Crítica: "La plegaria del vidente", cine de género con mayúsculas
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Juan Pablo Russo
Con "La plegaria del vidente" (2011) el policial argentino demuestra que ha regresado a lo grande. La segunda película de Gonzalo Calzada ("Luisa", 2008) combina el thriller psicológico, el film noir, la acción, el suspense y hasta elementos del cine de terror con una búsqueda estética poco frecuente en el cine de género local.
La historia está basada en un hecho real ocurrido en Mar del Plata durante el año 1996 cuando una serie de prostitutas aparecieron muertas al costado de la ruta. Lo que empezó con la teoría de un asesino serial, apodado por el periodismo como “El loco de la ruta”, terminó en un ajuste de cuentas entre la policía y una organización dedicada a la trata de personas. ¿Pero el asesino serial existió? Eso es lo que trata de demostrar la película desde la ficción.
"La plegaria del vidente", adaptación de la novela homónima de Carlos Balmaceda, se centra en tres personajes centrales que serán quienes hilvanarán el relato cinematográfico. Por un lado tenemos a un obscuro y traumático comisario (Gustavo Garzón) a cargo de la investigación. Un segundo personaje será el periodista en la piel de Vando Villamil, una especie de relator off que desde su posición averiguará y tratará de demostrar la propia hipótesis de los sucesos. Mientras que el último integrante de este trío será el vidente (Juan Minujín) al que hace referencia el título y quien desde visiones sobrenaturales será la otra pata en la resolución del caso.
Con estos tres personajes protagónicos Gonzalo Calzada construye milimétricamente un policial negro en donde todas las piezas encajan a la perfección para no dejar cabos sueltos. Como todo film de género posee todas las características propias que lo identifican y que lo hacen atractivo, pero sobre todo tiene un gran trabajo visual producto de un delicado cuidado estético. Hay una puesta en escena expresionista donde la imagen saturada al máximo y la utilización de escenarios transfigurados de la realidad dan la sensación de la tenebrosidad que la historia requiere.
Por momentos la sensación es que no estamos frente un film de ficción sino frente a un documental que reconstruye los hechos reales. Hay cierta impronta de aquel programa emblemático de la televisión argentina que se llamó "El otro lado" y que Fabián Polesecki llevaba adelante como una especie de periodista investigador cuyo alter ego recae ahora en el personaje de Vando Villamil, algo imposible de no relacionar.
"La plegaria del vidente" es un film en donde se destacan todos los elementos que hacen a que el resultado final sea brillante. Desde las actuaciones (Victoria Carreras está extraordinaria en un personaje muy chiquito pero desequilibrante), el soundtrack, la mezcla del sonido, el arte y la fotografía para concluir en un vertiginoso montaje. Todo llevado adelante por la mano de un director que entendió el género y que a pesar de no contar con grandes capitales se las ingenió para utilizar todos los recursos cinematográficos a su alcance. Si le gusta el cine de género no puede perderse esta obra maestra del cine argentino que devuelve al policial a la cima de la pirámide.
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Con "La plegaria del vidente" (2011) el policial argentino demuestra que ha regresado a lo grande. La segunda película de Gonzalo Calzada ("Luisa", 2008) combina el thriller psicológico, el film noir, la acción, el suspense y hasta elementos del cine de terror con una búsqueda estética poco frecuente en el cine de género local.
La historia está basada en un hecho real ocurrido en Mar del Plata durante el año 1996 cuando una serie de prostitutas aparecieron muertas al costado de la ruta. Lo que empezó con la teoría de un asesino serial, apodado por el periodismo como “El loco de la ruta”, terminó en un ajuste de cuentas entre la policía y una organización dedicada a la trata de personas. ¿Pero el asesino serial existió? Eso es lo que trata de demostrar la película desde la ficción.
"La plegaria del vidente", adaptación de la novela homónima de Carlos Balmaceda, se centra en tres personajes centrales que serán quienes hilvanarán el relato cinematográfico. Por un lado tenemos a un obscuro y traumático comisario (Gustavo Garzón) a cargo de la investigación. Un segundo personaje será el periodista en la piel de Vando Villamil, una especie de relator off que desde su posición averiguará y tratará de demostrar la propia hipótesis de los sucesos. Mientras que el último integrante de este trío será el vidente (Juan Minujín) al que hace referencia el título y quien desde visiones sobrenaturales será la otra pata en la resolución del caso.
Con estos tres personajes protagónicos Gonzalo Calzada construye milimétricamente un policial negro en donde todas las piezas encajan a la perfección para no dejar cabos sueltos. Como todo film de género posee todas las características propias que lo identifican y que lo hacen atractivo, pero sobre todo tiene un gran trabajo visual producto de un delicado cuidado estético. Hay una puesta en escena expresionista donde la imagen saturada al máximo y la utilización de escenarios transfigurados de la realidad dan la sensación de la tenebrosidad que la historia requiere.
Por momentos la sensación es que no estamos frente un film de ficción sino frente a un documental que reconstruye los hechos reales. Hay cierta impronta de aquel programa emblemático de la televisión argentina que se llamó "El otro lado" y que Fabián Polesecki llevaba adelante como una especie de periodista investigador cuyo alter ego recae ahora en el personaje de Vando Villamil, algo imposible de no relacionar.
"La plegaria del vidente" es un film en donde se destacan todos los elementos que hacen a que el resultado final sea brillante. Desde las actuaciones (Victoria Carreras está extraordinaria en un personaje muy chiquito pero desequilibrante), el soundtrack, la mezcla del sonido, el arte y la fotografía para concluir en un vertiginoso montaje. Todo llevado adelante por la mano de un director que entendió el género y que a pesar de no contar con grandes capitales se las ingenió para utilizar todos los recursos cinematográficos a su alcance. Si le gusta el cine de género no puede perderse esta obra maestra del cine argentino que devuelve al policial a la cima de la pirámide.
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