores presupuestos pero desde lo visual el producto terminado es más que decente y elogiable.
Actoralmente hay un trabajo desde la improvisación con dos personajes centrales que llevan adelante una historia paralela en la que el homoerotismo se encuentra presente de manera constante, representada en la ambigüedad de los diálogos como en los planos generales y largos en los que aparecen totalmente desnudos.
La historia crecería si se compactara más y no se desvirtuará tanto el conflicto hacia lo secundario y es ahí según nuestra opinión en donde se produce la falla narrativa o al menos hace que decaiga el interés. Pero a pesar de esto es indudable el buen tino de Oliverio para crear un mundo ficticio entramando géneros y los más variados elementos cinematográficos que hablan de su crecimiento personal como director y de la capacidad para entregar un trabajo decoroso a pesar de contar con poco.
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