Ana Halabe habla de su opera prima, "Una cita, una fiesta y un gato negro"

por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Julieta Cardinali y Leonora Balcarce
"Una cita, una fiesta y un gato negro" (2012), que ahora llega a los cines, marca el debut en la dirección de la argentina Ana Halabe con una historia tragicómica sobre dos amigas distanciadas por el tema de la "mufa" (estar gafado). "La comedia, en general, no sólo las argentinas, no es algo "bien visto" en el ámbito de los festivales, aunque sea uno de los géneros más masivos y populares en todo el mundo", dice la realizadora en una charla con Juan Pablo Russo.

- "Una cita, una fiesta y un gato negro" focaliza en el tema de la "yeta" (mal de ojo) y las supersticiones. ¿Se basó en algún caso real o en su propia relación con ese tema?
No, simplemente nos basamos en el imaginario popular de la mala suerte, como excusa para contar el reencuentro de dos amigas, que hace 15 años que no se ven, porque una de ellas, Gabriela (el personaje de Julieta Cardinali) justamente deja de ver a su por entonces mejor amiga, Felisa (Leonora Balcarce), basándose en los malévolos rumores que la califican de "mufa" (gafe).

¿Usted en lo personal cree en esas cosas o las deja de lado?
La verdad que, más que en la mala suerte, yo creo fervientemente en las energías; cuando uno tiene energía negativa, lo más probable es que todo a tu alrededor te parezca peor de lo que es. Esto está representado en la película por Gabriela, que anda por la vida irradiando ese tipo de energía, de manera inconsciente, quizá provocando ella misma situaciones adversas. Felisa, en cambio, es todo lo contrario; su actitud es puramente positiva, lo cual seguramente la ha llevado en su vida a ver las cosas de la mejor manera posible. Para alguien como Gabriela, Felisa es prácticamente insoportable, porque de alguna manera refleja lo que ella no pudo ser, tanta "desdramatización" de la vida le parece intolerable; entonces es más fácil ponerle el calificativo de "mufa" a su amiga que aceptar sus propias limitaciones.

- La película en un principio estaba escrita para dos personajes masculinos, ¿qué fue lo que le llevó a cambiar para que fueran dos chicas las conductoras del conflicto?
Sí, eran dos hombres, pero me pareció interesante asumir el desafío de invertir el género, llevándolo al terreno femenino. Las mujeres en el cine generalmente no suelen estar representadas de esta manera; quizá los conflictos que estamos más acostumbrados a ver pasan por un tema de competencia, de hombres en el medio, hijos… en esta historia, el conflicto pasa por otro lado. Me interesó mostrar qué pasa con una amistad que fue muy fuerte, que se cortó por motivos ajenos a ella, y como, a pesar del tiempo transcurrido, los sentimientos y los códigos siguen estando. Esto se refleja por la actitud de Gabriela, quien, a pesar de no querer aparentemente estar con Felisa, no termina de alejarse de ella.

- Desde la temática hasta el manejo estético con colores radiantes y bastante pop me hizo recordar algunas películas de la primera etapa de Pedro Almodóvar, ¿Siente que hay una influencia de su obra en la película?
Podría ser, si te basás en la neurosis que está atravesando Gabriela, pero creo que tiene más que ver con la onda de las comedias americanas. El tema del color saturado, tiene que ver con la extroversión del personaje de Felisa; justamente buscamos el contraste total entre ellas, dotando a Gabriela de colores grises, apagados, su pelo atado, su misma actitud corporal, su entorno despojado, mientras que Felisa viste su oficina, por ejemplo, de manera más colorida, recargada, si se quiere, al igual que los colores fuertes de su vestuario.

- La comedia no es un género muy transitado dentro del cine argentino de los últimos tiempos y muchas veces se lo considera menor, de hecho es raro que sean invitadas a festivales o ganen premios. ¿Por qué piensa que sucede esto?

Me parece que la comedia, en general, no sólo las argentinas, no es algo "bien visto" en el ámbito de los festivales, aunque sea uno de los géneros más masivos y populares en todo el mundo. Personalmente, contar una historia con la intención de hacer reír, no me parece algo menor, todo lo contrario, es algo muy difícil de lograr. Quizá se crea que la única forma de reflexionar sobre un tema es poniéndonos solemnes, o haciendo llorar, cuando en realidad, se puede lograr en cualquier género. A mí me gustan todos los géneros, los respeto a todos, creer que la comedia es un género "menor" me parece que es despreciar algo tan maravilloso como sacarle una sonrisa a alguien. Espero sinceramente, más allá de cualquier festival, lograr un poquito de esto con Una cita, una fiesta y un gato negro.

- Me llamó la atención la utilización de muchos primeros planos por sobre los medios o generales ¿Fue una decisión estética que se propuso o simplemente se fue dando sobre la marcha?
No, en esta historia me interesaba seguir la estética de las comedias americanas, que se basan un poco en las reacciones de los personajes ante las distintas situaciones; verlos en primer plano reaccionar creo que colabora con el código del género mismo.

- No sólo dirigió y fue la coguionista sino que también compuso la banda sonora de la película, ¿podríamos decir que es una mujer orquesta?

Sí, la verdad que me gusta tener el mayor control posible, dentro de lo que se pueda, claro. También edité y reedité muchas veces la película, hasta llegar al producto final. Trabajé a full con la imagen para componer cada incidental de la manera más apropiada posible, la verdad que disfruté muchísimo creando la música para la película.

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