Entrevista con María León, premiada en San Sebastián: "Me encantaría ser la próxima Penélope Cruz"
- por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
Chispeante, con el brillo en sus ojos azules, a María León aún le queda felicidad (y nervios) tras ganar el pasado sábado la Concha de Plata a mejor actriz por su papel en "La voz dormida", un galardón casi cantado desde que se proyectó su película, dirigida por Benito Zambrano, en el festival donostiarra. Sevillana como él, a los 27 años se le abren de par en par las puertas del cine español (huele a Goya a mejor revelación del año, como poco) con el papel de Pepita, a la que define como "una niña con muchísimas ganas de vivir, con una generosidad muy grande, y una cobarde que corre para alante...".
En "La voz dormida", Zambrano repite la jugada de "Solas", donde descubrió a otra gran actriz, Ana Fernández. Ahora, la hermana del astro cómico televisivo Paco León se ha convertido en Pepita, una joven cordobesa llegada a Madrid, en los primeros años 40, para servir en una casa burguesa e intentar de paso ayudar a su hermana (Inma Cuesta), una militante comunista encarcelada por "roja" y amenazada de fusilamiento por los vencedores franquistas.
- Tal vez en gran desafío de "La voz dormida" es hacer que el público joven, el de su edad ahora, se identifique con una chica de principios de los años 40, en la postguerra civil española.
Creo que esos jóvenes se tienen que sentir identificados con Pepita, concretamente por ser el personaje más joven y por las ganas de vivir que tiene. Se encuentra en una situación muy difícil de la historia de España, pero es una gran luchadora y se enfrenta a la vida como le viene. Hoy en día también hay muchos conflictos y la juventud tiene que tener las mismas ganas de vivir y superarlo, las mismas ganas de aprender de la vida. Y en ese sentido creo que se pueden identificar con la película, es una manera de crecer, yo creo...
- Tiene que ser un sueño ganar un premio así con una primera película de protagonista...
Sinceramante, yo le puse todas las entrañas. Le di todo a Pepita, todo... Desde el primer diente... Intenté aparte de entregarle todo, sorprenderme con ella. Disfruté mucho con Pepita, pero intenté en el momento de rodar las escenas, de que le pasaran las cosas, dejarla a ella fluir. Pienso que eso es lo que se ve. Por supuesto con todos mis ingredientes, con todo lo que tengo. No dejé nada en el tintero.
- Quedó impactado el público en San Sebastián con su interpretación, de una sorprendente naturalidad. ¿Estaba todo en el guión o usted aportó cosas propias?
Había muchísima improvisación, sobre todo porque Benito se encargaba también de decir en qué momento podía hacerlo. Por ejemplo, cuando casi al final de la película me dan a la niña y me apoyo en unas escaleras, eso me salió de una forma improvisada. Y en el momento el director me dijo: "Tira, tira, tira...". Y salió. Hay mucho que surgió fuera del guión, porque creo que el personaje lo permite. Con Pepita tenía que ser así, porque es tan pura que las chispas le salen en el momento, si está preparado es más complicado mirarle a los ojos.
- Tras la Concha de Plata... ¿Ahora qué?
Sinceramente, creo que tengo que aprender mucho... Y me gustaría tocar todos los palos, si puede ser. Yo me defiendo muy bien y me gusta mucho hacer comedia. Es algo que a mí me divierte y me alimenta mucho como actriz, pero considero que me queda aún mucho que hacer, bien y mal, para aprender.
- Si tuviera que elegir la carrera de una actriz española para repetirla, ¿con cuál se quedaba?
Soy muy "fan" de Penélope Cruz. Creo que es una gran actriz y una trabajadora nata. Siempre saca resultados y nunca deja de sorprenderme. Si tengo que tener un referente ella podría ser uno muy bueno.
- Es decir que le encantaría ser la próximo embajadora española en Hollywood...
¡Por supuesto! (risas). Sería un sueño. Quiero seguir creciendo y aprendiendo, y si se puede aprender allí y con los maestros, qué mejor que mejor.
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En "La voz dormida", Zambrano repite la jugada de "Solas", donde descubrió a otra gran actriz, Ana Fernández. Ahora, la hermana del astro cómico televisivo Paco León se ha convertido en Pepita, una joven cordobesa llegada a Madrid, en los primeros años 40, para servir en una casa burguesa e intentar de paso ayudar a su hermana (Inma Cuesta), una militante comunista encarcelada por "roja" y amenazada de fusilamiento por los vencedores franquistas.
- Tal vez en gran desafío de "La voz dormida" es hacer que el público joven, el de su edad ahora, se identifique con una chica de principios de los años 40, en la postguerra civil española.
Creo que esos jóvenes se tienen que sentir identificados con Pepita, concretamente por ser el personaje más joven y por las ganas de vivir que tiene. Se encuentra en una situación muy difícil de la historia de España, pero es una gran luchadora y se enfrenta a la vida como le viene. Hoy en día también hay muchos conflictos y la juventud tiene que tener las mismas ganas de vivir y superarlo, las mismas ganas de aprender de la vida. Y en ese sentido creo que se pueden identificar con la película, es una manera de crecer, yo creo...
- Tiene que ser un sueño ganar un premio así con una primera película de protagonista...
Sinceramante, yo le puse todas las entrañas. Le di todo a Pepita, todo... Desde el primer diente... Intenté aparte de entregarle todo, sorprenderme con ella. Disfruté mucho con Pepita, pero intenté en el momento de rodar las escenas, de que le pasaran las cosas, dejarla a ella fluir. Pienso que eso es lo que se ve. Por supuesto con todos mis ingredientes, con todo lo que tengo. No dejé nada en el tintero.
- Quedó impactado el público en San Sebastián con su interpretación, de una sorprendente naturalidad. ¿Estaba todo en el guión o usted aportó cosas propias?
Había muchísima improvisación, sobre todo porque Benito se encargaba también de decir en qué momento podía hacerlo. Por ejemplo, cuando casi al final de la película me dan a la niña y me apoyo en unas escaleras, eso me salió de una forma improvisada. Y en el momento el director me dijo: "Tira, tira, tira...". Y salió. Hay mucho que surgió fuera del guión, porque creo que el personaje lo permite. Con Pepita tenía que ser así, porque es tan pura que las chispas le salen en el momento, si está preparado es más complicado mirarle a los ojos.
- Tras la Concha de Plata... ¿Ahora qué?
Sinceramente, creo que tengo que aprender mucho... Y me gustaría tocar todos los palos, si puede ser. Yo me defiendo muy bien y me gusta mucho hacer comedia. Es algo que a mí me divierte y me alimenta mucho como actriz, pero considero que me queda aún mucho que hacer, bien y mal, para aprender.
- Si tuviera que elegir la carrera de una actriz española para repetirla, ¿con cuál se quedaba?
Soy muy "fan" de Penélope Cruz. Creo que es una gran actriz y una trabajadora nata. Siempre saca resultados y nunca deja de sorprenderme. Si tengo que tener un referente ella podría ser uno muy bueno.
- Es decir que le encantaría ser la próximo embajadora española en Hollywood...
¡Por supuesto! (risas). Sería un sueño. Quiero seguir creciendo y aprendiendo, y si se puede aprender allí y con los maestros, qué mejor que mejor.
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