Llega a cines colombianos "Pequeñas voces", primera producción nacional en 3D
- por © Corresponsal (Colombia)-NOTICINE.com
El cine colombiano está en pleno desarrollo y en un imparable crecimiento. Se trata de una herramienta de primer nivel para cambiar la imagen del país en el extranjero. Sin embargo, no siempre esas películas acaban de lograr la difusión que muchas merecen en su propio país. Ahora, con el estreno de "Pequeñas voces", existe la posibilidad de que una película colombiana, la primera producida en 3D, logré conectar con un público mayoritario además de triunfar en festivales y disfrutar de buenas ventas internacionales.
Este film animado, dirigido por Jairo Carrillo y Oscar Andrade, que muestra que es posible alcanzar algo tan poco habitual como combinar las ideas, el talento e incluso el arte de los niños con los de los adultos, y obtener un resultado interesante para ambos, se encuentra desde este viernes en más de 80 salas comerciales colombianas, de las que la mayoría son 3D.
El origen del film está en los recuerdos y fantasías de niños colombianos desplazados por la guerra civil no declarada que asola zonas del país desde hace décadas. Esos pequeños (de 8 a 13 años de edad) crecieron en medio de la violencia y a través de sus dibujos y testimonios nos revelan cómo perciben su realidad, las historias de cuatro de ellos han sido ilustradas y animadas teniendo como base los dibujos originales de los niños.
"Yo fui -explica Carrillo en una entrevista con la web de ACNUR- profesor de universidades y colegios de Inglaterra por 8 años. Allá hacía muchas animaciones y talleres con los niños ingleses, quienes viven una realidad completamente diferente a la de los pequeños colombianos. Después de esta experiencia sentí que era necesario contar la realidad de nuestros niños, por lo cual decidí devolverme para Colombia a trabajar este tema y realizar la película. Cuando uno vive fuera del país por mucho tiempo ama mucho más esta tierra, y por eso le duele más cualquier cosa que pasa acá".
Así, el cineasta primero hizo un corto del mismo título, producido en 2003, y luego se lanzó a convertirlo en largometraje. De toda esa epoca de investigación y selección de historias personales, Jairo Carrillo destaca como elemento común la nostalgia de los niños desplazados por el ambiente natural en el que vivían.
"El amor a la naturaleza -subraya- es muy importante: como ven a sus animales como seres con alma y el estrecho vínculo con la naturaleza se siente en todos ellos, pues extrañan mucho el juego con los animales y su convivencia. El simple hecho de coger una fruta de un árbol sin tener que pagarla, o la libertad de nadar en un río, es algo que ellos aman gracias a la libertad de movimiento. Otra cosa que percibí es que la violencia se ha "cotidianizado" en nuestra gente. Hay un alto grado de tolerancia a lo que pasa y creo que esto es muy difícil para un país, que la violencia no se dimensione lo suficiente y no se entienda en realidad cómo afecta a los niños. Así mismo, es visible en los relatos de los pequeños que, pase lo que pase, lo único que no los deja desmoronarse es la familia, lo único que les queda son sus hermanos o mamás lo que los mantiene unidos. Y por último, que es lo más bonito, es que los niños siempre mantienen esperanza de que esto va a mejorar. Ellos pueden perder todo pero la esperanza nunca la pierden".
Carrillo quiere huir de las etiquetas y considera que la mayoría del público, casi de cualquier edad, puede apreciar su cinta: "Es un film que es para reflexionar en familia. No es una película para niños menores de 7 años, es para las personas que ven algo en el noticiero y les duele el país...".
Desde que se presentara en Venecia, dentro de las Jornadas de los Autores, el año pasado, "Pequeñas voces" despertó la curiosidad de compradores internacionales, y así se verá en países como Francia, México, España o Taiwan.
También ha sido elogiada por la prensa internacional. "Después de "Vals con Bashir", el género del documental animado cuenta con otro admirable representante: "Pequeñas Voces", que narra las historias verdaderas de cuatro niños colombianos desplazados por el conflicto armado que sigue azotando al país. Contada y editada de manera impactante, la película presenta una narrativa sincera y sencilla que sólo un niño podría lograr".
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Este film animado, dirigido por Jairo Carrillo y Oscar Andrade, que muestra que es posible alcanzar algo tan poco habitual como combinar las ideas, el talento e incluso el arte de los niños con los de los adultos, y obtener un resultado interesante para ambos, se encuentra desde este viernes en más de 80 salas comerciales colombianas, de las que la mayoría son 3D.
El origen del film está en los recuerdos y fantasías de niños colombianos desplazados por la guerra civil no declarada que asola zonas del país desde hace décadas. Esos pequeños (de 8 a 13 años de edad) crecieron en medio de la violencia y a través de sus dibujos y testimonios nos revelan cómo perciben su realidad, las historias de cuatro de ellos han sido ilustradas y animadas teniendo como base los dibujos originales de los niños.
"Yo fui -explica Carrillo en una entrevista con la web de ACNUR- profesor de universidades y colegios de Inglaterra por 8 años. Allá hacía muchas animaciones y talleres con los niños ingleses, quienes viven una realidad completamente diferente a la de los pequeños colombianos. Después de esta experiencia sentí que era necesario contar la realidad de nuestros niños, por lo cual decidí devolverme para Colombia a trabajar este tema y realizar la película. Cuando uno vive fuera del país por mucho tiempo ama mucho más esta tierra, y por eso le duele más cualquier cosa que pasa acá".
Así, el cineasta primero hizo un corto del mismo título, producido en 2003, y luego se lanzó a convertirlo en largometraje. De toda esa epoca de investigación y selección de historias personales, Jairo Carrillo destaca como elemento común la nostalgia de los niños desplazados por el ambiente natural en el que vivían.
"El amor a la naturaleza -subraya- es muy importante: como ven a sus animales como seres con alma y el estrecho vínculo con la naturaleza se siente en todos ellos, pues extrañan mucho el juego con los animales y su convivencia. El simple hecho de coger una fruta de un árbol sin tener que pagarla, o la libertad de nadar en un río, es algo que ellos aman gracias a la libertad de movimiento. Otra cosa que percibí es que la violencia se ha "cotidianizado" en nuestra gente. Hay un alto grado de tolerancia a lo que pasa y creo que esto es muy difícil para un país, que la violencia no se dimensione lo suficiente y no se entienda en realidad cómo afecta a los niños. Así mismo, es visible en los relatos de los pequeños que, pase lo que pase, lo único que no los deja desmoronarse es la familia, lo único que les queda son sus hermanos o mamás lo que los mantiene unidos. Y por último, que es lo más bonito, es que los niños siempre mantienen esperanza de que esto va a mejorar. Ellos pueden perder todo pero la esperanza nunca la pierden".
Carrillo quiere huir de las etiquetas y considera que la mayoría del público, casi de cualquier edad, puede apreciar su cinta: "Es un film que es para reflexionar en familia. No es una película para niños menores de 7 años, es para las personas que ven algo en el noticiero y les duele el país...".
Desde que se presentara en Venecia, dentro de las Jornadas de los Autores, el año pasado, "Pequeñas voces" despertó la curiosidad de compradores internacionales, y así se verá en países como Francia, México, España o Taiwan.
También ha sido elogiada por la prensa internacional. "Después de "Vals con Bashir", el género del documental animado cuenta con otro admirable representante: "Pequeñas Voces", que narra las historias verdaderas de cuatro niños colombianos desplazados por el conflicto armado que sigue azotando al país. Contada y editada de manera impactante, la película presenta una narrativa sincera y sencilla que sólo un niño podría lograr".
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