Entrevista con Isaki Lacuesta, ganador en San Sebastián: "A veces los críticos me cabrean mucho"
- por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
Acaba de obtener la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián con "Los pasos dobles", un certamen que le es próximo, entre otras cosas por sus orígenes familiares vascos. Y ello a pesar de que una nutrida parte de la crítica y la prensa no acabaron de apreciar su película. Sobre éste y otros temas NOTICINE.com dialogó en exclusiva con el catalán Isaki Lacuesta, quien en su poco más de una década tras la cámara ha realizado ya seis largos y varios cortos, sobre todo documentales "creativos", y está considerado uno de los innovadores del cine español... aunque él rechace tal descripción.
- Defíname en pocas palabras su película.
A "Los pasos dobles" yo la califico como una caja de sorpresas. Es una película de aventuras que cambia de estilo conforme va avanzando. Este trabajo se suma a otro que hicimos a la vez, el documental "El cuaderno de barro", que muestra el trabajo del pintor español Miquel Barceló, quien desde hace más de 20 años pasa largas temporadas en Mali. Las dos películas son de algún modo complementarias. Pueden verse por separado y tienen sentido pero si las ves juntas encuentras ecos, resonancias, los personajes secundarios en una secuencia son protagonistas en la otra... Hay toda una serie de elementos que las ligan y explican.
- Usted no ha escogido a Barceló como protagonista por casualidad. Su relación personal con él se remonta a años atrás...
Sí, yo le hice un retrato en 35mm y le envié el positivo para que pintara encima de la película. Y ese mismo día que le conocí me contó la historia del pintor y escritor François Augiéras, que era un poco como él, y en los años 50 y 60 decidió huir de Europa e instalarse en Africa. Es un autor muy olvidado, al que conocí gracias a Barceló y me gusta muchísimo, merece la pena redescubirlo y recuperarlo. Ese fue el punto de partida de esta película, y luego me apetecía conocer el lugar donde pinta Barceló en Mali, el país Dogon.
- Aparte del premio, que no parece haber gustado a algunos, ¿qué opina de la acogida que ha tenido la película entre la crítica?
Es tan previsible... Cada vez lo encuentro más previsible. Creo que antes de que vean la película podría decir que periódico y qué periodista de cada periódico van a decir determinada cosa. Es muy... No sé, un juego cada vez más fácil esto de los festivales. No se nota mucha diferencia entre los críticos de diarios que cubren los festivales, con los críticos de las revistas mensuales... Es muy interesante. Creo que se podría hacer una especie de zoología o taxonomía animal leyendo a los críticos. Son caricaturas de sí mismos muchas veces, ¿no?
- ¿Le condicionan de alguna manera esas críticas? ¿Las tiene en cuenta?
No, condicionarme nada... Siempre he hecho lo que querido. Pienso que el espectador es alguien muy cercano a mí. Al final haces películas pensando en amigos concretos, y luego todos somos muy parecidos. Si lo haces para dos o tres amigos, para una chica... tu mujer por ejemplo, luego se extrapola a mucha gente, porque somos todos iguales. Condicionarme por tanto nada, preocuparme tampoco, porque sé lo que va a pasar, y cabrearme... a veces me cabrean mucho, hay cosas que me sorprenden bastante. A veces son elogios y a veces críticas. Por ejemplo he arrastrado la fama de hacer cosas muy innovadoras, y me sorprende y cabrea que se olviden de cineastas capitales... Porque muchas cosas que parecen ahora muy raras en mi película ya las hacía Pasolini en los 50 o 60, y me sorprende que gente que ha visto estas películas hace años de repente no reconozcan, no sean capaces de ver que esto forma parte de una tradición muy antigua del cine... Yo no estoy inventando nada... un cine que no responde a una narrativa convencional de planteamiento, nudo y desenlace, que funcionalmente es maravillosa, y que a veces la utilizo como en "Los condenados" o mi próximo proyecto de ficción, pero otras veces no hace falta. El cine puede ser prosa, poesía, ensayo, autobiografía... muchas cosas... Lo que me molesta es cuando veo a este tipo de gente que quiere ir con burka por la vida, que el cine que no les gusta a ellos consideran que no debería existir. Y el cine tiene que ser plural. Por eso me gusta el Festival de San Sebastián, porque hay de todo... y que cada cual encuentre lo que le guste. Lo normal es que te gusten muchas cosas diferentes. Yo personalmente disfruto mucho del cine comercial de Hollywood y a la vez de películas rarísimas de amigos míos...
- Usted es un joven director con una trayectoria bastante amplia, diferentes tipos de películas aunque normalmente siempre lejos del cine que se considera comercial, y sin embargo sigue haciéndolas. ¿Se considera afortunado?
Es que las cifras de taquilla son muy engañosas, porque no recogen a los espectadores de festivales, por ejemplo, o los de televisión... "La leyenda del tiempo", por ejemplo, lleva al menos un millón de espectadores en TV solo en España. Luego se ven en diferentes países y continentes, por ejemplo en Africa, que es donde menos cine se ve. Creo que hago lo que quiero, y cuando uno hace lo que le gusta hay una mayor intensidad... ¿Cómo voy a hacer lo que no me gusta? Sería ridículo. Siempre he hecho las películas que me han apetecido... Y cada película tiene un estilo distinto porque creo que era el más adecuado a lo que ibamos a contar. Ahora tengo muchas ganas de hacer comedia. Es algo que me apetece y ya se nota en "Los pasos dobles", donde hay escenas con elementos cómicos. tengo muchas ganas de hacer comedia en televisión. Sí, también en parte por lo que dices, porque las películas, el circuíto ideal para el que están pensadas son los cines, pero ahora mismo son lugares en los que el público está bajando muchísimo, y hay que buscar otras alternativas. Internet es muy evidente. Por ejemplo, hemos estrenado el viernes pasado en salas "Los pasos dobles", y "El cuaderno de barro" el que quiera la puede ver por internet... Pensamos que también se puedan proyectar en museos y salas de arte, con un público más receptivo a otras propuestas. Tengo muchas ganas de trabajar para televisión. "La noche que no acaba" la hice para ese medio pero luego se vio también en salas. Posiblemente el año próximo haga algo sólo para televisión.
- Su cine empezó siendo sobre todo documental y poco a poco ha añadido más elementos de ficción...
Nunca me lo he planteado como una trayectoria o una línea de estilo. Mi intención es seguir haciendo documentales, ficciones, ir alternando cosas que sean intermedias... En el fondo creo que desde el principio ya estaban las ganas de hacer ficción, en el sentido de que había una preocupación por retratar la realidad, miradas y lugares concretos en un momento determinado pero a la vez me interesa muchísimo el imaginario. En eso creo mucho en lo que decía Jean Rouch, que considero uno de mis maestros, que la mejor forma de conocer una sociedad incluso desde la antropología es a través de sus sueños, del imaginario. "Los pasos dobles" posiblemente sea un retrato de Barceló hecho con esa idea. El imaginario es algo tan concreto como el apéndice o el pie izquierdo. Es algo aparentemente invisible pero yo creo que se puede filmar o plasmar. Es lo que hacía Jean Rouch cuando le pide a su personaje en el año 56 que le cuente sus sueños porque los va a filmar. Cuando hice "La leyenda del tiempo", que es una película muy asentada en la vida cotidiana, los chicos me decían todo el rato: "¿por qué no hacemos una película chula de verdad, en la que salgamos en moto, robando bancos, persiguiéndonos...". Y probablemente tenían razón... Es una película que me gustaría hacer algún día, en la que conociéramos San Fernando y cómo es esa gente a través de lo que les gustaría hacer. Y eso son "Los pasos dobles". Además los imaginarios son muy comunes... creo que yo sería capaz de reconocer el imaginario de otras personas y compartirlo.
- ¿Y sería capaz de hacerla sobre su propio imaginario personal?
Sí... en el fondo todas lo son. Las películas que he hecho se parecen mucho a mí, creo. Distintas partes de mí. No es nada evidente. Es una cosa que cada día me interesa más, hacer autobiografía a partir de cosas que no lo parezcan. Me gusta la idea de estar enmascarado, pero a partir de esa máscara o disfraz estar mostrando cómo es tu vida. Mi teoría es que igual que hay cineastas, que admiro mucho, en cuyas películas se retratan a sí mismos y son como ellos, en mi caso cada película es una especie de punto, y en el futuro alguien podrá unir todos esos puntos y ver mi cara, o mejor mi temperamento, mis estados de animos. En este aspecto creo que no es algo muy habitual, porque las películas son cada vez tan estandars que no se parecen a la gente que las hace. Y la gente que me conoce me reconoce en las mías, y yo mismo lo hago. Se parecen mucho a mí... No es casual. Aunque retrate imaginarios de otras gentes son aquellos con los que me identifico... no el imaginario de Manuel Fraga o George Bush, por esos no me interesan nada.
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- Defíname en pocas palabras su película.
A "Los pasos dobles" yo la califico como una caja de sorpresas. Es una película de aventuras que cambia de estilo conforme va avanzando. Este trabajo se suma a otro que hicimos a la vez, el documental "El cuaderno de barro", que muestra el trabajo del pintor español Miquel Barceló, quien desde hace más de 20 años pasa largas temporadas en Mali. Las dos películas son de algún modo complementarias. Pueden verse por separado y tienen sentido pero si las ves juntas encuentras ecos, resonancias, los personajes secundarios en una secuencia son protagonistas en la otra... Hay toda una serie de elementos que las ligan y explican.
- Usted no ha escogido a Barceló como protagonista por casualidad. Su relación personal con él se remonta a años atrás...
Sí, yo le hice un retrato en 35mm y le envié el positivo para que pintara encima de la película. Y ese mismo día que le conocí me contó la historia del pintor y escritor François Augiéras, que era un poco como él, y en los años 50 y 60 decidió huir de Europa e instalarse en Africa. Es un autor muy olvidado, al que conocí gracias a Barceló y me gusta muchísimo, merece la pena redescubirlo y recuperarlo. Ese fue el punto de partida de esta película, y luego me apetecía conocer el lugar donde pinta Barceló en Mali, el país Dogon.
- Aparte del premio, que no parece haber gustado a algunos, ¿qué opina de la acogida que ha tenido la película entre la crítica?
Es tan previsible... Cada vez lo encuentro más previsible. Creo que antes de que vean la película podría decir que periódico y qué periodista de cada periódico van a decir determinada cosa. Es muy... No sé, un juego cada vez más fácil esto de los festivales. No se nota mucha diferencia entre los críticos de diarios que cubren los festivales, con los críticos de las revistas mensuales... Es muy interesante. Creo que se podría hacer una especie de zoología o taxonomía animal leyendo a los críticos. Son caricaturas de sí mismos muchas veces, ¿no?
- ¿Le condicionan de alguna manera esas críticas? ¿Las tiene en cuenta?
No, condicionarme nada... Siempre he hecho lo que querido. Pienso que el espectador es alguien muy cercano a mí. Al final haces películas pensando en amigos concretos, y luego todos somos muy parecidos. Si lo haces para dos o tres amigos, para una chica... tu mujer por ejemplo, luego se extrapola a mucha gente, porque somos todos iguales. Condicionarme por tanto nada, preocuparme tampoco, porque sé lo que va a pasar, y cabrearme... a veces me cabrean mucho, hay cosas que me sorprenden bastante. A veces son elogios y a veces críticas. Por ejemplo he arrastrado la fama de hacer cosas muy innovadoras, y me sorprende y cabrea que se olviden de cineastas capitales... Porque muchas cosas que parecen ahora muy raras en mi película ya las hacía Pasolini en los 50 o 60, y me sorprende que gente que ha visto estas películas hace años de repente no reconozcan, no sean capaces de ver que esto forma parte de una tradición muy antigua del cine... Yo no estoy inventando nada... un cine que no responde a una narrativa convencional de planteamiento, nudo y desenlace, que funcionalmente es maravillosa, y que a veces la utilizo como en "Los condenados" o mi próximo proyecto de ficción, pero otras veces no hace falta. El cine puede ser prosa, poesía, ensayo, autobiografía... muchas cosas... Lo que me molesta es cuando veo a este tipo de gente que quiere ir con burka por la vida, que el cine que no les gusta a ellos consideran que no debería existir. Y el cine tiene que ser plural. Por eso me gusta el Festival de San Sebastián, porque hay de todo... y que cada cual encuentre lo que le guste. Lo normal es que te gusten muchas cosas diferentes. Yo personalmente disfruto mucho del cine comercial de Hollywood y a la vez de películas rarísimas de amigos míos...
- Usted es un joven director con una trayectoria bastante amplia, diferentes tipos de películas aunque normalmente siempre lejos del cine que se considera comercial, y sin embargo sigue haciéndolas. ¿Se considera afortunado?
Es que las cifras de taquilla son muy engañosas, porque no recogen a los espectadores de festivales, por ejemplo, o los de televisión... "La leyenda del tiempo", por ejemplo, lleva al menos un millón de espectadores en TV solo en España. Luego se ven en diferentes países y continentes, por ejemplo en Africa, que es donde menos cine se ve. Creo que hago lo que quiero, y cuando uno hace lo que le gusta hay una mayor intensidad... ¿Cómo voy a hacer lo que no me gusta? Sería ridículo. Siempre he hecho las películas que me han apetecido... Y cada película tiene un estilo distinto porque creo que era el más adecuado a lo que ibamos a contar. Ahora tengo muchas ganas de hacer comedia. Es algo que me apetece y ya se nota en "Los pasos dobles", donde hay escenas con elementos cómicos. tengo muchas ganas de hacer comedia en televisión. Sí, también en parte por lo que dices, porque las películas, el circuíto ideal para el que están pensadas son los cines, pero ahora mismo son lugares en los que el público está bajando muchísimo, y hay que buscar otras alternativas. Internet es muy evidente. Por ejemplo, hemos estrenado el viernes pasado en salas "Los pasos dobles", y "El cuaderno de barro" el que quiera la puede ver por internet... Pensamos que también se puedan proyectar en museos y salas de arte, con un público más receptivo a otras propuestas. Tengo muchas ganas de trabajar para televisión. "La noche que no acaba" la hice para ese medio pero luego se vio también en salas. Posiblemente el año próximo haga algo sólo para televisión.
- Su cine empezó siendo sobre todo documental y poco a poco ha añadido más elementos de ficción...
Nunca me lo he planteado como una trayectoria o una línea de estilo. Mi intención es seguir haciendo documentales, ficciones, ir alternando cosas que sean intermedias... En el fondo creo que desde el principio ya estaban las ganas de hacer ficción, en el sentido de que había una preocupación por retratar la realidad, miradas y lugares concretos en un momento determinado pero a la vez me interesa muchísimo el imaginario. En eso creo mucho en lo que decía Jean Rouch, que considero uno de mis maestros, que la mejor forma de conocer una sociedad incluso desde la antropología es a través de sus sueños, del imaginario. "Los pasos dobles" posiblemente sea un retrato de Barceló hecho con esa idea. El imaginario es algo tan concreto como el apéndice o el pie izquierdo. Es algo aparentemente invisible pero yo creo que se puede filmar o plasmar. Es lo que hacía Jean Rouch cuando le pide a su personaje en el año 56 que le cuente sus sueños porque los va a filmar. Cuando hice "La leyenda del tiempo", que es una película muy asentada en la vida cotidiana, los chicos me decían todo el rato: "¿por qué no hacemos una película chula de verdad, en la que salgamos en moto, robando bancos, persiguiéndonos...". Y probablemente tenían razón... Es una película que me gustaría hacer algún día, en la que conociéramos San Fernando y cómo es esa gente a través de lo que les gustaría hacer. Y eso son "Los pasos dobles". Además los imaginarios son muy comunes... creo que yo sería capaz de reconocer el imaginario de otras personas y compartirlo.
- ¿Y sería capaz de hacerla sobre su propio imaginario personal?
Sí... en el fondo todas lo son. Las películas que he hecho se parecen mucho a mí, creo. Distintas partes de mí. No es nada evidente. Es una cosa que cada día me interesa más, hacer autobiografía a partir de cosas que no lo parezcan. Me gusta la idea de estar enmascarado, pero a partir de esa máscara o disfraz estar mostrando cómo es tu vida. Mi teoría es que igual que hay cineastas, que admiro mucho, en cuyas películas se retratan a sí mismos y son como ellos, en mi caso cada película es una especie de punto, y en el futuro alguien podrá unir todos esos puntos y ver mi cara, o mejor mi temperamento, mis estados de animos. En este aspecto creo que no es algo muy habitual, porque las películas son cada vez tan estandars que no se parecen a la gente que las hace. Y la gente que me conoce me reconoce en las mías, y yo mismo lo hago. Se parecen mucho a mí... No es casual. Aunque retrate imaginarios de otras gentes son aquellos con los que me identifico... no el imaginario de Manuel Fraga o George Bush, por esos no me interesan nada.
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